Amigos y amigas: Grupo Krisis, CEOV Wayruro, La Comisión ética contra la tortura, Revista Mingako, Pilpilen Negro, Agrupación La Camanchaca, Lxs Visitantes, Fuga de tinta, Juventud rebelde y el Colectivo de Trabajadores La Serena, denunciamos y reprochamos la detención arbitraria de nuestrxs compañerxs; Miguel Varela y Rodrigo Araya, y la de nuestrxs amigxs Constanza Gutiérrez, […]
Amigos y amigas:
Grupo Krisis, CEOV Wayruro, La Comisión ética contra la tortura, Revista Mingako, Pilpilen Negro, Agrupación La Camanchaca, Lxs Visitantes, Fuga de tinta, Juventud rebelde y el Colectivo de Trabajadores La Serena, denunciamos y reprochamos la detención arbitraria de nuestrxs compañerxs; Miguel Varela y Rodrigo Araya, y la de nuestrxs amigxs Constanza Gutiérrez, Felipe Ríos y Hugo Barraza , quienes son acusadxs de participar en el incendio del 21 de mayo en Valparaíso. Hecho, que lamentablemente terminó con la vida de don Eduardo Lara, guardia de seguridad de 71 años. Junto a declarar públicamente su inocencia por el hecho que se les atribuye, consideramos importante comentar los siguientes puntos:
1. El rol de las empresas televisivas.
Este miércoles 10 de agosto, nuestrxs compañerxs fueron violentamente capturadxs por la acción conjunta de fuerzas policiales y canales de televisión, en un operativo al más puro estilo holliwoodense. Siguiendo el formato de un reality televisivo, ellxs fueron expuestxs mediáticamente como delincuentes, mientras las policías exhibían su armamento de última generación. Condenamos la falta de ética de estos medios, especialmente de Canal 13, que incapaz de un trabajo periodístico serio y riguroso, debe armar montajes para mantener su rantig. Durante dos días, el negocio televisivo lucró usando la imagen de nuestrxs compañerxs, pero tras el fallo que negó la prisión preventiva, el caso fue ‘sacado de pantalla’, lo que demuestra que en esta ‘sociedad del espectáculo’, la justicia no vende.
El montaje, co-produción de los canales de televisión y las policías; fue puesto al aire, con la clara intensión de imponer una agenda mediática, que desviará la atención pública, invisibilizando las verdaderas noticias, por ejemplo: (a) Las manifestaciones contra las AFP (b) El fallo que deja sin efecto la orden de demolición del muro del tranque de relaves El Mauro en Caimanes, (c) Las manifestación contra la Ley de pesca y (d) El estado de salud de la machi Francisca Linconao, presa por el caso Luchsinger. Aquí, el poder de los medios como constructores de realidad se nos presenta como el arma más fuerte del Estado empresarial chileno. En efecto, las empresas televisivas -con burdas estrategias editoriales- condenaron a nuestros compañeros antes que los tribunales entraran en escena.
2. El rol de las policías.
La detención de nuestrxs compañerxs se llevo a cabo en un violento operativo, que vulneró sus Derechos Humanos y los de su familia. En este sentido, denunciamos el exceso de violencia con que se realizaron los allanamientos, en particular al hogar de Rodrigo Araya. Más allá de los desmedidos daños físicos a la casa, la familia de Rodrigo fue intimidada por fuerzas policíacas. En un verdadero acto criminal, las policías pisotearon la dignidad de su madre, padre y hermano. A lo anterior se suma que Rodrigo fue apresado sorpresivamente en su lugar de trabajo y que este acto fue televisado. Así, nuestro compañero, sin la oportunidad de negarse, fue transformado en un personaje de ficción: el criminal. Condenamos rotundamente este acto de violencia simbólica, que pone en riesgo su fuente laboral, las relaciones con sus compañeros de trabajo y su bienestar psicológico. Por otro lado, la detención de Miguel Valera, supuso acoso y persecución, a él y sus cercanos. De hecho, hasta el día de ayer, las fuerzas de orden rondaban las casas de sus familiares. Denunciamos estas prácticas de hostigamiento, como un atentado a la intimidad y dignidad de las personas. Consideramos el acoso cotidiano una cruda estrategia de represión, que solo un Estado terrorista puede imponer.
En este montaje, el abuso de la violencia -física y simbólica- se articula a la inoperancia e ineficacia de las fuerzas policiales. De hecho, los efectivos policiales del OS-9 y LABOCAR, apresaron a nuestrxs compañerxs, basados en pruebas que fueron fácilmente rechazadas por la defensoría. La edición del reality, al parecer no fue suficiente para construir pruebas con un mínimo de veracidad. Condenamos la irresponsabilidad del trabajo policial, que solo demuestra, esta vez públicamente, el operar negligente de los órganos de represión. Ayer, la policía militarizada del Estado chileno, fue humillada en su pretensión de mostrarse como un aparato serio y profesional de investigación.
