Recomiendo:
0

Entrevista a Pedro Cayuqueo, director de la agencia de prensa mapuche "Azkintuwe"

«Desde su nacimiento como República, Chile es un Estado policiaco»

Fuentes: El Clarín de Chile

El periodista Pedro Cayuqueo (Temuco, 1976) dirige la agencia de prensa mapuche Azkintuwe (AZ) desde su fundación en 2003. AZ cuenta con una edición bimestral en papel y un diario online de excelente diseño gráfico e innumerables visitas, consultas y cartas al director. Varios medios de comunicación a nivel internacional citan o reproducen los reportajes […]

El periodista Pedro Cayuqueo (Temuco, 1976) dirige la agencia de prensa mapuche Azkintuwe (AZ) desde su fundación en 2003. AZ cuenta con una edición bimestral en papel y un diario online de excelente diseño gráfico e innumerables visitas, consultas y cartas al director. Varios medios de comunicación a nivel internacional citan o reproducen los reportajes de AZ.

El 12 de octubre de 2003, Pedro Cayuqueo debutó en Azkintuwe con la investigación: Fundación Neruda. El otro Fundo de Figueroa llevando por primera vez al banquillo de los acusados a Juan Agustín Figueroa, el intocable latifundista, ex Ministro de Estado de la Concertación y socio en todos los negocios del pinochetista Ricardo Claro.

Pedro Cayuqueo ha publicado en medios impresos como Ojarasca de La Jornada (México), Página 12 (Argentina) y Punto Final (Chile). Bajo su dirección, en Azkintuwe han colaborado: Osvaldo Bayer, Adolfo Pérez Esquivel, Eduardo Galeano y Marcos Roitman; los columnistas permanentes de AZ son: Jaqueline Caniguan (editora bilingüe), Rodrigo Marilaf, José Aylwin, Jorge Calbucura y Celso Calfullán; los fotógrafos: Alejandra Bartoliche (Bariloche), Vera Bolkovic (Buenos Aires), Pablo Díaz (Temuko), Luís Gavilán (Angol) y Jorge Zúñiga (Santiago); el diseño y diagramación es de Josseline Fuentes; el subdirector responsable es Wladimir Painemal; el irreverente caricaturista Pedro Melinao; y finalmente el equipo de corresponsales lo integramos: Arnaldo Pérez-Guerra (Santiago), Elías Paillan (Santiago), Mauricio Buendía (Valparaíso), Hernán Scandizzo (Buenos Aires), Manuel Lonkopan (La Plata), Mauricio Montiel (Neuquén), Adrián Moyano (Bariloche), Luís Gavilán (Angol) y quien les escribe, desde Cuernavaca: Mario Casasús (México). El Clarín.cl presenta en exclusiva, una entrevista sobre otra forma de hacer periodismo, desde la voz de la mapu (tierra) y Che (gente).

MC.- ¿Por qué Azkintuwe? ¿Cuál es su génesis y significado lingüístico?

PC.- Azkintuwe, que significa «El Mirador» en nuestra lengua nacional, es un proyecto periodístico que nació un 12 de octubre de 2003. La fecha no era casual, fue una forma de decir «aquí estamos», de hecho, lo decíamos literalmente en nuestra primera edición, welu petu mogeleiñ, «aún estamos vivos» , fue nuestro primer titular de portada. Ese día nace el periódico en su edición impresa y meses más tarde, estrenamos su plataforma digital. De ello han pasado 5 años, 29 ediciones en papel, cientos de crónicas, reportajes, entrevistas, columnas de opinión, 100 mil ejemplares impresos distribuidos en ambos lados del Wallmapu, ha sido mucho trabajo y también harto aprendizaje, mucho «aprender haciendo» la verdad, ya que todo en Azkintuwe ha sido producción propia, desde su diseño impreso, el formato del sitio web, los suplementos y números especiales que lanzamos de tanto en tanto, nada ha sido elaborado por gente ajena al equipo o asesores externos. Es todo «Made in Wallmapu», decimos siempre y con orgullo, ya que son capacidades propias que se han adquirido en este transitar por la comunicación, muchas veces también cometiendo errores, reparando sobre la marcha. Han sido años también de mucha maduración, tanto como comunicadores y también como militantes de la lucha de nuestro pueblo. De una u otra forma, Azkintuwe refleja la maduración de cada uno de quienes componen el equipo, en su mayoría activistas de la contrainformación que optamos un día por dar un salto hacia el periodismo profesional. En concreto, esa mirada de la prensa alternativa como prensa marginal nos comenzó a incomodar a varios. Sentíamos que era posible hacer prensa siguiendo los códigos del «periodismo burgués», por decir algo, pero sin vender ni traicionar tus principios. En eso estamos hoy y la verdad no creo que tengamos mucho que envidiar a otros medios en materia de rigurosidad y calidad periodística. En etapa de elaboración tenemos un libro que recopila 50 reportajes publicados en estos años de trabajo y cuyo prólogo lo escribió Osvaldo Bayer, un maestro para varios de nosotros. Y proyectamos incluso para este año publicar un «manual de estilo», palabras mayores que dan cuenta de un desarrollo importante en nuestra labor como periodistas y comunicadores mapuches.

