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Entrevista a Carlos Lozano, periodista y dirigente comunista en Colombia

«El acuerdo humanitario lo que va a resolver es el problema de un drama, de una tragedia, de una gente que está en cautiverio y que merece la libertad»

Fuentes: Rebelión

CARLOS LOZANO, director del semanario «Voz», órgano del comité central del partido comunista colombiano, periodista, luchador social y dirigente político del polo democrático, organización que pretende agrupar a los sectores democráticos y de izquierda así como a las organizaciones sociales que luchan por una Colombia realmente democrática. Ramón Martínez: Carlos, bienvenido, y gracias por permitirnos […]

CARLOS LOZANO, director del semanario «Voz», órgano del comité central del partido comunista colombiano, periodista, luchador social y dirigente político del polo democrático, organización que pretende agrupar a los sectores democráticos y de izquierda así como a las organizaciones sociales que luchan por una Colombia realmente democrática.

Ramón Martínez: Carlos, bienvenido, y gracias por permitirnos hablar contigo sobre la realidad política que se vive en la Colombia de hoy, la parapolítica, las relaciones y compromisos de altos jerarcas militares con los capos del narcotráfico, tal como lo ha reconocido el actual ministro de defensa.

Carlos Lozano: Bueno, yo diría que los últimos acontecimientos del proceso político colombiano, demuestran que la crisis política del país se esta profundizando, que es lo nuevo que se presenta en este segundo gobierno de Álvaro Uribe Vélez, lo que algunos llaman Uribe II, si bien es cierto el primer gobierno de Uribe se caracterizo por una mayor estabilidad gubernamental, por una mayor facilidad de la gobernabilidad lograda por Uribe Vélez, y que se asentó, en el autoritarismo, en la ofensiva contra el movimiento popular y social ; en la guerra contra el pueblo; la lucha contrainsurgente; en el plan patriota; el reforzamiento del plan Colombia; en la persecución contra los lideres sindicales y populares, en fin, una real ofensiva del gobierno, que también, tuvo partes en lo que tiene que ver con lo social, a través de la primera reforma tributaria, de las privatizaciones, de la propuesta del tratado de libre comercio, que aun no se ha logrado , pero que tiene que ver con la primera gestión del gobierno de Uribe, de la misma imposición de la reelección por la vía de la reforma constitucional ,toda la ofensiva contra laboral, en fin el primer gobierno ofrece una ofensiva muy fuerte no dentro de una crisis , sino dentro de una situación de control y estabilidad del país, quizá el único incidente que le causo gran preocupación y soberbia, fue la perdida del referéndum, salvo en los casos en que Uribe logro mantenerse en medio de contradicciones, de protestas populares, resistencia popular, no de grandes magnitudes pero de todas maneras, y de contradicciones con Europa, la unión europea, Colombia con la izquierda, en fin una serie de circunstancias que de todas maneras no dejaron pasar impune, es esa primera administración de Uribe. La segunda administración, es diferente, porque estamos viendo a un Uribe mas cansado, mas fatigado, se resiente esa imagen del presidente de fuerza, de control, de soberbia, de unanimismo, y se profundiza la crisis política. Yo creo que el principal elemento de esa crisis política es la aparición del fenómeno de la parapolitica, que venia encubándose y denunciándose desde antes; pero que no había logrado la fuerza y la contundencia que ya se presenta en este segundo periodo, con el paramilitarismo. La hace «VOZ; conocíamos de sus turbias relaciones en Santa Marta. Habíamos denunciado el hecho de que este señor, siendo el coordinador de la campaña de la campaña uribista para las primeras elecciones presidenciales, se había demostrado que tenía nexos con este señor Giraldo de la Sierra Nevada de Santamarta, y que era quien definía quién era quién en la política local y regional. Este señor ahora está preso, en Itagui; entonces estas denuncias habían sido contundentes, pero no habían tenido el respaldo de las diferentes ONG’s , ni de nadie, y solo se presentaba como una denuncia de los comunista que tenemos por oficio eso, pero en este segundo período presidencial ¿que es lo que ocurre? Ocurre que gracias a que Uribe comete el grave error de pretender lavar la imagen de estos paramilitares, de sacar a la fuerza la ley de justicia y paz qué lo logra en su segundo período, cumple dos años, y no hay ni un solo condenado por la ley de justicia y paz. Es una ley de impunidad. Gracias a que Uribe cometió tantos errores acumulados tuvo una presión nacional e internacional fuerte, de exigencia a que mostrara resultados; y comenzó entonces a presionar a los capos del paramilitarismo a que confesaran algunos delitos, ya que la ley de justicia y paz lo considera así, y en medio de esas contradicciones de Uribe con los paramilitares, de Uribe con otros políticos, de ajustes de cuentas entre ellos por compromisos incumplidos, todos sabemos que Uribe hizo pactos en Santa Fe de Ralito con los paramilitares. Pactos para que no exista la extradición, y aun los paramilitares no tiene la certeza de que van a ser extraditados. Es más: las extradiciones están aprobadas, lo que no están es ejecutadas, que eso ya es de discreción del presidente de la república, o sea el peligro de la extradición está. Por esa razón estos paramilitares comenzaron también a hablar, a contar cosas.

