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Desde abajo y a la izquierda para construir un nuevo proyecto de país

Fuentes: Rebelión

Las dos fuerzas políticas principales que reformaron la Constitución para someterla al interés de los mercados, que han desmontado sucesivamente lo que hubo de estado social y que acordaron la suscripción del Pacto Fiscal Europeo, obligando a recortes de miles de millones de euros durante los próximos 20 años, se han visto sorprendidos por una […]


Las dos fuerzas políticas principales que reformaron la Constitución para someterla al interés de los mercados, que han desmontado sucesivamente lo que hubo de estado social y que acordaron la suscripción del Pacto Fiscal Europeo, obligando a recortes de miles de millones de euros durante los próximos 20 años, se han visto sorprendidos por una caída cuya magnitud no habían previsto las numerosas encuestas. Esta erosión del bipartidismo es motivo para cierta alegría, contenida. No obstante, que el bipartidismo esté en decadencia, como instrumento de dominio, no significa que este liquidado, ni que no pueda impulsarse desde el actual régimen un proceso de «transformismo» político y social para asegurar tanto los planes político-militares y financieros de EE.UU, la Unión Europea como los intereses de esa minoría social del capitalismo español beneficiada por las políticas monetaristas, neoliberales y mercantilistas de la UE, que aprovecharía la «abdicación» del Rey como punto de inicio de un proceso de «restauración innovativa» del conjunto del sistema político-institucional.

¿Qué contraponemos, como alternativa, ante el riesgo de un posible «populismo de régimen» que se articule como salida-restauración a la situación de crisis y descomposición económica y político-social del sistema gestado en la transición, la crisis de la UE y la reordenación general del capitalismo en la actual crisis sistémica? No debemos menospreciar las posibilidades de nuevas campañas de manipulación de las conciencias de las gentes y el papel que la socialdemocracia puede jugar en ellas. Lo jugó en los años 80 del siglo pasado para insertar a España en el marco de la OTAN y puede proponerse hacerlo para estabilizar el sistema y anticiparse a la caída del régimen «institucionalizando» el conflicto para impedir que se abra una verdadera posibilidad de democratización real en nuestro país.

Los resultados de IU, «Podemos» singularmente y otras fuerzas de las izquierdas indican que las elecciones europeas han ayudado a que emerja y se haga visible la crisis del régimen político y, también, las potencialidades para construir un movimiento de las clases medias, las clases trabajadoras y los sectores excluidos, un proyecto de país, alternativo a la restauración.

Al igual que en el contexto de la UE, los resultados de IU la sitúan en el nuevo marco que se abre como fuerza subalterna, si no es capaz de analizar con lucidez la situación y tomar la iniciativa que haga protagonistas a sus miles de militantes y activistas en el nuevo campo de acción que comienza. IU debería releer los fundamentos de su nacimiento, su configuración como movimiento político-social, volver a legitimarse e intervenir decididamente en la situación. Suele ocurrir que lo verdaderamente «nuevo» nace de las entrañas de lo «viejo» y no de atávicos antagonismos, (muy propios, por lo demás del imaginario patriarcal). Las «primarias», pueden servir, para decirlo a propósito de algunos instrumentos participativos, para el acceso rápido al gobierno de la «restauración innovativa» (a lo Renzi), para el «populismo de régimen» o bien ser un medio para construir una nueva conexión con las gentes comunes y corrientes y abrir un proceso de democratización desde el centro de la vida social. En determinadas épocas puede incluso ocurrir que resulten una mezcla de ambas: arriba y abajo del desorden existente, una vía para la selección de «élites». De esa constatación IU podría encontrar referencias y contenidos para definir un plan de acción a la altura de las circunstancias. Pero no hay mucho tiempo disponible.

Y en esa tarea destacamos aquí y ahora, sólo dos elementos importantes para la articulación de un proceso de democratización molecular imprescindible para afrontar la situación: la «cuestión de las jóvenes» y la «centralidad de lo social», la situación del «trabajo» y «las clases trabajadoras».