MC.- Con la palabra Wallmapu (país mapuche) ¿no han sido acusados de promover el separatismo?

PC.- Bueno, ojalá pudiéramos decir que no, pero ya el año 2004, cuando ni siquiera cumplíamos un año de trabajo, uno de los miembros del equipo, Pablo Díaz, nuestro insigne reportero gráfico, fue detenido por Gendarmería Argentina en un paso fronterizo. Pablo llevaba cerca de 400 ejemplares de Azkintuwe que debían ser distribuidos entre organizaciones, comunidades y algunos puestos de venta en Neuquen, pero los gendarmes alertados por el mapa del Wallmapu que corona nuestra portada, decidieron «retenerlo» y requisarle todos los periódicos. Nosotros pensábamos que se trataba de una típica acción arbitraria del personal de aduana, que muchas veces según sus estados de ánimo prohíbe o acepta el ingreso de tal o cual mercadería o producto, pero el asunto se tornó más grave, nos informaron desde Aduana chilena que nuestro compañero estaba arriesgando cargos por «atentado contra la integridad territorial del estado federal argentino». Allí caímos en la cuenta de que se trataba de un asunto serio, de una medida política sin duda alguna. Y bueno, para evitar costos a Pablo decidimos sacrificar los diarios, es decir, que los dejaran requisados y una vez liberado nuestro compañero hacer la denuncia. Lo hicimos y desde entonces debemos pedir permiso al Instituto Geográfico Militar de Buenos Aires para cruzar periódicos. Bendita solución que nos dieron.

MC.- ¿Qué argumento utilizó el Instituto Geográfico Militar de Argentina para impedir la circulación de la edición en papel de Azkintuwe en el país trasandino?

PC.- Ellos entraron en pánico por el mapa que aparece en nuestra portada. Nos señalaron que dicho mapa violaba una serie de artículos, leyes nacionales y federales, en torno a límites fronterizos. Y claro, como Chile tiene conflictos limítrofes pendientes con Argentina, también existía creo un temor relacionado con esto, no olvidemos que ambos estados se rigen aún bajo los supuestos enfermizos de la «doctrina de la seguridad nacional». Nosotros explicamos el por qué del mapa, nos pedían que lo sacáramos, nos negamos rotundamente y bueno, al final intervinieron otros actores, como el Premio Nobel Adolfo Pérez Esquivel, entre otras personalidades que solidarizaron con nosotros, y por esta presión ejercida las autoridades militares aceptaron nuestras explicaciones. La condición que impusieron fue recibir copias de cada uno de los ejemplares para autorizar su ingreso. Y así lo hemos hecho desde entonces. Bueno, algunas veces, cuando nos acordamos de que tenemos que demostrar que no somos la «quintacolumna del nacionalismo expansionista chileno-mapuche». Como dicen nuestros hermanos puelche ( mapuches en Argentina), son boludeces que hay que soportar en este laburo, pero que en nada se comparan a los vejámenes y atropellos que afectan de manera cotidiana a nuestra gente cuando intentan cruzar esa frontera impuesta por los estados y que como pueblo reivindicamos nuestro derecho a no reconocer.

MC.- ¿Cuál es la mayor dificultad para difundir la edición en papel de Azkintuwe en Chile?