RAMON MARTINEZ: Hay unas cosas que son interesantes, Carlos; está pendiente la aprobación del TLC con Colombia, hay algunas presiones de senadores demócratas y republicanos. ¿Podemos decir que Uribe quizá tenga una carta debajo de la manga con estas extradiciones que hace falta ejecutar con estos señores del narcotráfico?

CARLOS LOZANO: Puede ser, pero yo creo que Uribe no llegue a tanto. Uribe tiene pactos muy profundos, y además, estos paramilitares tienen secretos, saben mucho más de lo que han dicho. Estos hasta ahora no han dicho nada. Como decía en estos días la senadora Piedad Córdoba, que estos paramilitares han contado hasta ahora historietas y chismes, que son graves, pero faltan las cosas fuertes. Hasta ahora van 14, pero hay otros 15 que están procesados, que aun no están en la cárcel. Me refiero a congresistas. Hay algunos pocos políticos y el ex director del DAS. Se ha hablado de Rito Alejo del Río, pero aun la fiscalía no le ha abierto la investigación de nuevo. Faltan los empresarios; faltan los latifundistas; aquí falta mucha gente todavía, así que Uribe tiene que cuidarse mucho con los paramilitares, así que lo importante de todo esto es que ha generado una etapa de crisis, una desestabilización. Yo no digo de crisis profunda, pero sí una crisis que comienza a asomarse, y desde luego ya Uribe no puede gobernar como antes, no puede gobernar como gobernó en el pasado, aun sosteniendo todavía las mayorías uribistas. Por ejemplo este pleito con la corte suprema sobre el delito de corrupción que quiere él proporcionarle a los paramilitares para después poder decretar la amnistía. Se trata de un delito político; en ese pleito, pues, Uribe tiene la mayoría en el congreso para hacerlo, además, porque va a beneficiar a su propia gente, no es cualquier cosa. Por ejemplo, que el partido de la U tenga ya como 20 congresistas vinculados a procesos judiciales; aunque no todos en la cárcel, por esa vía se van a quedar sin congresistas. Los señores de Cambio Radical del señor Vargas Lleras, que hace tantos aspavientos, también tienen como 10 congresistas vinculados a procesos judiciales. Convergencia Ciudadana que tiene 7 senadores, 4 de ellos vinculados a procesos judiciales empezando por su jefe, el señor Gil, al que llaman el tuerto Gil, entonces naturalmente todavía tiene gobernabilidad, pero está afectada su legitimidad, que es lo que lo tiene en serio cuestionamiento internacional. Los demócratas norteamericanos están cuestionado, eso porque no le reconocen a Uribe cualidades para proteger los derechos humanos, para poder garantizar que no haya impunidad en el país, y para poder realmente conducir el país a la paz a la democracia, a la justicia social. Y eso no obedece a que los demócratas sean mejores que los republicanos; son contradicciones propias de la campaña electoral estadounidense, así que yo no me hago ilusiones: al fin y al cabo fueron los demócratas quienes aprobaron el plan Colombia. En semejante situación nos tienen, pero de todas maneras es importante que esa contradicción bipartidista en Estados Unidos está conduciendo a frenar el tratado de libre comercio y está mostrando que Uribe no tiene de todas maneras todo el respaldo, todo el espaldarazo del impero del norte para poder hacer y abusar como lo estaba haciendo antes.

