Infortunadamente, luego de varias reuniones con los ministros del Interior, Aurelio Iragorri, agricultura, Rubén Darío Lizarralde, Hacienda, Mauricio Cárdenas y con otros funcionarios del gobierno, no fueron atendidas las solicitudes de cumplimiento cabal de los acuerdos firmados por representantes oficiales con distintos sectores agropecuarios durante 2013. Vale resaltar que se siguen adeudando más de $130 […]
Infortunadamente, luego de varias reuniones con los ministros del Interior, Aurelio Iragorri, agricultura, Rubén Darío Lizarralde, Hacienda, Mauricio Cárdenas y con otros funcionarios del gobierno, no fueron atendidas las solicitudes de cumplimiento cabal de los acuerdos firmados por representantes oficiales con distintos sectores agropecuarios durante 2013.
Vale resaltar que se siguen adeudando más de $130 mil millones del PIC del año 2013 y no se ha pagado ni un solo peso del 2014 a los cafeteros que vendieron su grano a compras privadas y que corresponden a los periodos en los que se ha causado. A pesar de que en el acuerdo de Neiva se condonaban las deudas en mora por menos de $20 millones, hoy más de 100 mil agricultores siguen penando porque sus predios no vayan a ser rematados o embargados a raíz de que los alivios crediticios prometidos no operan o no cobijan los montos adeudados o, en muchos casos, las exigencias acerca del patrimonio familiar -para que sean favorecidos- son inferiores al valor de las propiedades de los deudores. Así mismo, la fecha del 31 de agosto de 2013 o la de haber sido refinanciados antes del 31 de diciembre del mismo año, como límite del estado de mora para ser cubiertos por la refinanciación anunciada, abarca apenas a un número reducido de beneficiarios. Nada de esto se quiso cambiar y reglamentar de nuevo, pese a que se expusieron razones suficientes para ello.
Las salvaguardias a la CAN para importaciones de leche y productos de clima frio se levantaron, nada se ha hecho en el programa para reactivar los cereales, ni menos para el control del precio de fertilizantes y demás insumos. Tampoco se ha hecho nada para controlar el contrabando y se importan, sin justificación, bienes producidos en exceso en Colombia como azúcar, etanol o la cebolla con un contingente libre de Perú de 75 mil toneladas, y el caso del frijol es de ruina generalizada por la sobreoferta venida de afuera y el bajo precio del género extranjero. La situación comercial agraria empeorará por la implantación de la Alianza Pacífico que acabó con toda defensa mercantil.
Que los colombianos entiendan la justeza de este paro, que no obedece a fines diferentes a la situación de declive del campesino y del empresario agrícola que, aunque en algunos renglones puedan tener hoy una coyuntura de precios favorables, están en vía de extinción por la falta de una política de Estado para la agricultura. El gobierno se dedicó a sobornar dirigentes, a dividir organizaciones y a desprestigiar la movilización. Si su iniciativa se hubiera destinado con eficacia a resolver los problemas, no declararíamos esta protesta.
Colombia sabe que durante todo este tiempo el ministro de Agricultura exhortó a los productores a que dejaran de sembrar, a que se dedicaran a oficios distintos. Aún está el gobierno a tiempo de cambiar la actitud y cumplir los acuerdos. Dignidad Agropecuaria representa otro país, el que insiste en mantener la agricultura como sector estratégico para la seguridad y la soberanía alimentaria nacional y ser fuente de ingreso y empleo para millones de hogares, entre los que están los más pobres del país. El tiempo nos dará la razón y por eso convocamos al Primer Congreso de la Dignidad Agropecuaria Nacional que realizaremos el 19 de agosto de 2014
Bogotá, abril 15 de 2014.