PC.- Existen dificultades que están dadas principalmente por las condiciones en que se desarrolla nuestro trabajo. Azkintuwe, si bien ha logrado un gran desarrollo en materia de trabajo periodístico, sigue siendo un colectivo donde confluyen voluntades, donde confluyen militantes del periodismo, todos trabajadores ad honorem, que en muchos casos ponen plata para que el periódico pueda subsistir. Esto restringe nuestras posibilidades de contar con recursos económicos suficientes como para imprimir más ejemplares, acceder a las agencias de distribución nacional de periódicos, etcétera. Es extremadamente difícil hacer prensa escrita en Chile, los valores de mercado asfixian rápidamente cualquier emprendimiento autónomo, existe una aberrante desigualdad a la hora de intentar acceder al avisaje publicitario estatal y los pequeños fondos públicos disponibles más bien parecen migajas, casi un insulto para los cientos de colegas que postulan a ellos año tras año para sobrevivir. El «progresismo» de la Concertación ha desmantelado la prensa independiente en Chile, a tal punto que en tiempos de Pinochet la ciudadanía tenía mayores posibilidades de conocer otros puntos de vista, otras miradas, más allá de aquella que vendía el mercado y el gobierno de turno que para el caso de Chile hace rato vienen a ser la misma cosa. Y ojo, que hago referencia a un período trágico de la vida política de este país, con leyes de censura, asesinato de periodistas, clausura de medios, un absoluto desprecio de los militares por la libertad de expresión. Aún así, existían Apsi, Análisis, Cauce, Fortín Mapocho, Canelo y la revista Hoy. ¿Qué tenemos hoy? The Clinic, El Periodista y Punto Final que no claudica pese a todo, pero para de contar. En Argentina la realidad no es muy distinta, debo decirlo claramente. Es en esas aguas donde Azkintuwe intenta navegar. A veces con relativa tranquilidad, la mayoría del tiempo bajo fuertes tormentas.

MC.- Azkintuwe ha ganado a pulso una gran credibilidad, tiene convenios de intercambio de notas con el diario Página 12 e Indymedia (Argentina) y el suplemento Ojarasca de La Jornada (México) ha publicado varios reportajes de ustedes ¿Por qué en Chile sólo la revista Punto Final y a ratos The Clinic se atreven a abrir espacios a la voz a los pueblos originarios? ¿Qué otro medio impreso de tu país los cita sin tergiversar los reportes de AZ?


PC.- Tenemos buenas relaciones con los colegas de La Nación (diario oficialista de Chile), con gente de El Mostrador, por citar dos medios de comunicación masivos. Existe por cierto también y desde hace mucho tiempo una relación estrecha, de coordinación incluso, con decenas de periódicos y portales ciudadanos, la mayoría de cobertura regional que publican nuestros artículos sin censura, de manera íntegra y con los cuales participamos en diversas redes de comunicadores. Aquí puedo citar El Ciudadano, Tribuna del Bío Bío, Ecoceanos News, Portal Ciudadano, y a nuestros hermanos de Mapuexpress. Con todos ellos tenemos relaciones y las queremos mantener, pero debo reconocer que no son hoy día nuestro principal objetivo. Me explico: en lo personal, creo que nuestro desafío más allá de fortalecer los lazos con este tipo de medios, lazos que tenemos y seguiremos teniendo, es más bien cómo somos capaces de permear o romper el cerco informativo que nos imponen los «otros medios», te hablo de los grandes holdings de la comunicación, que en Chile encabezan El Mercurio y La Tercera. Llegar a ellos, que te citen como fuente, que deban reconocer la validez de una información o cuña elaborada por tu equipo, es un objetivo que tenemos hoy. Y no se trata de buscar la validación de ellos, en absoluto. Se trata de entender que no podemos proponernos hacer prensa solo para nosotros o nuestro grupito de amigos ultraconvencidos de que «el mundo es una porquería, ya lo sé» -como en el tango cambalache-. La auto marginalidad no nos convence. Creemos que es hora de entrar a disputarles la hegemonía informativa a los peces gordos, permeando sus agendas, ingresando a sus salas de redacción a través de los cables informativos. Por lo pronto, hemos dado pasos importantes. Ya tenemos, por ejemplo, una relación formal con diversas agencias de noticias nacionales e internacionales. Ellos nos piden les enviamos insumos informativos, algunas crónicas, extractos de entrevistas, que ellos después distribuyen a medios formales como El Mercurio y La Tercera, pero como notas de las agencias. Es una forma de entrar en ellos, pero por otra vía.