Y ni que hablar de Europa, de la Unión Europea. Con ser tolerante ha sido cómplice de Uribe. De todas maneras ya comienza como a guardar distancias. A mi modo de ver, eso, más la presión internacional, los debates en el parlamento del POLO DEMOCRATICO ALTERNATIVO, los debates en el parlamento del Partido Liberal, las denuncias de las organizaciones no gubernamentales sobre el tema de los derechos humanos, sobre la impunidad, condujeron a que se saliera del bloque este escándalo de la parapolítica que compromete directamente al presidente Uribe Vélez. Hasta el momento, con mucha habilidad le ha sacado el cuerpo a eso, porque sin ser él un gran estadista, sin ser un hombre intelectualmente sólido, de todas maneras es muy hábil, muy inteligente, eso no se le puede negar. Pero es un manzanillo, es un oportunista como cualquier politiquero colombiano, y eso lo maneja muy bien. Él ha sabido hasta ahora eludir todas sus responsabilidades, con el cuento de «que cada quien debe responder por lo que hizo». Pero es que todos los votos que eligieron a esos congresistas paramilitares hoy, aquellos congresistas que están en la cárcel, aquellos congresistas que están siendo procesados, esos votos también le sirvieron a Uribe para ser elegido, en la primera y en la segunda elección presidencial. Y eso es lo que tiene que tomar atenta nota, no solamente los círculos norteamericanos, si no en Europa y en el mundo, aún en América Latina, en donde hay tanto silencio por decirlo de alguna manera, de tantos desafueros del presidente Uribe. Así que estamos frente a una crisis política. Esto no es nuevo. Todavía no tiene desarrollo en una crisis económica y social, porque al contrario, Uribe está siendo beneficiado con un auge de la economía, que no es colombiana, es en América latina; el auge de la economía colombiana tampoco es que sea mucho, comparado con los países latinoamericanos que lograron mayor crecimiento económico en los ultimas años. El de Colombia es un crecimiento de los intermedios, con la tendencia a ser de los más bajos, aunque es importante el crecimiento. Pero claro, es un crecimiento que no beneficia a los sectores populares, beneficia a la gran oligarquía, que por eso está contenta. El día en que en el país haya una crisis económica, es decir, que pase esta coyuntura favorable, que puede pasar, incluso en este mismo año, el día en que la oligarquía no siga llenándose los bolsillos de dinero, ese día el señor Uribe va a tener menos respaldo de estos señores que son los verdaderos dueños del país y por esa razón es que hay que considerar como una probabilidad el hecho de que Uribe no termine su mandato presidencial. No es una certeza pero sí una probabilidad si se dan las condiciones, porque Uribe no puede gobernar como antes. Lo que falta ahora es que la crisis se generalice, que haya una crisis económica y social que incluso su soporte social que es la oligarquía lo abandone y que impulse la movilización social contra la injusticia que ya se está dando en Colombia en los últimos meses.

RAMON MARTINEZ: Has tocado un tema muy interesante y que desde Venezuela se ve con mucha expectativa: lo que puede suceder en Colombia con respecto a las políticas imperiales, plan Colombia, plan Patriota, todas esas cosas que están enfocadas como una agresión a la revolución bolivariana. Lo que tú acabas de decir, que es posible que Uribe no termine el mandato presidencial, vamos a verlo desde la otra óptica: si Uribe no puede terminar su mandato, ¿cómo las fuerzas populares y democráticas lograrían convertirse en una alternativa real de poder, cómo se encuentran, teniendo en cuenta la influencia de la insurgencia armada y las diferencias que existen al respecto?

CARLOS LOZANO: Yo creo que hay que considerar que la izquierda y los sectores democráticos colombianos tienen que preparase en definitiva para las elecciones del 2010. Esta tiene que ser la meta, y tiene que ser una convergencia de las fuerzas de izquierda y de las fuerzas democráticas para abrir un frente amplio capaz derrotar al uribismo, no solo a Uribe, si no al uribismo, en las próximas elecciones. Sin embargo la izquierda tiene que estar preparada para cualquier eventualidad y para cualquier circunstancia, porque el papel de la izquierda no puede reducirse a una oposición simple en el parlamento. Es muy importante, pero no es la única. No se puede reducir a prepararse para unas elecciones que al fin y al cabo son rutinarias, ocurren cada cuatro años, si no para cualquier fenómeno que se presente en el proceso político colombiano, y fácilmente se puede presentar, la eventualidad de que se le agoten las posibilidades al presidente Uribe de estar allí. Entonces allí es donde tiene que jugar la izquierda, donde tiene que jugar la democracia en Colombia para buscar una salida, desde luego institucional, no insurreccional, ni una revolución, pues como cuando uno habla de esto los uribistas salen diciendo que uno está llamando a la lucha armada y al desconocimiento del orden constitucional. Pues no se trata de esto; se trata de que con la participación del pueblo, que al fin y al cabo como dicen los abogados, es el constituyente primario, se puede definir el rumbo del proceso colombiano por la vía de una solución democrática, por la vía de convocar unas nuevas elecciones, de anticipar unas elecciones, para lo cual debe estar preparado el país, la izquierda, la democracia, sobre la base de un frente amplio que permita abrir la posibilidad de reconstruir el país sobre nuevas bases.

