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Memoria ilustrada de los españoles que liberaron París

El autor de cómic Paco Roca publica la novela gráfica «Los surcos del azar»

Fuentes: Rebelión

A la memoria de los republicanos españoles que liberaron París del yugo nazi en 1944 -integrados en «La Nueve», dentro de la División Leclerc- ha dedicado el autor de cómic e ilustración, Paco Roca, su último trabajo gráfico, «Los surcos del azar» (Editorial Astiberri), presentado esta semana en la Librería Primado de Valencia. Se trata […]

A la memoria de los republicanos españoles que liberaron París del yugo nazi en 1944 -integrados en «La Nueve», dentro de la División Leclerc- ha dedicado el autor de cómic e ilustración, Paco Roca, su último trabajo gráfico, «Los surcos del azar» (Editorial Astiberri), presentado esta semana en la Librería Primado de Valencia. Se trata de una novela animada que trasciende texto y dibujos, la forma, pues según confiesa el autor, hay un potente motivo de inspiración: «Hemos de seguir luchando y recordando, por nosotros y por las generaciones que vendrán después; seguir luchando es tan importante como respirar». Está previsto que «Los surcos del azar» se edite en Francia el próximo mes de abril.

Mediante viñetas y narrativa, el dibujante valenciano rescata el recorrido de la Novena compañía de la Segunda División Blindada de la Francia Libre (División Leclerc). Nutrida principalmente por españoles (146 sobre un total de 160), «La Nueve» combatía a las órdenes del capitán Dronne. De este modo, con «Los surcos del azar», Roca pretende rendir homenaje a los españoles que contribuyeron a la derrota del fascismo en la segunda guerra mundial. Primero en el exilio (tras huir por el Puerto de Alicante), en los campos de concentración franceses del norte de África, después peleando en la guerra del desierto (contra Rommel y el Afrika Korps), luego en Normandía y, finalmente, en la entrada triunfal con la división Leclerc en el París ocupado. Llegaron asimismo al Nido del Águila, refugio de Hitler.

Los componentes de «La Nueve», la mayoría de ellos, tomaron las armas por primera vez en 1936 para defender a la II República. Tenían menos de 20 años. Y así hasta que incursionaron en París -fueron los primeros en hacerlo- la noche del 24 de agosto de 1944. «Madrid», «Don Quichotte», «Guadalajara», «Madrid», «Teruel», «Ebro», «Guernica»… Eran algunos de los nombres que figuraban en el frontispicio de los carros de combate. Los republicanos españoles también ocuparon la primera línea en el desfile de la victoria por los Campos Elíseos. La sensación de amargura, olvido y desencanto llegaría después, ya que ni la Francia triunfante de De Gaulle reconoció su aportación (la reclamó en exclusiva para el estado-nación francés) ni sus ojos verían la derrota de la dictadura franquista. Les tocó aguardar muchos años en el exilio.

Paco Roca ha realizado tanto el guión como los dibujos de esta novela gráfica de 308 páginas. Nacido en Valencia en 1969, el autor de cómic e ilustrador empezó dedicándose a la publicidad. Montó más adelante un estudio de ilustración y empezó a compaginar trabajos con los que se ganaba la vida y relatos de cómic. Además de «Los surcos del azar», ha publicado «El juego lúgubre», «El Faro», «Arrugas» (Premio Nacional de Cómic en 2008 y Goya al mejor guión en 2012 de la versión llevada al cine por Ignacio Ferreras), «Las calles de arena», «Emotional World Tour», «El invierno del dibujante (premio al mejor guión y mejor obra en el Salón del Cómic de Barcelona en 2011); «Memorias de un hombre en pijama» y las ilustraciones de «La Metamofosis» de Kafka, entre otras obras.

El dibujante conoció en Francia a dos de los últimos supervivientes de «La Nueve», Luis Royo y Manuel Fernández, con los que conversó. El tercero, Rafael Gómez, nunca quiso hablar y recordar la época de guerra. En Francia no se les reconoció el mérito en la lucha contra el fascismo durante décadas. A una cierta rehabilitación posterior contribuyó el libro de la periodista e investigadora Evelyn Mesquida «La Nueve. Los españoles que liberaron París» (Ediciones B). En 2004 -60 años después-, la capital francesa les dedicó unas placas conmemorativas y en agosto de 2012, en el 68 aniversario de la liberación, una bandera de la España republicana ondeó en el Ayuntamiento de París. Actualmente, se puede recorrer una ruta temática de 3 kilómetros entre la Puerta de Italia y la Plaza del Ayuntamiento parisino, que sigue los pasos de «La Nueve».

