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Detenciones arbitrarias y tratos inhumanos en Bucaramanga ejecutados por la policía nacional

Fuentes: Equipo Jurídico Pueblos

El 5 de diciembre de 2019, en horas de la noche, terminada una actividad cultural en Casa del Libro Total, la corresponsal de Colombia Informa y defensora de derechos humanos María Montiel, el estudiante de la Universidad Industrial de Santander Gustavo Monsalve y el egresado de la misma universidad, Freddy Jaimes iban por la calle […]

El 5 de diciembre de 2019, en horas de la noche, terminada una actividad cultural en Casa del Libro Total, la corresponsal de Colombia Informa y defensora de derechos humanos María Montiel, el estudiante de la Universidad Industrial de Santander Gustavo Monsalve y el egresado de la misma universidad, Freddy Jaimes iban por la calle 36 con carrera 18 camino al Parque Santander (centro de la ciudad de Bucaramanga) a tomar un taxi, pero fueron abordados por dos policiales en motocicleta: un hombre y una mujer.

Los policías les pidieron la cédula y sólo Gustavo no la presentó pues dos días antes se la habían hurtado. Por ello, los llevaron a todos al CAI del Parque Santander, justo a media cuadra, supuestamente para completar la identificación aún cuando en ningún momento se negaron al procedimiento.

Una vez en el CAI, Gustavo fue ingresado, mientras los demás esperaban afuera. A los segundos, un uniformado les dijo que entraran, pero respondieron que no había necesidad; entonces con molestia, el uniformado les dijo a los demás policías: ah ¿no va a entrar? Entonces llévense a la defensora, dejando entrever que había reconocido a María.

Los subieron a los tres a la patrulla No. 31-1964 sin decirles cual era el motivo de la aprehensión. Una vez dentro observaron que el mismo policía reconocido por María había tomado por el cuello a una persona que grababa el procedimiento.

Los trasladaron a la estación del centro de la Policía y fueron esposados juntos. Cuando bajaron había una cámara manejada por un policía de civil de apellido PINTO, -el mismo que dio la orden de que les pusieran las esposas-, quien enfocaba los rostros de los tres, desde allí hasta que fueron dejados en los calabozos. Todo el tiempo los policías vociferaron insultos a la integrante del Equipo Jurídico Pueblos por su labor, le decían que se callara y que ahí no importaba que fuera defensora.

Los llevaron a una celda; a Freddy y Gustavo los dejaron dentro mientras que a María la esposaron a los barrotes desde la parte externa. Por más de dos horas, ella estuvo de pie, esposada y sin poder moverse; durante ese tiempo fue requisada varias veces. En la segunda requisa una policía de civil le sacó del bolso el chaleco de Derechos humanos del Equipo Jurídico Pueblos y se lo llevó junto con la credencial de Colombia Informa que la identifica como comunicadora. A los quince minutos, los esposaron juntos de nuevo. Los condujeron a un lugar con una pancarta de la policía nacional detrás de una mesa donde tenían una cauchera, el chaleco del Equipo Jurídico Pueblos y unas canicas. María Montiel empezó a gritar diciendo que eso era una violación de la presunción de inocencia y que no lo podían hacer. Los policías les doblaron los brazos a los muchachos intentando doblegarlos y un policial mandó un manotazo a la cara de María haciendo que sus gafas se cayeran. Como no lograron tomar la fotografía los devolvieron a la celda.

Allí, ingresaron a los muchachos a la celda y a María la esposaron a los barrotes por fuera. La mujer policía de civil empezó a imitar los gritos de María y con ello a ejercer terror psicológico por medio de burlas.

A las 12 de la noche permitieron que un abogado del Equipo Jurídico Pueblos ingresara a entrevistarse con los tres. A María le devolvieron la credencial de comunicadora, el celular y la cédula en presencia del abogado, pero no el chaleco.

Aproximadamente a las 2:30 de la madrugada los llevaron a la Unidad de Reacción Inmediata, URI-Fiscalía. En la URI les hicieron entrevistas y les preguntaron datos de sus familias e intentaron que firmaran un documento, pero al negarse los funcionarios se rieron y se los arrebataron.

A las 3:30 de la madrugada volvieron a la Estación central y les dijeron que a las 6 de la mañana los iban a llevar a medicina legal, pero eso nunca ocurrió. A María la ingresaron a una celda sola y policías empezaron a pegarle a las rejas haciendo ruido y gritando para no dejarla dormir. La celda estaba prácticamente a la intemperie pues, aunque tenía techo no evitaba el paso del frío de la madrugada.

A los jóvenes los ingresaron a una celda con 21 detenidos, en hacinamiento. La comida les fue arrebatada, fueron desnudados y golpeados, y a Freddy le robaron la camiseta mientras intentaban quemarle el cabello y la barba. Estos actos fueron iniciados y permitidos por los mismos policías. Es indispensable mencionar que los uniformados todo el tiempo observaron las agresiones que se estaban cometiendo contra ellos, sin decir nada ni intervenir.

Nunca les permitieron llamar, ni tampoco les leyeron sus derechos, además de que jamás supieron por qué estaban capturados. Los tres presentaron marcas e inflamación en las muñecas por las esposas. En la mañana les negaron la entrada de alimentos sabiendo que la noche anterior los demás detenidos les habían robado la comida. Cerca del medio día fueron liberados por un Fiscal de la Unidad de Reacción Inmediata, que no encontró méritos para imputar delito alguno en su contra.

Ver: https://www.facebook.com/DerechosdelosPueblos/posts/2576329639125367?__tn__=K-R