Nosotros no tenemos que preocuparnos tanto por la insurgencia; la insurgencia es una realidad en Colombia, que tiene unas causas naturales. Entonces, en la medida que el proceso político vaya decantando esas causas del conflicto, bien por la vía de una negociación con la guerrilla o bien por el fortalecimiento de la democracia, pues se pueden dar las condiciones para que la guerrilla juegue un papel político en este proceso, para que en el futuro el país logre la paz, logre la democracia, logre la justicia social. Dicho de otra manera: yo no creo que los problemas de la democracia en Colombia sea la guerrilla, eso es un error que hay incluso en ciertos personajes de la izquierda que se dejan acosar por la derecha, que se dejan cuestionar de la derecha, porque creen que eso es un pecado pues, decir que la guerrilla tiene un espacio político en la vida del país.

El Polo Democrático lo ha dicho en varias oportunidades: nosotros no acudimos a la vía de las armas, no aceptamos que la política se haga por la vía de las armas, pero esperamos a las guerrillas de hoy aquí en el Polo Democrático. Tendrían que ser desarmadas, a eso no hay que tenerle temor y ese no es el enemigo; el enemigo es el que nos quiere llevar a la noche oscura del fascismo, de la negación de los espacios de participación y de libertad y de democracia que debe haber en Colombia. Ese es el verdadero enemigo y eso es lo que debemos entender a la hora de actuar en la vida política nacional.

RAMON MARTINEZ: Si tú dices que el problema en Colombia no es la insurgencia armada, que tiene un espacio que se lo han ganado con muchos mártires, se habla de un acuerdo humanitario, se habla de unos posibles acuerdos de paz con sectores como el ELN, ¿cómo entrar a materializar eso? ¿Se pasa primero por llegar a un proceso electoral o se pasa necesariamente primero por buscar un acuerdo nacional que conlleve a una buscar una viabilidad de solución a este conflicto que ya lleva 60 años en el país?

CARLOS LOZANO: No, no son contradictorios, nada de esto es contradictorio. Nosotros tenemos que entender como parte del proceso político que está en marcha, que hay la necesidad de propiciar el acuerdo humanitario. Un acuerdo humanitario no es un acuerdo político; eso no nos va a cambiar el país, ni si quiera va a resolver el problema de la guerra. El acuerdo humanitario lo que va a resolver es el problema de un drama, de una tragedia, de una gente que está en cautiverio y que merece tener la libertad, para que no ocurra lo que ocurrió con los diputados del Valle del Cauca, para que no ocurra lo que ocurrió en Urrao, Antioquia, donde también murieron varios de las personas que estaban en poder de la guerrilla. Entonces ¿cómo impedir eso? Mediante los operativos de rescate se ponen en peligro la vida de las personas; o mediante un acuerdo humanitario que lo puede hacer el propio Uribe, si tiene la voluntad y el deseo de hacerlo. Entonces hay que presionarlo con la comunidad internacional, ahora que esta marcha del profesor Moncayo, que ha movilizado a miles de personas en torno a intercambio humanitario, que bien podría abrirse espacios. Ahora el tema de la paz es otro. Desde luego va ser muy difícil con un gobierno como el de Uribe, por eso se requiere de un nuevo gobierno, de una nueva realidad en Colombia que asuma como una necesidad el tema de la paz, por la vía del diálogo y la negociación que es lo que no tiene en sus cálculos Uribe. Sí lo tiene que tener claro la izquierda y los sectores democráticos; yo creo que hay que trabajar por construir un frente amplio de los colombianos para poder gobernar a Colombia sobre nuevas bases de democracia, para que se produzca una apertura democrática en la cual es fundamental la solución política del conflicto.