MC.- Periodísticamente hablando ¿reconocen alguna influencia del EZLN en Azkintuwe? por el uso de mediático de Internet y la reivindicación histórica de los que somos del color de la tierra…

PC.- Compartimos con el EZLN una mirada respecto de los derechos de nuestros pueblos, de los contextos económico-políticos donde se desarrolla nuestra lucha como pueblos oprimidos, cosa que no es poca, ya que saber dónde exactamente estás parado es vital para poder hacer comunicación con cierto apego a la realidad. Puedes claro hacer comunicación sin saber dónde estás parado, pero de eso ya hay muchos medios circulando, así que bien vale la pena hacer un esfuerzo por situarse. Con el Subcomandante Marcos podríamos decir que más allá de su afición por los fierros y el tabaco, nos une el amor por la palabra escrita, por el verbo, esa maravillosa herramienta que Miguel de Unamuno llamó a no dejar morir en los libros, en lo academicista, en las bibliotecas y apolillada de olvido. Muchas veces, más que periodistas, algunos del equipo de Azkintuwe se declaran «cronistas de la realidad» y bueno, la influencia de Marcos, de Eduardo Galeano, de Osvaldo Soriano, Rodolfo Walsh, de nuestro querido Osvaldo Bayer y otros próceres como Truman Capote, Jack Kerouac o William Burroughs se nos salen por los poros.

MC.- El 12 de diciembre de 2001 el hacendado Juan Agustín Figueroa se ve afectado en su propiedad, el Fundo Nancahue, contra toda interpretación legal y mediante tráfico de influencias, encarcela a dos lonkos mapuches ¿El presidente de la Fundación Neruda es ideólogo de la actualización y aplicación en democracia de la Ley Antiterrorista? ¿Por qué un presunto conflicto entre particulares derivó en política de Estado contra la comunidad mapuche?

PC.- Agustín Figueroa logró algo que parecía imposible, al menos para la comunidad internacional: que un gobierno democrático desempolvara aquel engendro de la seguridad nacional que Pinochet denominó eufemísticamente Ley Sobre «Conductas Terroristas». ¿Qué es una conducta terrorista?, ¿cómo puedes saber cuando alguien tiene conductas terroristas? Bueno, esa ley, que fue reformada al retorno de la democracia, con el pretexto de hacerla más efectiva para combatir el narcotráfico -en dictadura las redes de narcotráfico estaban controladas por Pinochet y las integraban connotados generales de sus organismos de seguridad, quizás por ello, el narco no fue incluido en la original ley antiterrorista-, es la que Ricardo Lagos, el célebre socialista que pasó a la historia por apuntar con el dedo a Pinochet, decide usar contra los lonkos Pichun y Norin. Ello, a petición de Juan Agustín Figueroa, quien fue ex ministro de Patricio Aylwin. Entiendo que Figueroa fue profesor de Lagos en la Escuela de Derecho y por largos años un todopoderoso miembro del Tribunal Constitucional. Hace poco leía que Figueroa es uno de los «influyentes» de Chile que tiene su trasero puesto en la mayor cantidad de directorios de empresas, es decir, no solo es intocable a nivel del Poder Judicial, también es de temer su influencia entre la elite económica que hace y deshace en Chile. Tal personaje además, como tú bien has denunciado mundialmente, es quien administra el legado de Pablo Neruda, y decir «administra» es una delicadeza de mi parte. En resumen, si el vil emperador de la Guerra de las Galaxias hubiera nacido chileno y hacendado, ese sería Juan Agustín Figueroa, el «lado oscuro» en su máxima expresión. Lo saben los lonkos de Traiguén, que fueron condenados por «amenaza terrorista». Uno se pregunta ¿qué es eso de «amenazas terroristas»? El terrorismo, bien nos lo ha explicado el profesor Raúl Sohr, es un metodo clandestino de combate, cuya principal característica es que atenta contra la vida humana de manera ruin e indiscriminada. Eso jamás ha sucedido en el caso de las movilizaciones de nuestro pueblo, donde los muertos hasta la fecha han sido solo ciudadanos mapuches acribillados a balazos -Alex Lemún y Matías Catrileo-, «ejecutados extrajudicialmente», según la normativa de la Corte Penal Internacional, que por cierto Chile se niega a ratificar por ser «inconstitucional». Lo advirtió hace años el propio Tribunal Constitucional. Otra vez Agustín Figueroa y sus tentáculos.

