Es posible que sean dos cosas que no tengan nada que ver. Que no se relacionan. Pero de todas maneras es muy sospechosa la coincidencia. Que mientras en Madrid detenìan a una ciudadadana española, acusada de ser una temible terrorista de las FARC, en Colombia los grupos Prisa y Planeta quedaban como solitarios competidores para […]
Es posible que sean dos cosas que no tengan nada que ver. Que no se relacionan. Pero de todas maneras es muy sospechosa la coincidencia. Que mientras en Madrid detenìan a una ciudadadana española, acusada de ser una temible terrorista de las FARC, en Colombia los grupos Prisa y Planeta quedaban como solitarios competidores para quedarse con el muy jugoso negocio del tercer canal de television. Repetimos, es posible y muy seguro que solo sea una mera y pura coincidencia.
Pero no deja de llaamar la atenciòn el hecho.
Ademàs, porque hay una extraña triangulaciòn de poderes y de intereses. La Casa editorial El Tiempo es socia del grupo Prisa y a su vez tiene dos fichas claves en el gobierno de Uribe. Tiene a Juan Manuel Santos como ministro de defensa y a Francisco Santos como Vicepresidente. Y ellos son, especialmente Juan Manuel, los más fieros espadachines de la politica de guerra total de Uribe.
Da la impresiòn, con todo el respeto con los jueces españoles, que mediante el ototorgamiento de licitaciones, de prebendas y facilidades para las inversiones en masa de capital español en Colombia, se buscaran facilidades para exportar a España la represion uribista.
Y no estamos hablando de la lucha contra la insurgencia que es una obligaciòn del Estado, aunque la constituciòn habla de que el derecho más importante es la vida y la paz y deberìan priorizarlas y buscar los acuerdos dialogados. Estamos hablando de la persecución contra los activistas y trabajadores por la paz, la democracia y los derechos sociales. Quieren crear temor. Destruir a los activistas y las organizaciones mediante grandes despliegues mediaticos con temerarias acusaciones que luego se caen solas. El Tiempo y El País presentaron a Remedios García como captadora de dineros para la guerrilla e insinuaron que estarìa detràs del cobro de secuestros. Y resultò que no era cierto.
La España antifranquista no puede permitir ser, precisamente cuando se estàn homenajeando y reparando a las vìctimas y represaliados de la dictadura, escenario de la politica represiva de un gobierno despòtico y dictatorial. España debe ser un escenario y un protagonista para contribuir a la bùsqueda de la paz en un pueblo azotado por guerras civiles, alzamientos y confrontaciones desde los albores mismos de la independencia.
Doscientos años de guerras y de dolor provocados por una oligarquìa bipartidista que solo pueden ser superados con la paz y la democracia.
No con más guerra.