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Desde Chiloé

El anhelo y los esfuerzos por generar un proceso constituyente

Fuentes: Rebelión

El anhelo y los esfuerzos por generar en Chile, un proceso constituyente que contenga una Asamblea Constituyente participativa, amplia, plural, inclusiva que dé cuenta de toda la diversidad existente a lo largo de nuestro territorio nacional y que culmine con una nueva Constitución política para Chile, ha sido una esperanza y el propósito de muchos […]

El anhelo y los esfuerzos por generar en Chile, un proceso constituyente que contenga una Asamblea Constituyente participativa, amplia, plural, inclusiva que dé cuenta de toda la diversidad existente a lo largo de nuestro territorio nacional y que culmine con una nueva Constitución política para Chile, ha sido una esperanza y el propósito de muchos chilenos patriotas. Desde los libertadores, antes del comienzo de la república; hasta el compromiso del primer gobierno democrático del años 90 que prometió una asamblea constituyente, pasando por Fray Camilo Henríquez que en los primeros periódicos chilenos la propuso, Eduardo Frei Montalva, quien en agosto de 1980, en una acto contra la dictadura en el teatro Caupolicán de Santiago, exigió la realización de una asamblea constituyente para avanzar en una verdadero camino democrático.

Es decir, generar una nueva constitución por la vía de una asamblea constituyente es el propósito histórico de los demócratas y patriotas en estos 205 años de historia de Chile. Asumiendo que las tres Constituciones que han regido a Chile han tenido una formulación autoritaria, excluyente, oligárquica y poco democrática en su esencia.

Desde hace algunos meses, organizaciones sociales y personas individuales habitantes del archipiélago de Chiloé hemos reunido voluntades y esfuerzos en la Comuna de Castro, para proponer y avanzar en un proceso constituyente que nos permita contar con una carta constitucional más plural, inclusiva y democrática.

En este escenario, el llamado de la presidenta de hace algunos días, nos parece contradictorio, insuficiente y ambiguo en su forma y en su contenido.

El actual Gobierno prometió un cambio constitucional, promesa que le permitió sumar votos, y que no se cumplirá y que se traspasará para el próximo período.

La Presidenta radica la voluntad de avanzar en estos cambios en el Congreso. Un Congreso cuestionado en lo ético y sin credibilidad entre la ciudadanía. Sólo recordar que éste, está avalado por menos del 50% de la población con derecho a voto. Parlamentarios imputados por defraudar al Fisco en el financiamiento de sus campañas. Un Congreso cuestionado por su poco eficiente participación en la promulgación de leyes que sean valoradas por la mayoría de la población y su eficiencia para la aprobación de leyes que beneficia a los grupos económicos, trasnacionales y a la clase política. Un Congreso que se ha distanciado del sentir de la inmensa mayoría de ciudadanos que vemos como esta clase dirigente cada vez vive más alejado de nosotros y de nuestros problemas.

La propuesta del gobierno propone la articulación de una comisión que sistematice los diálogos ciudadanos, los que no serán vinculantes y podrán ser considerados o no según el criterio del parlamento.

Las experiencias de comisiones que hemos tenido en los últimos años han arrojado no muy esperanzadores resultados. Estas comisiones de expertos por lo general son parte de las élites políticas en el poder, carentes de participación real de los vecinos, de las regiones y de las provincias, en consecuencia estas comisiones, no electas popularmente, carecen de representatividad y se constituyen en un obstáculo a la participación.

Finalmente la Asamblea Constituyente será el resultado de un largo proceso que debe ser votado por el parlamento del año 2017, cuestión que no nos garantiza nada por la espuria composición de tal órgano.

En la difícil situación de credibilidad y legitimidad de las actuales autoridades nos permitimos hacer un llamado al Gobierno y muy especialmente a la Presidenta para aprovechar la oportunidad que los múltiples movimientos que hemos surgido a lo largo de todo el país para trabajar y participar en torno a la elaboración de una nueva Carta Fundamental a través de una asamblea constituyente. Creemos necesario que los problemas locales también se reflejen en la Nueva Constitución, como la explotación minera, contaminación de los mares, explotación del bosque nativo, la defensa de del agua y nuestra singular insularidad.

Entendemos que esta es una oportunidad para abrir reales espacios de participación, pues la creatividad y las posibilidades de construir un país más justo y más equitativo, está en las mayoría que desde hace rato venimos trabajando por un marco que permita sumar todos los esfuerzos por la construcción de un mejor país, más humano, más fraterno y solidario.

Sin embargo valoramos la decisión de avanzar hacia una nueva constitución, valoramos el ejercicio democrático de los diálogos ciudadanos (aunque no sean vinculantes, valoramos el ejercicio), valoramos la iniciativa de este proceso constituyente y nos comprometemos a estar en todos los diálogos, en todos los territorios aclarando y promoviendo la participación de los vecinos para marchar hacia una verdadera Asamblea Constituyente, de la misma forma manifestamos nuestro propósito de hacer caminar al parlamento y a toda la sociedad hacia un proceso que concluya con una Asamblea Constituyente, con la presión que un pueblo organizado puede ejercer.

Movimiento por la Asamblea Constituyente de Castro – Chiloé

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de los autores mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.