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Duque y el armadillo

Fuentes: El Espectador

Si me preguntan el estado en que tiene la Mesa de conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional, el actual gobierno, habría que responder: «Esto dijo el armadillo al pie de una palma de coco. Ni la cierro. Ni la abro. Ni la dejo allí tampoco». El ex-Presidente Samper hace unos días describía esta situación […]

Si me preguntan el estado en que tiene la Mesa de conversaciones con el Ejército de Liberación Nacional, el actual gobierno, habría que responder: «Esto dijo el armadillo al pie de una palma de coco. Ni la cierro. Ni la abro. Ni la dejo allí tampoco». El ex-Presidente Samper hace unos días describía esta situación en otros términos, al decir que el Gobierno de Duque, ha dejado la Mesa «en el limbo».

Lo razonable sería darle continuidad, avanzar en la búsqueda del acuerdo de paz, que emprendimos hace varios años con el anterior gobierno. Corresponde persistir en la lucha por la paz y los cambios, tal como lo reclaman actualmente importantes sectores del país. Ello presupone honrar la palabra, darle cumplimiento a los Acuerdos firmados con las Farc y el Eln, y claro esta, con los distintos sectores sociales, que se han movilizado en los últimos años.

Desde el Ejército de Liberación Nacional le decimos al país y al actual Gobierno que cuenten con nosotros para avanzar hacia un acuerdo de paz, que le ponga fin al conflicto armado y avance en las transformaciones del país, tal como esta estipulado en la Agenda que acordamos entre el Estado y el Eln, el 30 de marzo de 2016.

Cuenten con nosotros para la esperanza y para nuevos derroteros en el país, para seguir buscando la paz, para contribuir a las transformaciones que requiere Colombia, y para que avancemos como nación hacia un futuro más promisorio. Pero a la vez le expresamos al Centro Democrático, al Presidente Duque y a las elites gobernantes que no cuenten con el Eln, para un proceso de sometimiento y rendición.

Desde el anterior gobierno, traemos un proceso de negociación con el Estado, traemos unos Acuerdos firmados. Hay que cumplir. Hay que honrar la palabra. «Pacta Sum Servanda». Ese es un principio rector de toda negociación seria. De no ser así, ¿qué confianza podríamos tener en lo que firmáramos con el Gobierno actual?

Hay unos acuerdos firmados que establecen una arquitectura del proceso: la Agenda, el Grupo de 6 países Garantes, otro Grupo de 5 países europeos Acompañantes , la Bilateralidad de los esfuerzos, los Protocolos de seguridad y funcionamiento, la participación de la Conferencia Episcopal Católica, de la Misión de Verificación del Consejo de Seguridad de la ONU, la Participación de la sociedad, y un borrador casi completo de acuerdo de nuevo cese al fuego bilateral, para citar sólo algunos.

Estos acuerdos, son los puntos de partida para la continuidad del proceso. Si hay que ajustarlos, se ajustarían, pero entre las dos partes. No a través del incumplimiento, la unilateralidad y la imposición de una sola parte.

Este Gobierno, desconociendo los acuerdos que se traen, está diciendo que para continuar las negociaciones, el Eln: «debe empezar por la suspensión de todas las actividades militares». El alto Comisionado de Paz del gobierno, en entrevista reciente con El Tiempo, dijo que: «las condiciones para un diálogo, son el cese de actividades criminales y la concentración de los miembros del Eln».

En esas condiciones, ¿para qué el diálogo? ¿Para firmar una rendición? Piden los voceros del gobierno que para reiniciar la Mesa de conversaciones ¿debemos dejar de ser insurgencia? Que suspendamos, sin ningún acuerdo, de manera unilateral, las actividades militares. Exigen que nos concentremos y nos rindamos previamente.

Invitamos a los colombianos y colombianas a leer de nuevo la Agenda acordada el 30 de Marzo del 2016. Allí está en el Punto Quinto, la finalización del conflicto armado, para la cual han de darse compromisos de las dos partes. El Primer Punto de esta agenda trata de la Participación de la sociedad, en el Segundo de la Democracia para la paz, y en el Tercero de las necesarias Transformaciones para la paz.

Con esa posición expresada por el gobierno del Centro Democrático desconocen la realidad del estado de las negociaciones y se están oponiendo a continuar este proceso de paz.

Si no empujamos con fuerza y unidad, todos aquellos que en el país estamos por avanzar hacia la paz y las transformaciones no habrá Mesa de conversaciones con el Eln, se seguirán burlando los acuerdos hechos con las Farc, y numerosos sectores de esta guerrilla se seguirán apartando del proceso de paz en curso; además el Estado le seguirá incumpliendo pactos a los sectores sociales y a las regiones; con lo que se eternizará el régimen de exclusión violenta.

Las elites dominantes y en especial la ultraderecha, están impidiendo los caminos de paz y los nuevos rumbos para Colombia. Ellos están por eternizar la guerra y perpetuar las desigualdades en el país. Es la fuerza y la unidad de todos aquellos que como nación, deseamos por otras opciones, lo que facilitará avanzar hacia otro futuro.

 

Fuente original: https://colombia2020.elespectador.com/opinion/duque-y-el-armadillo-aureliano-carbonell