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Caso La Polar

¿Desajuste coyuntural o crisis estructural?

Fuentes: Rebelión

El desplome de las acciones de La Polar, suceso acaecido formalmente el pasado 9 de junio2, es un síntoma manifiesto de la fragilidad estructural contenida en el ciclo de acumulación capitalista desarrollado en Chile durante los últimos lustros de nuestra historia. Esta proposición, básica y descabellada -si es que se analiza bajo los cánones explicativos […]

El desplome de las acciones de La Polar, suceso acaecido formalmente el pasado 9 de junio2, es un síntoma manifiesto de la fragilidad estructural contenida en el ciclo de acumulación capitalista desarrollado en Chile durante los últimos lustros de nuestra historia. Esta proposición, básica y descabellada -si es que se analiza bajo los cánones explicativos manifestados por el amplio espectro de economistas y políticos ligados al paradigma neoliberal- adquiere niveles de plausibilidad inusitados si es que, por el contrario, se plantea desde una plataforma antihegemónica que argumente, desde las prácticas configuradas en la organización del trabajo/consumo, los presentes niveles de endeudamiento que registran la mayoría de las familias chilenas. En este último sentido, este breve artículo intentará delinear un contra-argumento que: por un lado, ponga en tela de juicio las soluciones otorgadas por los agentes neoliberales del medio nacional y; por el otro, revitalice la importancia de observar las crisis económicas actuales (tal es el caso La Polar), a partir de un hecho básico e ineludible, vale decir: la explotación y degradación económica de la gran mayoría de personas que habitan este país.

Argumentación coyuntural: la solución monetarista

En medio de la crisis de La Polar, el Ministro de Economía, Juan Fontaine, otorgó un elocuente diagnóstico sobre la debacle financiera desatada en La Polar. Según el Secretario de Estado, dicho fenómeno era una situación específica y accidental que, aún cuando manifestará ciertas reacciones correspondientes en los mercados, no tenía porque ser un caso general, en otras palabras era «un hecho lamentable que desgraciadamente ocurre de cuando en cuando».3 Días más tarde, en el programa Tolerancia Cero, el Ministro de Hacienda, Jorge Larraín, enunciaba (en términos un poco más tecnificados) un juicio similar. Para éste, la situación de la cuestionada empresa del sector retail, no afectaba considerablemente la generalidad del sistema financiero.4

Si damos un paso más allá y nos detenemos en el ámbito de las soluciones proyectadas por estos voceros del empresariado nacional, nos encontraremos con respuestas igualmente pormenorizadas. La primera de ellas: querellarse contra quienes resulten responsables de la estafa (por no decir abiertamente robo) ocasionada a los consumidores crediticios de La Polar (hecho que ha sido semantizado bajo el apelativo de «malas prácticas»); la segunda, efectuar una mayor fiscalización del sistema financiero asociado a las casas comerciales del sector retail (o sea, llevar a cabo «reformas regulatorias en el mercado de capitales»).

Las consecuencias que pueden tener ambos recetarios, ciertamente, no son muy alentadoras. Ello, debido a que: en el primer caso, existen bajas posibilidades de que veamos encarcelados a los culpables que degradaron las expectativas económicas de los consumidores de la cuestionada casa comercial. Como sabemos, la legislación chilena es bastante condescendiente con quienes ejecutan este tipo de «acciones fraudulentas». Dentro de la lógica constitucional, fraude implica, en la mayoría de los casos, multa,5 no necesariamente arresto (muy probablemente, los millonarios bonos auto-adjudicados por el directorio de La Polar solventarán, en la eventualidad de que alguno de sus integrantes sea encontrado culpable, una posible sanción económica);6 en el segundo caso, la profundización de una política fiscalizadora será una de las proposiciones más potentes que el gobierno aliancista intentará llevar a cabo. En esta línea, prontamente veremos un debate de proporciones dentro de la coalición gobernadora y el segmento empresarial. Ciertamente, una parte importante del empresariado ligado al sector retail no ve con buenos ojos una posible creación institucional análoga a la Superintendencia de Valores y Seguros. Prueba de ello, es la tesis de cierto intelectual ligado al paradigma monetarista: «Por ningún motivo regular el financiamiento no bancario y de las casas comerciales como si fueran bancos. Ello no permite desarrollar un sistema financiero diverso».7

