El 30 de junio la Sala América de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile se llenó para asistir al lanzamiento del libro Después de la lluvia. Chile, la memoria herida, obra de Mario Amorós, periodista e historiador español. Presentaron este libro de 450 páginas la historiadora María Eugenia Horvitz, Eduardo Contreras, abogado acusador de […]
El 30 de junio la Sala América de la Biblioteca Nacional de Santiago de Chile se llenó para asistir al lanzamiento del libro Después de la lluvia. Chile, la memoria herida, obra de Mario Amorós, periodista e historiador español. Presentaron este libro de 450 páginas la historiadora María Eugenia Horvitz, Eduardo Contreras, abogado acusador de Pinochet en múltiples procesos judiciales, Marisol Vera, directora de Cuarto Propio, y el propio autor.
En junio de 2000, cuando la Corte de Apelaciones despojó a Augusto Pinochet de su fuero como senador vitalicio y autorizó su enjuiciamiento por los crímenes de la caravana de la muerte, el general Ricardo Izurieta advirtió de que el futuro de su antecesor consistía, tan sólo, en aguardar «el juicio de la historia».
Aquellas palabras indujeron a Mario Amorós a realizar una contribución a ese «juicio de la historia» propuesto por el entonces comandante en jefe. Nacido justo un mes antes del golpe de estado, este periodista e historiador español optó por ofrecer una visión original de los cinco primeros años de la dictadura militar, inaugurados por el bombardeo de La Moneda y clausurados con el terrible hallazgo de los restos de quince campesinos en los hornos de los cerros de Lonquén, que por primera vez reveló el trágico destino de los detenidos desaparecidos. El resultado es su libro Después de la lluvia. Chile, la memoria herida (Cuarto Propio. Santiago de Chile, 2004).
A lo largo de sus 450 páginas, Amorós da la palabra a los familiares y compañeros de las víctimas de la represión para recorrer aquellos años a través de su memoria herida, regresar a los campos de concentración y las casas de tortura de la DINA, revivir los atentados en Buenos Aires, Roma y Washington y volver a partir al exilio, retomar la resistencia democrática, ayunar en defensa de la vida, luchar por la verdad y la justicia hasta hoy… Y evocar aquella gran victoria de la humanidad, el arresto de un tirano condenado por la conciencia democrática universal. Un tirano que, como también recoge el libro, ha vuelto a ser desaforado, en esta ocasión por su paternidad de la Operación Cóndor.
A través de los testimonios de las 86 personas entrevistadas por el autor y de documentos inéditos como cartas o poesías, evocamos el sacrificio de Enrique París, los escoltas de Allende, Víctor Jara, José Tohá, Charles Horman, Joan Alsina, Cristián Cartagena, René Maureira, Silvestre Muñoz, Humberto Lizardi, Claudio Lavín, Mario Ramírez, Marco de la Vega, Carlos Berger, Alberto Bachelet, Héctor Garay, Alfonso Chanfreau, Samuel Catalán, José Ramos, José Moisés y Gerardo Ramos, Sergio Pérez, Lumi Videla, Miguel Enríquez, Carlos Prats, Sofía Cuthbert, Manuel Cortez, Carlos Lorca, Michelle Peña, Carlos Freddy, Aldo, Dagoberto, Iván y Mireya Pérez, Ricardo Weibel, Juan Rivera Matus, Jorge Muñoz, Víctor Díaz, Carmelo Soria, Oscar Ramos, Hugo Vivanco, Oscar Ramos Vivanco, Alicia Herrera y Nicolás Vivanco, Marta Ugarte, Bernardo Leighton, Orlando Letelier, Carmen Pereira, Fernando Ortiz, Waldo Pizarro, Vicente García, Cristina Carreño, Sergio Maureira Lillo, José Manuel, Rodolfo, Segundo y Sergio Maureira, Enrique Astudillo y Omar y Ramón Astudillo.
Ante los lectores, por tanto, reaparecen el bombardeo de La Moneda, el Estadio Chile, la isla Dawson, el Estadio Nacional, la persecución contra los cristianos de izquierda, Paine, Pisagua, la caravana de la muerte, los procesos a los militares constitucionalistas, la creación de la DINA, la represión contra el pueblo mapuche, la masacre del MIR, Londres 38, Villa Grimaldi, el modelo neoliberal, la caída de la dirección socialista, la Operación Colombo, el Comando Conjunto, la razzia contra el Partido Comunista, la Operación Cóndor, las huelgas de hambre de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, el decreto-ley de amnistía y el estremecedor hallazgo de Lonquén.
El trabajo minucioso con la documentación de distintos archivos, la prensa de varios países y una exhaustiva bibliografía de 333 títulos complementa estos testimonios y de su síntesis se desprende que aquellos crímenes de lesa humanidad no fueron «excesos individuales», sino el resultado de una política de exterminio decretada y planificada desde la cúspide del régimen.
Aquel lustro fue el periodo más oscuro de los 17 años de totalitarismo ya que, según los datos oficiales, 2.458 personas (1.167 desaparecidos y 1.291 ejecutados políticos) fueron asesinadas y centenares de miles partieron al exilio, fueron expulsadas de sus puestos de trabajo o sufrieron torturas. El genocidio tuvo lugar en el país que aparecía como la excepción democrática de América Latina y que presumía de contar con unas Fuerzas Armadas constitucionalistas.
Es esclarecedor el testimonio recogido en Después de la lluvia de una trabajadora del hospital Barros Luco torturada en la Escuela de Infantería de San Bernardo en octubre de 1973: «Cuando muchas veces leí lo que los norteamericanos hacían a las mujeres vietnamitas, me estremecía de horror, pero siempre pensaba que era algo que estaba muy lejos de nosotras. Nunca pensé que alguna vez me podría tocar a mí sufrir algo parecido y mucho menos a manos de militares chilenos».
Mario Amorós, que aúna el estilo ágil y trepidante del reportaje periodístico con la documentada argumentación del historiador, ofrece una visión global y rigurosa de un drama inconcluso, ya que ni siquiera se han hallado los restos del 10% de los detenidos desaparecidos y permanece la impunidad, a pesar de los avances de los últimos años.
Después de la lluvia es un libro imprescindible para aproximarse a la memoria herida de Chile, reivindica el compromiso de varias generaciones del movimiento popular masacradas a partir del 11 de septiembre de 1973 y rescata la lucha por la vida y la libertad de los familiares y compañeros de las víctimas de la dictadura.