La vieja estructura del régimen español, subordinada jerárquicamente a una situación de crisis y dependencia de la UE y sus políticas de austeridad, a la apropiación privada de recursos y precarización, ya no es capaz de dar satisfacción a las exigencias nuevas de la sociedad española ni ofrece horizontes abiertos a l@s jóvenes, como indica el paro masivo de licenciadas y licenciados, que hoy constituyen una parte importante del movimiento 15M y de «Podemos», o al menos componente «intelectual» y «dinámico» más importante.

En contextos de crisis «nacional» de ausencia de proyecto de país, la situación se complica y se hace caótica. «Los jóvenes», decía Gramsci, se encuentran en estado de rebelión permanente en ausencia de horizonte alguno de superación real de la situación. En contextos así, sería posible que las y los «mayores» de otra clase, la de los trabajadores y trabajadoras, pudiesen tomar la rienda. Pero, y ello constituye el principal problema de la izquierda, no es hoy posible debido a la debilidad cultural y social de la misma y su casi inexistente vinculación con las clases trabajadoras, atrapadas entre la integración social y cultural, por arriba, y la soledad de masas, por abajo. Situación que puede llevar a que sectores importantes de las mismas sucumban y pasen a ser componentes de proyectos reaccionarios de base popular que ofrecen seguridad vital o bien, sigan siendo masa de maniobra de proyectos tecnocráticos y oligárquicos que ofrecen pequeñas y dudosas seguridades salariales y de consumo a cambio de consenso para extender la precarización a toda la sociedad (Renzi lo ha logrado provisionalmente con la promesa de incrementar 80 euros mensuales en las nóminas de los trabajadores por cuenta ajena). En la tarea de ayudar a construir un proyecto de país, IU debe volver a dar importancia al trabajo cultural en la dinámica de las clases sociales, ayudando a organizar un movimiento que supere la división entre el momento económico y el político-social, en una fase en la que las trabajadoras y trabajadores en las fábricas y centros de trabajo se encuentran en una radical inferioridad respecto a las imposiciones empresariales, situación a la que las organizaciones sindicales sólo pueden oponer luchas defensivas, (ahí radica una de las potencialidades del 22M y para volver a dar sentido a la palabra socialismo), sabiendo que los grupos de la burguesía beneficiarios de las políticas de la globalización-financiarización no pueden ya hoy seguir siendo el grupo dominante y representativo del estado español. No lo representan. Y deben ser sustituidos.

Sólo un proyecto que sepa ofrecer con entusiasmo y coherencia un relato del país que queremos, que señale qué fuerzas son sus columnas y cuáles sus alianzas, puede abrir un diálogo fructífero con sectores amplios de las y los «jóvenes» y ayudar a encontrar una perspectiva nueva: impedir la restauración del viejo régimen y ser fuerza motriz de un nuevo proyecto de país y en el escenario internacional, de una nueva perspectiva para la humanidad, en una crisis civilizatoria a la que nos ha llevado el capitalismo.

IU debe abrir un diálogo nuevo con «l@s jóvenes«, también internamente, impulsando su protagonismo sin adulación y falsas contraposiciones para evitar el sofocamiento de la lucha de una nueva generación y su «liquidación» autodestructiva en un contexto de autoritarismo y pudrimiento social, por un lado, y, por otro, plantearse política y organizativamente la necesidad de situar en primer plano el papel del trabajo (remunerado y no remunerado, productivo y reproductivo) y el de las trabajadoras y trabajadores en un proyecto de democratización real de nuestro país en un horizonte de ruptura con el dominio capitalista, la crisis de la UE y del régimen actual.

Francisco Sánchez del Pino y María Dolores Nieto Nieto. Asamblea Local de Izquierda Unida en Jaén

Nota: El presente artículo forma parte de un trabajo colectivo mas extenso, elaborado por el grupo humano y político que compone la Asamblea Local de Izquierda Unida en Jaén. Puede descargarse en este enlace (descarga documento completo)

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.