RAMON MARTINEZ: ¿Ese frente no pasa por el Polo Democrático, como el germen, o sería otra fuerza mucho más amplia?

CARLOS LOZANO: Yo creo que ese germen es el polo democrático, claro, y es una realidad hoy día. Podríamos decir que el polo democrático es la columna vertebral de ese cambio, pero tiene que estar abierto a nuevas expresiones, a nuevos movimientos de expresión social y popular, aunque el polo tiene que definirse y tiene que tener identidad en estos propósitos. Bien lo dice el maestro Carlos Gaviria, con identidad, sin sectarismos, sin ambigüedades, eso es lo que debe tener el polo para poder liderar este proceso de cambio en el país.

RAMON MARTINEZ: En las últimas declaraciones del ministro de defensa reconoce que altos mandos militares han estado vinculados al narcotráfico. ¿Es otro mensaje de que el país esta en manos de delincuentes?

CARLOS LOZANO: Mira, eso no es nuevo. Que el narcotráfico tenga penetrada las fuerzas militares, eso ha sido así toda la vida. O sea que el señor ministro de la defensa no ha descubierto el agua tibia. Lo que pasa es que ahora, para poderse rodear de apoyos internacionales en momentos en que la oposición civil es bastante frágil y bastante débil, ellos andan con esa historia, como la historia que sacó el director del DAS sobre el tema del asesinato de los 11 diputados que dice que fue fuego cruzado de dos grupos de la guerrilla que se enfrentaron y es ahora cuando ese señor director del DAS se está yendo, viene a decirnos que esa fue la realidad en la muerte de esos 11 diputados. Estas no son falacias, son historietas, son fábulas que ellos se están inventando para convocar el apoyo internacional, para ser víctimas del conflicto. El gobierno cree que es víctima y entonces está convocando a la solidaridad como si no fuera el victimario. Entonces la verdad es que esto no es nuevo: el narcotráfico ha tenido permeado a los militares desde hace ya mucho tiempo. Acuérdate que hace dos años, o menos de dos años, en el Valle del Cauca, cuando un grupo del ejército asesinó a un poco de policías y les hizo una emboscada porque iban a capturar a unos capos del cartel del norte del valle, o sea era un batallón del ejército al servicio del narcotráfico. Eso no es nuevo, ellos están penetrados hasta lo más profundo, y el señor Santos sale ahora revelando una gran cosa, pues haciendo un gran escándalo con algo que es el pan de cada día en Colombia.

RAMON MARTINEZ: Finalmente, en una de los últimos informes de una agencia internacional sobre el oficio del periodismo, aparece Colombia como uno de los países mas peligrosos para ejercer esta profesión, el primero en América Latina en donde más periodistas han sido asesinados con un promedio de 7 por año. ¿Cuál es la situación real del periodismo en Colombia: hay libertad de expresión o no la hay? ¿Cuál es la situación real?

CARLOS LOZANO: No hay libertad de prensa; el periodismo en Colombia está amordazado, no tanto por leyes ni por instituciones sino de hecho por esta campaña del paramilitarismo, por la intimidación de Uribe. Todo medio de comunicación, no solo de la izquierda, así le ocurrió a la revista Semana, le ha ocurrido a periodistas que trabajan en los medios de comunicación del régimen, que por criticar al gobierno son calificados de terroristas, que decir del periódico VOZ, que ha sido señalado por el señor Uribe de ser cómplice de la guerrilla. Entonces hay una campaña desde el alto gobierno que se traduce en crímenes, en asesinatos, en que los periodistas sean silenciados a bala por los enemigos de la paz y de la democracia. Entonces en Colombia, en definitiva, no hay libertad de prensa, no hay medios de comunicación libres, no hay medios de comunicación que tengan la posibilidad de llevar un mensaje directo. Eso es un hecho histórico que un periódico como VOZ esté cumpliendo 50 años, y no como un mérito de la democracia sino como un mérito de la obstinación tal vez de quienes han promovido el semanario VOZ con el apoyo de los comunistas, de la izquierda, del movimiento popular en medio de la tragedia, en medio de la intimidación, de las bombas, de los asesinatos. Manuel Cepeda, directo, fue asesinado; muchos periodistas nuestros han sido intimidados, otros han tenido que salir. Esa es la realidad.