3. El rol del Estado contra las organizaciones sociales.
La detención de nuestrxs compañerxs fue un acto político. Con total convicción declaramos que Miguel, Rodrigo, Constanza, Hugo y Felipe, fueron Presxs Políticxs de la democracia neoliberal chilena. Tras esta co-producción televisiva- policial, lo que hay es una estrategia para desarticular a las organizaciones sociales que, día a día, resistimos el neoliberalismo salvaje; y lo hacemos construyendo y actualizando redes de solidaridad y trabajo colectivo. Como organizaciones de la Región de Coquimbo, reconocemos a estxs jóvenes como luchadores sociales que nos llenan de orgullo. Ellxs han estado presentes en las luchas por una educación no mercantil, el rechazo al extractivismo y la corrupción, el apoyo a la lucha histórica del Pueblo mapuche, por nombrar solo algunas de las áreas en que han aportado con su creatividad, compromiso, generosidad y valentía. Porque se necesita ser valiente para construirse inteligencias colectivas fuera de las redes del mercado, y salir a la calle cuando sea necesario. Su forma de lucha, es con prácticas concretas: levantando espacios de autoformación en temas que el mercado niega a los sectores populares, difundiendo la información que el sistema oculta, promoviendo debates y sobre todo tejiendo solidaridades. Por eso son una amenaza para el Estado-empresa, que no ha logrado mercantilizar la solidaridad popular. Se ha presentado mediáticamente a nuestrxs compañerxs como anarquistas en un intento desesperado por estigmatizarlos, ante esto solo podemos reconocer el valioso aporte de estos grupos libertarios y anti-autoritarios en la lucha por la construcción de otros mundos, desafiando todas las lógicas de un Estado centralizado, elitista y represor. En este punto, llamamos a no caer en engaños y darse el tiempo para conocer lo que el anarquismo propone. Sin duda, a través de este montaje, se nos criminaliza como organizaciones sociales, y también se nos intimida.
4. Sobre las acusaciones hacia nuestrxs compañerxs.
Miguel, Rodrigo, Constanza, Hugo y Felipe, han sido acusadxs injustamente de cuasi delito de asesinato. Como organizaciones sociales de carácter popular, rechazamos esta acusación. También lamentamos profundamente la muerte de don Eduardo Lara, quien a sus 71 años debía seguir trabajando, hacerlo un día feriado, y sin los debidos resguardos de seguridad aun estando en las instalaciones pertenecientes a la municipalidad de Valparaíso, responsabilizando de forma directa al Estado y con ello a la municipalidad, cuya orden directa era que don Luis permaneciera en aquel lugar, sin importar las condiciones, ni mucho menos el ambiente externo que se estaba viviendo en las afueras. La muerte del señor Lara, nos obliga a reflexionar y debatir la sociedad que estamos reproduciendo.
No hay que olvidar que ese 21 de mayo, cientos de chilenos y chilenas, autoconvocadxs, llegaron a Valparaíso para manifestarse (con distintos matices) contra la clase político-empresarial, desgastada por sus propia corrupción. En Valparaíso, se evidenció un malestar generalizado. De hecho, la cuenta pública perdía rating frente a las imágenes del desborde popular. El trágico incendió fue un resultado inesperado de estos enfrentamientos, la muerte del señor Lara fue un dolor en el alma de nuestro pueblo, pero también una oportunidad para que las empresas televisivas nos impusieran una agenda mediática, que invisibilizara el conflicto social; y de paso, legitimara la ofensiva estatal, que desde entonces ha intensificado sus estrategias de control y represión.
En este contexto, entendemos el montaje de que son víctimas nuestrxs compañerxs, como un capítulo más del reality con que el Estado chileno intenta disfrazar su decadencia, movilizando todo el poder de sus aparatos policiales y mediáticos. Su objetivo es negar la existencia del conflicto social que hoy atraviesa la sociedad neoliberal chilena, y que quizás en un futuro no muy lejano logré desbordarla.
Por todo lo anterior, es que hacemos un llamado a todos los grupos, colectivos y agrupaciones sociales a solidarizar con nuestrxs compañerxs, a fortalecer nuestras redes de trabajo colectivo, a emprender una guerrilla comunicacional para enfrentar a las empresas televisivas, pero sobre todo a reconstruir la confianza entre nosotrxs mismxs, y recuperar así la esperanza de otros mundos posibles.
La Serena, Agosto, 2016.