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Desobedecer órdenes de cometer crímenes

Fuentes: Rebelión

Señoras y señores de las Fuerzas Armadas (FFAA) del Estado es necesario que Colombia y el mundo tengan presente al finalizar este 2020, que la institución a la cual ustedes pertenecen, lejos de cumplir su misión constitucional, sigue involucrada en crímenes de lesa humanidad dirigidos contra los sectores más humildes del pueblo, al que ustedes dicen pertenecer y defender.

La Corte Penal Internacional (CPI) en sus investigaciones sobre el Conflicto Interno colombiano, el pasado mes de septiembre evidenció el involucramiento de integrantes de las FFAA en múltiples crímenes, como:

* 2.314 casos de ejecuciones selectivas llamadas Falsos Positivos, que dejan 3.966 asesinados.

* Más de 200 casos de crímenes sexuales.

* Promoción y expansión de los grupos paramilitares.

* Numerosos casos de desplazamiento forzado.

El Informe documentó crímenes en que están involucrados 22 Generales y un gran número de oficiales superiores, que les permite concluir que este tipo de graves violaciones de Derechos Humanos (DDHH) son una conducta criminal sistemática del Estado colombiano, que tiene origen en la Doctrina de Seguridad imperante, que clasifica como enemigo a exterminar a todo aquel que se oponga y le proteste al régimen dominante.

Todos los que seguimos la realidad de la vida política y social del país, sabemos que los datos antes mencionados son solo una pequeña muestra, porque la realidad de lo que ocurre en los territorios están muy por encima de las cifras del Informe de la CPI.

No tengo dudas que así no sean una mayoría existe entre la oficialidad y suboficialidad de las FFAA colombianas, personas honestas y patriotas que se han apartado de estos crímenes y que por ello les han negado sus ascensos, interrumpida su carrera militar y son vistos con desconfianza por no comulgar con tales crímenes, para ellos expreso mi respeto y reconocimiento.

De la misma manera es evidente que los cientos de miles de soldados y policías que conforman la base de estas instituciones, salidos de las entrañas populares, no son los responsables de esos espantosos crímenes y si se han visto involucrados en ellos, en su gran mayoría no es por su voluntad sino por cumplir órdenes de suboficiales y oficiales al mando.

Denuncias de organizaciones de DDHH evidencian las prácticas de enajenación inculcadas a los jóvenes que ingresan a las filas de las FFAA, que las hacen más intensas con los llamados soldados profesionales a quienes adiestran como mercenarios, para lo que les hacen perder los valores del respeto y la sensibilidad humana, condición necesaria para cumplir órdenes sin menoscabo del cumplimiento del Derecho Internacional Humanitario (DIH).

Es necesario recordar que el motivo que ha llevado a miembros de las FFAA a ejecutar los llamados Falsos Positivos, es por los incentivos otorgados por decretos presidenciales, tales como recompensas en dinero, ascensos y vacaciones, etc; tales crímenes los cometen contra personas inocentes no involucradas en el conflicto, para presentarlos como bajas en combate causadas a la insurgencia, ejecuciones que le permite a la cúpula de las FFAA presentar un parte victorioso en su Guerra antisubversiva.

Todo lo anterior permite concluir que las FFAA no es una institución que aporte a la superación del Conflicto que destruye a Colombia, en cambio lo agrava y perpetúa, dado que la cúpula del poder político y de las FFAA, hacen de la Guerra un lucrativo negocio.

Los demócratas, progresistas y patriotas al igual que los revolucionarios que alzamos la bandera de una paz con justicia social, debemos aceptar esta grave realidad para poderla transformar.

Al estar próximos a terminar el presente año hago un llamado a las mujeres y hombres honestos y patriotas que están en las filas de las FFAA, a mantenerse en pie y unirse de pensamiento y acción a quienes luchamos por un país, que avance por el camino de una patria donde quepamos todos y donde la justicia social sean el sueño, la voluntad y la decisión de una lucha que alcance la paz auténtica que nos merecemos.

Cordialmente

Nicolás Rodríguez Bautista, Primer Comandante del ELN