Aquí enfermarse es una tortura física y sicológica: una gripe o una inofensiva tos pueden convertirse más adelante en una enfermedad terminal». Con estas palabras denun- cian los presos políticos y prisioneros de las FARC-EP encarcelados en la prisión de Palogordo Girón, en Santander (Colombia) la realidad de la desasistencia sanitaria en las cárceles del […]
Aquí enfermarse es una tortura física y sicológica: una gripe o una inofensiva tos pueden convertirse más adelante en una enfermedad terminal». Con estas palabras denun- cian los presos políticos y prisioneros de las FARC-EP encarcelados en la prisión de Palogordo Girón, en Santander (Colombia) la realidad de la desasistencia sanitaria en las cárceles del «régimen fascista» de Álvaro Uribe, al tiempo que recuerdan la muerte de Jordan Javier Ramírez, al que se le había diagnosticado una gripe. Es el último caso de fallecimiento por inasistencia, sobre el que la Procuraduría y la Defensoría del Pueblo «han guardado un silencio cómplice». Eso es lo que el presidente colombiano no cuenta cuando sale de gira por el mundo.
«Ese trato cruel es normal y rutinario -subrayan- nos amarran para ser llevados al área de visita, sanitaria, educativa, locutorios u otro lugar del interior de la prisión, siempre custodiados por cinco o seis guardianes con instrumentos represivos de seguridad a la espera de la más mínima excusa para agredirnos con garrotes y gases».
Califican de «perversos y horripilantes» los métodos empleados por los grupos especiales del INPEC -organismo que debería dedicarse al cuidado de los presos- en los traslados para «reprimirnos salvajemente». Denuncian cómo son llevados «en un furgón sin ventilación, durante horas o días, encadenados de pies y manos, haciendo nuestras necesidades en botellas plásticas» y cómo sus «súplicas» son respondidas con «el escorpión, que consiste en amarrarnos con cadenas de cintura, pies y manos y colocarnos boca abajo para iniciar los azotes».
En una entrevista concedida al programa «A desalambrar» de Hala Bedi Irratia y emitida hace unos días, un guerrillero de las FARC, identificado como «Diego» encarcelado en Palogordo Girón, leyó dos comunicados en los que se denuncian las torturas físicas y sicológicas, la mala alimentación y la falta de asistencia que sufren a diario los presos políticos y prisioneros de guerra de las guerrilla. En el diálogo posterior, el guerrillero asegura que el Gobierno de Álvaro Uribe se dedica a alardear que «los presos de las FARC vivimos en condiciones humanas y eso es totalmente falso». Una mentira más que le lleva a afirmar que «Uribe no está programado para la paz en Colombia, está programado para la guerra y eso es lo que ha obstaculizado el proceso» de resolución del conflicto.
En la misma entrevista, «Diego» hizo referencia a las «vejaciones y extralimitaciones» que deben soportar sus familiares por parte de los carceleros durante las visitas a esta prisión de máxima seguridad y que en innumerables ocasiones les han llevado a tomar la determinación de no regresar. En el caso de las mujeres, recalca, son sometidas al tacto vaginal. Una situación que ahonda en el «ostracismo al que nos tiene sometidos el régimen» como consecuencia del encarcelamiento de los guerrilleros a mucha distancia de sus núcleos familiares y, en muchos casos, sometidos a aislamiento y sin poder vivir en comunidad con sus compañeros.
Y recuerda que siete de esos compañeros presos políticos, a los que por ley les corresponden unos beneficios administrativos y jurídicos, al haber sido subidos de grado, y unas medidas cautelares observadas por la Corte Iberoamericana de Derechos Humanos que el INPEC ha desconocido, iniciaron el 8 de enero una campaña de desobediencia civil que todavía mantienen.
«Diego» no deja escapar la ocasión de enviar, al término de la entrevista a la radio vasca, «un saludo de camaradería» para los presos políticos vascos que «han sufrido los embates y vejámenes del Gobierno español». «Desde este lugar -añade-, los acompañamos con la esperanza de que también consigan su liberación y su independencia de esos dos monstruos del imperialismo en el mundo que son Francia y España».
«Estamos prestos para incorporarnos de nuevo a la lucha»
Los presos políticos y prisioneros de guerra de las FARC-EP subrayan, en uno de los comunicados difundidos por Hala Bedi, que a pesar de las difíciles circunstancias en las que se encuentran, están «prestos para recibir orientaciones» del Secretariado y del Estado Mayor de la guerrilla y para «reincorporarnos a la lucha».
Recalcan el carácter «altruista» de su lucha para «librar nuestro territorio de las garras del imperialismo de EEUU», y reiteran su subordinación a los líderes guerrilleros «apenas cumplanos la injusta condena que se nos ha impuesto o se produzca el canje de prisioneros» que proponen las FARC. Al respecto, desmienten a Raúl Agudelo, alias «Olivo Saldaña», un guerrillero preso que recientemente dijo que los prisioneros no estaban de acuerdo con el canje de rehenes.
«`Olivo Saldaña’ no es más que un vocero del nuevo grupo paramilitar `Esperanza de Paz’, que se ha venido incubando en las prisiones por orden de Uribe y del Comisionado para la Paz (Luis Carlos Restrepo)», puntualizan en el comunicado.