En «Los surcos del azar» Paco Roca ha buscado el realismo. Se ha dejado asesorar por gente muy metida en los entresijos de «La Nueve», que conocen las indumentarias militares, el material bélico, el atrezo y otros ingredientes necesarios para otorgarle verismo a la narración. También reconoce la importancia de los silencios y las miradas, «que muchas veces dicen más que largas parrafadas de diálogos». Pero asegura que lo primero es «meterte en la historia y creértela». En parte por eso ha escogido como protagonista al subteniente canario Miguel Campos, enrolado en «La Nueve» y a quien se perdió el rastro tras la toma de París. «He intentado entenderlo para poder contar cómo era y cómo viviría; para conferirle humanidad». Un personaje del que poco se sabe y que al ilustrador le sirve como hilo conductor para reconstruir la historia de los españoles que liberaron París.

En ocasiones el dibujante ha tenido que priorizar entre realidad y leyenda. Se cuenta que la noche en que la Novena Compañía ingresó en París -dos secciones se dirigían hacia la capital: la de Dronne y la de Amado Granell- hubo tiroteos con los alemanes y fue Granell el primero que entró en el Hotel de Ville (aparece en las fotografías de Libération). El historiador estadounidense Robert Coale, que lleva una década investigando y preparando un libro sobre «La Novena»- le desmintió esta versión a Paco Roca: ni hubo balacera, ni el protagonismo es exclusivo del teniente Granell, sino de la sección entera. También se dice que «La Nueve» enarboló la bandera republicana junto a De Gaulle, pero Coale le señaló al autor de cómic que se trataba de un episodio ficticio. Paco Roca se quedó a medio camino: mostró la enseña republicana pero sin que la empuñaran los españoles. Aunque el historiador encontró finalmente pruebas de que la versión inicial sí era cierta.

Trabajoso, arduo, exhaustivo, prolijo. Paco Roca ha vivido como «muy absorbente» el parto de «Los surcos del azar». «Es la historia que te ha de apasionar en los próximos años, con la que te levantas y te acuestas; partes de una idea, después viene la fase de la documentación, lectura, vídeos, fotografías…» (para la novela, Coale le prestó abundante información de sus pesquisas). El segundo paso, no menos laborioso, consiste en embarcarse en la parte gráfica. Los atuendos no son los mismos en África que en París, ni al principio que en el final de la contienda. Los cascos, una pistola del ejército estadounidense, los uniformes del ejército alemán….Un proceso que requiere minuciosa documentación y asesoramiento de gente especializada. Un proceso que enlaza con el tipo de novela que pretendía el dibujante: «Me he inclinado hacia el lado documental, hacia la realidad; en este libro no me interesaba la típica aventura o historia bélica». Los personajes no aparecen siempre enrolados en batallas. Hay también escenarios de vida cotidiana, de distensión, lo que complica el trabajo de documentación previa.

¿Por qué «Los surcos del azar»? El título hace referencia a unos versos de Antonio Machado incluidos en «Campos de Castilla» (Proverbios y Cantares): «¿Para qué llamar caminos/a los surcos del azar?…/Todo el que camina anda,/como Jesús, sobre el mar». El exilio español era prolífico y disperso, casi al azar uno podía encontrarse con expatriados españoles en Rusia, Orán, Francia, México, construyendo la línea Maginot o el Transahariano. La Novena compañía de la Segunda División Blindada de la Francia Libre -integrada por republicanos, socialistas, anarquistas, comunistas, entre otros- formaba parte de este exilio. Sobre todo, de la Resistencia. «Sería una película muy cara y costosa de hacer, con sus tanques, recreación de batallas, etcétera», opina Paco Roca. «Tal vez como filme de animación sería más sencillo», concede, con el punto de mira en el rescate de la memoria democrática de este país. «Si la historia de La Nueve fuera norteamericana, hace mucho que la película estaría realizada», remata.