Pues bien, ante la base de los fenómenos económicos y políticos implícitos en el discurso minimizador-accidentalista propuesto por el conglomerado gubernamental-empresarial, cabe preguntarse: ¿qué explicaciones puede otorgarnos una perspectiva de raigambre antihegemónico? Veamos.

Contra-argumentación estructural: la propuesta antihegemónica.

Las repactaciones unilaterales de la cartera de clientes de La Polar8, ha sido -junto a las «malas prácticas» propugnadas por el Directorio de dicha empresa- una de las particularidades noticiosas más fuertemente difundidas en los medios de comunicación tradicionales durante estas últimas semanas. Sin embargo, detrás de ambas aristas, la miopía de los análisis periodísticos se ha tornado evidente. Muy pocos medios han proyectado sus puntos de referencia sobre la organización del trabajo/consumo configurado en Chile durante las últimas décadas. Con ello, se ha descartado súbitamente, una posible concatenación explicativa que vincule los trastornos del retail con la precariedad económica mantenida por la generalidad de las familias chilenas.

¿Cómo categorizar entonces esta variable estructural contenida en la dualidad: trabajo/consumo? Desde nuestra argumentación antihegemónica, a través de la formulación conceptual: plusvalía absoluta. Dicha formulación, opera como circulación globalizada en forma de capital financiero,9 cuyo ciclo acumulativo descansa: 1) en la generación de una mano de obra barata y altamente flexibilizada y; 2) en la masificación de créditos de consumo que «solventan» (sobre la base del primer punto) la incapacidad de compra asociada a la precariedad remunerativa percibida en los ingresos de los trabajadores.10 En efecto, los ejes dinamizadores de la economía nacional, se sustentan, precisamente, sobre la explotación laboral y el endeudamiento generalizado. 11

Bajo este contexto, lo coyuntural-desafectado, se transforma en un síntoma estructural-concatenado. Lo paradójico de ésta situación, es que las propias empresas del retail son las que tienen más claro el panorama distributivo, altamente desigual, de la sociedad chilena. Un ejemplo de ello, es posible observarlo en una de las tantas exposiciones perpetradas por Pablo Alcalde, otrora, Presidente del Directorio de La Polar.12 En octubre de 2010, señalaba que la estrategia comercial de la mencionada empresa, intentaba «atacar» aquel nicho del mercado representado por 14 millones de chilenos, vale decir: los sectores medio y bajo de la población. Los numerosos estudios que la compañía diseño para analizar a este amplio segmento, seguramente se toparon con los sueños de consumo de las familias chilenas: posibilitado por el marketing publicitario, negado por el escaso poder adquisitivo previsto en sus ingresos mensuales.

Ante esta serie de paradojas discursivas y prácticas, la pregunta latente que ha vivificado éstas reflexiones, nuevamente se hace patente: ¿Dónde cobra sentido la crisis de la Polar? Creo que una incipiente respuesta ya ha sido diseñada, ahora, juzgue Ud.

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Licenciado en Historia con Mención en Ciencia Política (PUCV). Magíster © en Análisis Sistémico aplicado a la Sociedad (UCH). Integrante de la Universidad Popular de Valparaíso.

