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Desde tu querido Chile, camarada Marcos Ana…

Fuentes: Rebelion

La noticia de tu partida nos sorprendió en la Fundación Salvador Allende, a punto de conversar sobre tus dos grandes amigos chilenos: el Compañero Presidente y Pablo Neruda. Viviana Díaz, hija de Víctor Díaz, gran dirigente obrero y comunista, recordó de inmediato cómo el pueblo chileno se movilizó por tu libertad y como te acogió […]

La noticia de tu partida nos sorprendió en la Fundación Salvador Allende, a punto de conversar sobre tus dos grandes amigos chilenos: el Compañero Presidente y Pablo Neruda. Viviana Díaz, hija de Víctor Díaz, gran dirigente obrero y comunista, recordó de inmediato cómo el pueblo chileno se movilizó por tu libertad y como te acogió como al hermano largamente esperado cuando pisaste estas tierras hace ya más de medio siglo. ¿Recuerdas, Marcos?

Llegaste a Chile a fines de septiembre de 1963, después de visitar Brasil y Uruguay. Fuiste recibido como un símbolo de la larga lucha por la democracia en España y de la exigencia de amnistía para tus hermanos presos que aún penaban en las cárceles franquistas por la colonia de exiliados republicanos y por la izquierda. Por supuesto, la embajada franquista orquestó toda una campaña de difamaciones con la colaboración de periódicos como El Mercurio o El Diario Ilustrado.

En tu bellísimo libro autobiográfico (Decidme cómo es un árbol), relataste porqué tu deseo más intenso en Chile era conocer personalmente a Neruda. Después de una semana atendiendo todo tipo de invitaciones, por fin pudiste desplazarte a Isla Negra. No olvidaste el abrazo fraternal que Pablo te dio al recibirte allá, frente al impetuoso océano. Tampoco aquel maravilloso universo nerudiano, singularmente la taberna, donde te conmovió leer en las vigas de madera del techo los nombres de los grandes amigos del poeta cuyas vidas se habían extinguido: Federico, Miguel…

«Yo estaba un poco cohibido, pero la sencilla fraternidad de Pablo me hizo sentirme como al lado de un hermano. Muchos le veían como un poco distante, pero vivía cercano a todo, no era ajeno a nada y especialmente a las cosas más humanas. Como un dios inmóvil, su mirada cansada y opaca a veces, aparentemente ausente, ocultaba un fuego que subía de pronto a sus ojos, cuando algo especialmente le conmovía. Me pidió detalles sobre la muerte de Miguel Hernández (…) Todo le interesaba, seguía viviendo con España en el corazón», escribiste en tus memorias.

Neruda se interesó por tu largo cautiverio y tu estado de salud, le relataste el homenaje que una noche los presos comunistas le rendisteis en el penal de Burgos, se impuso del sufrimiento de vuestras familias y de tus dificultades para adaptarte a la libertad. Fue él, aquella noche de Isla Negra custodiada por las estrellas, quien te propuso escribir los recuerdos de tus años de cárcel y lucha…

Tu despedida fue memorable. El 12 de octubre el Comité Chileno de Solidaridad con España y el Centro Republicano Español organizaron un acto en el Teatro Caupolicán. La embajada franquista había logrado que el Gobierno derechista del presidente Alessandri decretara tu salida obligatoria tres días antes, pero la presión social y política logró anularlo. Miles de personas abarrotaron el emblemático recinto de la calle San Diego, centenares no pudieron ingresar. Entre consignas en favor de la democracia en España, la actriz María Maluenda leyó el mensaje que te envió Neruda, quien no pudo asistir por una inoportuna gripe. «Marcos Ana, nos haces un honor al cruzar nuestros caminos, conocer a nuestra gente, hablar en nuestras ciudades, participar de la rápida primavera que, como tú, nos visita en este mes de octubre. Estamos todos contentos de que aquí se escuche tu victoriosa poesía. Estamos orgullosos de que respires la libertad de Chile…».

Hoy tus compañeros de ruta, los comunistas chilenos, el Partido de Neruda y Recabarren está conmovido con tu partida. No te han olvidado. Sería como olvidar la Poesía, sería como olvidar la Fraternidad.

Tampoco tus camaradas del PCE te olvidaremos, querido Marcos Ana.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.