Recordemos el hecho: criminales colocaron en el cuello de la señora Elvia Cortez un Collar bomba, que sólo unos minutos después, de conocida la noticia, el sector militarista del gobierno de Pastrana se lo adjudico, en cuestión de segundos a la insurgencia fariana . Esta operación de guerra sucia tenía como objetivo el rompimiento de […]
Recordemos el hecho: criminales colocaron en el cuello de la señora Elvia Cortez un Collar bomba, que sólo unos minutos después, de conocida la noticia, el sector militarista del gobierno de Pastrana se lo adjudico, en cuestión de segundos a la insurgencia fariana .
Esta operación de guerra sucia tenía como objetivo el rompimiento de los diálogos por la presión de los EE.UU. El hecho ocurre dos días después de una cita entre Pastrana y thomas Pickering en la ciudad de Cartagena, donde, según la revista SEMANA No 942 (22-29 de Mayo), el delegado de Estados Unidos, señor Pickering le manifestó «que el gobierno de su país vería con buenos que se suspendiera la reunión de las FARC con los delegados de la Unión Europea donde este grupo subversivo analizaría el tema de los cultivos ilícitos», mientras Pastrana en forma solícita ofreció su voluntad de estudiar el tema prometiendo que: «Si las FARC cometen algún acto de violencia no dudaría en tomar dicha determinación».
Pues bien, dos días después sucedieron los hechos con la señora Cortez. ¿Coincidencia? No, operación de guerra sucia. En una operación envolvente digna de la escuela de las Américas se crea una situación, donde a Pastrana se le pone contra la pared, y se lo emplaza para que rompa los diálogos y suspenda la reunión que molestaba a los EE.UU, la reunión de las FARC-EP con la Unión Europea.
Ahora, para evitar la entrega unilateral de la insurgencia de los soldados Moncayo, Calvo y los restos mortales del Mayor Guevara, el sector militarista del régimen cocina otra operación envolvente. El tema del niño bomba es otra operación quirúrgica para evitar la libertad de los soldados. El miércoles, cuando termine esta operación y comiencen las evaluaciones, el país conocerá en detalle cómo el gobierno colombiano intentó, en reiteradas ocasiones, con toda suerte de artimañas impedir la libertad de los soldados.
El intercambio humanitario sigue siendo la única vía de regreso de los 23 prisioneros de guerra que continúan en poder de la insurgencia. Por su libertad, el régimen colombiano deberá liberar a insurgentes prisioneros en las mazmorras oficiales, muchos guerrilleros enfermos, madres cabeza de familia, guerrilleros con enfermedades terminales y sin ninguna atención medica, deben ser liberados como primer paso en la búsqueda de la solución política al conflicto, social, político y armado que azota al país.
No hay otra salida.
http://www.anncol.eu/terrorismo-de-estado/8/del-collar-bomba-al-niño-bomba540