2 Ese día los títulos de la empresa retrocedieron 42,12%. La alta variabilidad en el valor de las acciones de la empresa queda de manifiesto si se analiza el leve descenso (de un 0,3%) registrado el día anterior. Vs. http://latercera.com/noticia/negocios/2011/06/655-371880-9-acciones-de-la-polar-se-desplomaron-mas-de-42-por-problemas-de-gestion-en.shtml 3 Diario La Tercera (10/06/2011 – Versión Electrónica). «Fontaine dice que problemas en La Polar no debieran constituir una situación generalizada en el sector» . Extraído de: http://www.latercera.com/noticia/negocios/2011/06/655-372162-9-fontaine-dice-que-problemas-en-la-polar-no-debieran-constituir-una-situacion.shtml

4 Emitido el día domingo 19 de Junio. Disponible en: http://www.chilevision.cl/home/content/view/365712/229/

5 Baste recordar el fallo emanado por el TDLC (Tribunal de Defensa de la Libre Competencia) que el 13 de abril del 2009 ratificó «la conciliación alcanzada por el Fiscal Nacional Económico y la requerida Farmacias Ahumada S.A.»; con lo cual se zanjó la multa a la empresa en 1 millón de dólares. Vs. Revista Ercilla (N° 3.370 – Versión Electrónica). Disponible en: http://www.ercilla.cl/web/index.php?option=com_content&task=view&id=1536&Itemid=4

6 Según el análisis del Diario La Tercera (Edición Impresa del 26/06/2006, Negocios, pp. 4. «Un ejercito de abogados ya prepara la dura batalla legal que se avecina en La Polar»), se destaca que, en términos jurídicos, «las figuras delictivas perseguidas en las acciones presentadas hasta ahora son básicamente tres, La primera es el delito de estafa, penado por el Código Penal con la pena de presidio menor en su grado máximo: hasta 5 años. La segunda corresponde a las infracciones de los artículos 157 y 158 de la Ley de Bancos, que sanciona a los Gerentes que presenten balances adulterados o falsos y hagan declaraciones falsas sobre el capital de la empresa, con hasta cinco años de prisión. La tercera línea argumental persigue delitos contra la Ley de Valores e incluye a gerentes, directores y auditores que proporcionen o certifiquen antecedentes falsos sobre una empresa».

7 Diario La Tercera (18/06/2011 – Versión Electrónica). Arrau, Patricio (Blog). «Los daños de La Polar y las correcciones». Extraído de: http://blog.latercera.com/blog/parrau/entry/los_da%C3%B1os_de_la_polar. Vs. también, la editorial de Diario Financiero (28/06/2011 – Versión Electrónica). «Regular o no regular: he ahí el dilema». Disponible en: http://www.df.cl/regular-o-no-regular-he-ahi-el-dilema/prontus_df/2011-06-27/185333.html

8 Recuérdese que el total de deudores que mantiene La Polar a la fecha, asciende a un total de 418.826 personas. Sin embargo, esta cifra tiende a aumentar si es que consideramos los núcleos familiares vinculados a aquellos clientes morosos.

9 Vs. Salazar, Gabriel (2003). Historia de la acumulación capitalista en Chile. (Apuntes de clase). Editorial Lom, Santiago.

10 Un dato interesante en este sentido, lo proporciona un estudio de la consultora norteamericana Euromonitor, la cual señala que «las tarjetas de  crédito en Chile  alcanzan hoy los 23 millones de plásticos, cifra que se elevaría a 30 millones de aquí al 2014″. Extraído de: http://www.ebanking.cl/medios-de-pago/en-chile-tarjetas-de-credito-seran-30-millones-hacia-2014-003099

11 Ciertamente, el problema del endeudamiento no es una situación exclusiva de nuestro país. Obsérvese, a modo de ejemplo, la dinámica económica internacional explicitada en la columna de The Wall Street Journal Américas (Incluida en Diario El Mercurio: Edición Impresa del 28/06/2011, cuerpo B, pp. 12. «En todo el frente global: el excesivo endeudamiento complica la recuperación»).

12 Disponible en: http://www.youtube.com/watch?v=kD52CFbpDA4&feature=related

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