Los derechos de los pueblos de este país se han afirmado como derechos justos y urgentes. Y lo vemos en Aysén, Magallanes, Calama, Pescadores, Mapuche, Mineros (estos siguen muriendo por la irresponsabilidad de un gobierno que los usó en su farándula del 2010), estudiantes, energía, medio ambiente, salud, salarios, etc. Las luchas actuales y las […]
Los derechos de los pueblos de este país se han afirmado como derechos justos y urgentes. Y lo vemos en Aysén, Magallanes, Calama, Pescadores, Mapuche, Mineros (estos siguen muriendo por la irresponsabilidad de un gobierno que los usó en su farándula del 2010), estudiantes, energía, medio ambiente, salud, salarios, etc. Las luchas actuales y las que se vienen deben ser consideradas no como expresiones economicistas sino como las necesidades urgentes para cambios políticos fundamentales. Ahora. Se debe establecer una nueva realidad en que los derechos definen el campo politico. Que nadie se suba por el chorro electorero. Los derechos no son para que los oportunistas los usen porque hacen lo mismo que los gobiernos coludidos.
Se está abriendo un camino nuevo y los tiempos de la simple respuesta represiva ya no da más. Desde las calles se abre un nuevo camino. Los «candidatos que prometen hasta sus almas» deberán entender que si no cumplen sus plataformas ellos serán legalmente removidos. Sin salarios ni pensiones archi-millonarias. Ser elegido es un privilegio y no un derecho de por vida. Quien no cumpla sus mandatos debe ser removido y sus inmoralidades, juzgadas y condenadas según corresponda.
Basta pensar que en cada movimiento por los derechos qaue hoy exigen diversos sectores, pueblos, regiones… el gobierno tiene SU AGENDA de apoyo «hasta que duela y que sangre si es necesario»: y eso es favorecer siempre a los que lucran con esos problemas. Veamos algunos casos:
En las forestales: encarcela al pueblo Mapuche y defiende con protección de policía militarizada a las forestales como Mininco y a latifundistas pagadas con el trabajo de todos. Cada día hay más gastos en represión.
En el mar: Favorece a unos pocos que destruyen el recurso marino, deja sin cuotas pesqueras y sin recursos a los pescadores que sí protegen el recurso. Se destruye el mar y se merma una fuente para el futuro.
En energía: HydroAysén, el Carbón de Isla Riesco y los precios de los combustibles que estrangulan a los chilenos son una muestra de siempre privilegiar a unos pocos. El Clan Luksic es dueño de la distribución de SHELL, el Presidente Piñera es socio poderoso de COPEC y sus brazos tocan otros aspectos de la energía. Su propia fortuna crece mientras es Presidente… de forma conflictiva con los intereses nacionales. Los Angelini, Matte, Paulmann y otros pocos ordenan y ordeñan.
En educación: Se favorece al lucro y a sus asociados pero el pueblo chileno es marginado y se le niega el derecho a la educación. Responde con represión brutal. Los estudiantes, secundarios y universitarios son torturados y tenemos ya un muerto: y nada pasa en cuanto a juzgarlos o a reparar el daño irreversible que se impone. El análisis del gobierno en educación es patético y no respeta la opinión mayoritaria.
En salud: Las ISAPRES son favorecidas en forma vergonzosa y los chilenos tienen cada vez menos acceso. El Plan Auge es fuente de estafas en las que las ISAPRES cosechan miles de millones (Aumentaron sus ganancias en 33% este año en relación al anterior!).
En el cobre y el «recién llegado Litio»: Una estafa que niega, de por sí sola, la posibilidad de que todos los chilenos puedan tener sus derechos fundamentales materializados, en cada rubro relacionado con la calidad de vida. Sin embargo, en el cobre favorece al sector privado (extranjero y a los clanes como el Luksic que lucran de modo indecente). Ponce Leroux, quien fuera yerno de Pinochet, tiene sus manos empapadas en Litio… y, pese a que hay una Ley Cosntitucional que impide la privatización, el gobierno ya está en el camino de privatizar el Litio. Y en mantener las ganancias del cobre para unos pocos.
En el agua: Para variar, Luksic y su clan están en primer lugar y hay otros privados. El pueblo se queda sin el derecho a la vida que es el agua cuando más del 96% de ésta se ha privatizado por los especuladores.
En los salarios: Aunque los gobiernos hagan gárgaras, no hay avance alguno hacia salarios dignos. En realidad la equidad retrocede. Dicen que aumentan los empleos pero más del 60% son empleos inestables, a tiempo parcial y sin los derechos y beneficios que deberían tener. Están felices (el gobierno y El Mercurio) porque la OCDE les dice que pueden bajar los desahucios al despedir a los trabajadores (y así ganan más y pueden ofrecer empleos con menores salarios al recontratarlos). Todo esto en medio de una farsa de «casi empleo total» porque no incluyen a todos los desempleados ni a los de tiempo parcial y sin derechos laborales. Negocio siempre redondo. Y cuando los trabajadores exigen salarios éticos se los criminaliza y reprime.
Es decir, en cada una de las demandas por los derechos humanos que ponen LOS PUEBLOS de este país, siempre el gobierno y su aparato -con sus poderes y fuerzas represivas, afirmado en la sólida, injusta e inmoral Constitución de Pinochet hace lo que le place: favorecer a los empresarios pirañas chilenos y extranjeros. Y a lo que el pueblo pide y exige se les responde con una represión cada vez más pinochetista.
Pero desde el norte hasta el extremo sur, en todos los sectores humanos las luchas se van uniendo y apoyando. Un nuevo Chile avanza y sus sueños hoy son acción para un país fraterno y solidario, que respeta el futuro y a cada habitante de esta tierra. Por ello, la desobediencia a los que quieren ser obedecidos a todo precio, se va extendiendo por toda la geografía de este largo y sufrido país. El miedo ya no gobierna.