MC.- Dos jóvenes mapuches, Alex Lemún fue asesinado por la policía chilena en noviembre de 2002 y Matías Catrileo fue asesinado por la misma policía en enero de 2008. Los autores materiales -oficiales de carabineros- están en libertad condicional ¿ambas balas salieron desde la Fundación Neruda en 2003? ¿Quién es responsable de la militarización en la Araucanía?

PC.- Por lo menos diría que la facturación de la pólvora salió de La Chascona -la saqueada casa de Neruda-, los responsables intelectuales y políticos son las autoridades de gobierno, partiendo por los jefes de Estado y de ahí, vamos bajando hasta el Alto Mando de Carabineros. Son ellos quienes insisten en criminalizar y judicializar un conflicto que es político por donde se lo mire. Los autores materiales son los funcionarios policiales que dispararon y su maldita afición por el gatillo fácil, práctica que en Chile es legendaria y se repite a diario en poblaciones y villas miserias de Santiago y otras grandes ciudades. En Chile, desde su nacimiento como república tenemos un Estado policiaco. No culpemos más a la dictadura militar, a Paz Ciudadana, a las pocas luces de un subsecretario Felipe Harboe. No, la brutalidad policial es parte de aquella cultura fascista que caracteriza a la sociedad chilena en su conjunto. Cuesta entender que la policía sea una de las instituciones más respetadas y valoradas por la ciudadanía. Pero lo son, es un dato de la causa, diría un abogado. Y no digamos que solo porque no aceptan coimas. También porque si bien en Chile no existe legalmente la pena de muerte, las policías se encargan a diario de proveer sus cuotas de sangre a la galería. Me tocó realizar mi práctica en la crónica roja de un matutino chileno y la cantidad de sangre que paso por mi grabadora fue digna de Ciudad Juárez o de Río de Janeiro. En Chile es común que la gente sienta orgullo porque la policía de acá no acepta coimas -mordidas dicen en México-. «No son como en Bolivia, en México o Argentina», se dice normalmente. Lo que sé yo, si me dieran a elegir, preferiría que fueran coimeros -mordelones- a que anden llenando de plomo a jóvenes mapuches y chilenos indefensos. Eso es fascismo, tanto de quienes jalan del gatillo, tanto de quienes gobiernan, como de quienes en la ciudadanía con su silencio otorgan.

MC.- Finalmente, hay un caso que en particular me interesa mucho, el del pibe mapuche Pascual Pichún Collonao, que cruzó la cordillera hacia la Argentina en búsqueda de su libertdad, él es hijo de Pascual Pichún Paillalao (el primer preso en «democracia» bajo Ley Antiterrorista cortesía de Juan Agustín Figueroa en 2003) ¿Qué trámite jurídico falta para el asilo político definitivo de Pascual?

PC.- El proceso de Pascual sigue en curso. Su caso está siendo aún estudiado por las autoridades argentinas, pero cada día que pasa somos más optimistas que arribará a buen puerto. Por lo pronto él está con estatus provisorio de peticionante de refugio, cursando ya su tercer año de Comunicación en la Universidad de La Plata, trabajando en radios comunitarias, colaborando en diversos medios como Indymedia y Anred, publicando también reportajes en Azkintuwe. Nos alegra la etapa que está viviendo hoy día, pues sabemos lo duro que le ha tocado, tanto su etapa en la cárcel, luego la clandestinidad y más tarde su posterior refugio en Argentina. Pero es un pibe lleno de fuerza, muy claro en sus ideas, muy maduro políticamente y lo mejor de todo, ya despunta en él un gran periodista lo que nos tiene más que contentos y orgullosos como equipo de trabajo. Nos vimos a fines de 2007 en la reunión anual de Azkintuwe en San Martín de Los Andes, sur de Argentina, donde participó activamente, dando ideas para mejorar el trabajo del colectivo, opinando críticamente también, lo que es bienvenido siempre, más aún cuando las observaciones que hacia por lo general iban acompañadas de su gran sentido del humor.