El acercamiento al accionar teórico y practico de Camilo Torres como sacerdote, sociólogo y revolucionario, a más de cincuenta años de su asesinato en el Santander, nos lleva a encontrarnos nuevamente con sus aportes pedagógicos y sus propuestas de construcción y comprensión del entorno social colombiano. Cuando escuchamos el concepto de amor al prójimo, podemos […]
El acercamiento al accionar teórico y practico de Camilo Torres como sacerdote, sociólogo y revolucionario, a más de cincuenta años de su asesinato en el Santander, nos lleva a encontrarnos nuevamente con sus aportes pedagógicos y sus propuestas de construcción y comprensión del entorno social colombiano.
Cuando escuchamos el concepto de amor al prójimo, podemos pensar en las parábolas de la biblia, en las reflexiones caritativas de los sacerdotes, que desde el pulpito les predican a sus feligreses y en las obras asistencialistas de quienes pretenden lavar sus conciencias con beneficencia para los pobres.
Pero este concepto de amor al prójimo es el principio ético del cristianismo «el que ama al prójimo cumple con la ley» [1] es una de las conductas que inclinan a Camilo a asumir el sacerdocio, «encontré en el cristianismo como una forma de vivir el amor al prójimo, el amor a los semejantes. Al ver la importancia que tiene esto, resolví dedicarme al amor al prójimo de tiempo completo y por eso me hice sacerdote» [2].
Es ahí donde encontramos la pertinencia del pensamiento de Camilo, en el amor al prójimo que sale de los templos y los bienes de la iglesia, que se radicaliza ante la caridad y la beneficencia de los poderosos, pues reafirma que este amor debe ser desinteresado, pedagógico, eficaz y profundamente revolucionario, debido a que «ese sentimiento se manifiesta en los movimientos revolucionarios de los pueblos, en la necesidad de unir a los países débiles y oprimidos para acabar con la explotación» [3] la eficacia del amor es entonces una praxis política, que no solamente vincula a cristianos comprometidos con la enseñanza de la palabra, sino que llama a los sectores mayoritarios, a la clase popular, a forjar ese amor en los semejantes y por medio del mismo desarrollar un que hacer en el desenvolvimiento de las luchas de nuestro pueblo.
Como se ha enunciado, traer el pensamiento de Camilo después de medio siglo es un reto y hemos decido aceptarlo, pues su vigencia lo hace contexto y en esta Colombia que hoy por hoy se debate entre el amor y el odio, entre la guerra y la paz, es oportuno traer el mensaje de Camilo, retomar el amor eficaz, la unidad como prioridad, y el trabajo con las bases, además de ser nuestro deber mostrarlo en las practicas políticas, militantes y revolucionarias.
Es por ello que para poder hablar de amor eficaz, es necesario mencionar la importancia que tiene el trabajo popular en el concepto y Camilo fue profundamente insistente en ello «los sacerdotes deberíamos trabajar con los pobres, no para los pobres, a fin de que éstos sean los que realicen sus conquistas por organización y por presión». Encontramos entonces una profunda vinculación con los sectores populares, con sus realidades y sus necesidades como clase mayoritaria en Colombia.
Amor, acción y eficacia pedagógica
Los trabajos desplegados en la experiencia del Movimiento Universitario de Promoción Comunal (MUNIPROC) y en la Unidad de Acción Rural de Yopal (UARY), debelan dos características claves para entender que el amor eficaz es una practica política y pedagógicamente ligada a la acción, pues fueron ejercicios que se vincularon desde lo pedagógico (haciendo) y desde el haciendo (reflexionando), es decir desde una pedagogía reflexionada unida a la acción, lo qué logró generar el impulso que alterara el sentido del amor al prójimo pasivo, para convertirlo en amor eficaz activo y comprometido con los sectores marginados de la sociedad.
De este impulso emergen experiencias artísticas, pedagógicas y deportivas, llenas de eficacia, de acción reflexionada, de compromiso con pobres del campo y la ciudad. Estas practicas pedagógicas relacionadas con la tarea sacerdotal, ideológica y militante de Camilo, son las que nos llevan a pensar que el amor eficaz se encuentra ligado de manera permanente al trabajo popular, elemento que logra condensar la propuesta de entrega y voluntad desinteresada por contribuir a las luchas de la clase popular, que como bien lo desarrolla Camilo esta compuesta por estudiantes, trabajadores, campesinos e intelectuales.
El trabajo popular es entendido por Camilo como el elemento que logra trasgredir la teoría de cafetín; lo entiende como la acción que todo cristiano y revolucionario deben desarrollar para promover las transformaciones estructurales que se hacen necesarias al hacer eficaz el amor al prójimo, «Este amor al prójimo para ser eficaz necesita un cambio del poder político para que las leyes hablen a favor de las mayorías y si este cambio de poder político es lo que nosotros llamamos revolución, solamente se lograra el amor al prójimo mediante la revolución en Colombia» [4] así logra darle sentido al desprendimiento de sus condiciones materiales, emergiendo aquel Camilo que deja de lado su labor sacerdotal, para hacer del sacerdocio una praxis emancipadora «en mi concepto, la jerarquía de prioridades debería ser inversa. El amor, la enseñanza de la doctrina, y por ultimo, el culto» [5].
El trabajo popular al cual nos referimos, es el que logra hacer que el concepto de amor eficaz sea pertinente en la actualidad, que no pierda vigencia, pues su desarrollo en campos, ciudades, fábricas y universidades, logra que la vinculación fraterna de la clase popular se continúe fortaleciendo como una profunda cadena de afectos, que se consolida al mantener como principio la unidad popular.
Conclusiones para el trabajo urbano popular
Traer a Camilo Torres Restrepo a los barrios populares, vincularlo pedagógicamente a lo urbano, es un imperativo de quienes desarrollan trabajo popular en las barriadas de las gentrificadas ciudades colombianas, entender del desenvolvimiento practico de la eficacia del amor, como praxis liberadora que potencia reflexiones comunitarias, que genera nuevos liderazgos populares, que alienta la organización de las mayorías y que problematiza el poder de abajo hacia arriba, es clave y elemental para continuar desarrollando la construcción de una nueva ciudad.
Pues es solo con esta voluntad de trabajo, con esta potente pedagogía de la vida y la esperanza que el campo popular logrará desarrollar escenarios democráticos concretos y reales en donde la voz de los estudiantes, los trabajadores y los pobladores urbanos en general, sea escuchada y nunca más silenciada.
«La lucha es larga comencemos ya«.
Notas
[1] San Pablo, Rom. XXI, 8.
[2] Camilo Torres Restrepo Escritos, Tomo II. Pág. 17
[3] ibíd. Pág. 22
[4] Ibíd. Pág. 22
[5] Ibíd. Pág. 18
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