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A los desaparecidos, las muertas, sus madres y sus hijas...

El Blanqueo

Fuentes: Kaos en la Red

La Moneda arde todavía como el Infierno que es… Nada la blanquea, nada apaga sus miserias Y la Cámara Alta es bajísima y la Baja, peor… Y ustedes sentadas allí siguen sucias de impunidad de la boca les surgen monstruos y de los ojos, crimen… Pero se quieren blanquear Se blanquean porque se creen blancas… […]

La Moneda arde todavía como el Infierno que es…

Nada la blanquea, nada apaga sus miserias

Y la Cámara Alta es bajísima y la Baja, peor…

Y ustedes sentadas allí

siguen sucias de impunidad

de la boca les surgen monstruos

y de los ojos, crimen…

Pero se quieren blanquear

Se blanquean porque se creen blancas…

Se blanquean para que no se les note la sangre criminal

en las solapas de sus trajes

Ustedes, falsos…

Desentierran al padre de una mujer, una y otra vez…

Niegan al hijo de otra

dejándole las lágrimas grabadas en su vientre deshecho…

Ellas, bailando solas, resisten…

Ustedes no se blanquean ni que se bañen en cloro…

Porque ellas…

resisten a los cómplices como ustedes

resisten a la buena esclava con su sonrisa vacía…

La buena esclava tiene un monstruo sentado atrás: el que mueve sus hilos…

La buena esclava: esa que regurgita presidiendo, dicen, los derechos inhumanos

Esa que vomita desde la caja de idiotas

(que la libra y la guarda, como su dios).

Los desentierran y los niegan

esconden los restos y escapan

Quieren borrarlos de la Historia

Le vuelven a vendar la vista a la madre de un joven que no llora porque no puede…
le vuelven a vendar la vista ante su mirada de niño

(como si de nuevo tuviera dos años y hubiera quedado en una calle

solito…

…mientras los esbirros raptaban a su madre y a su padre,

para desaparecerlos en una fosa oscura)…

Resisten a los criminales, la hija, la madre, la mujer, el joven

Todas resistimos

Todos

Resisten porque quieren…

Resisten a la mensajera de un pacto de felonías que rubila…

(aunque yo digo que entontece y enceguece)

La resisten…

Resisten a la mensajera del pacto entre seres desiertos de  dignidad

Resisten a la buena esclava del fascismo que colea vivito en sus garras

Resisten a los colmillos afilados de los miserables cómplices

de Cámaras Altas y Bajas…

En las Cámaras más bajas que se hubieran visto

(parecidas a cámaras de cañerías por donde viaja la mierda)…

en Cámaras adosadas a La Moneda (representante del nuevo infierno),

los engendros que se sostienen sobre la sangre de los crímenes

gritan que son el Recambio generacional y las mensajeras de la Reconciliación…

Recambio de enterradores de sueños

Reconciliación con machucones de agresores

Recambio de cómplices concertados

Reconciliación con el fusil en el pecho

Quieren amordazarnos con sus pactos hechos de ignominia.

Pensaban callarnos con falsedades

Que no resistiríamos ni un embate más

Que este era el golpe de gracia que necesitábamos para caer muertos

Que derramar el dolor desde sus papeles tecnócratas

era igual que, escondidos tras el imperio, derramar la sangre de las nuestras…

Cobardes,

creyeron que harían rodar nuestras cabezas como lo hicieron con ella…

Se regocijaban:

imaginaban que también estaban lanzándonos al mar…

(Vivas, nos lanzaban, como es su costumbre y porque estamos vivas)…

en sacos amarrados con alambres de púas

Con rieles atados a los cuerpos…

Se estrechaban, cuchicheantes, sus manos cómplices…

se hacían pases, sonrientes, de mandos y comisiones pusilánimes

Fallaron, falsos:

No hemos muerto ni moriremos sin antes mostrarles los dientes un millón de veces

Sin antes lanzarles piedras, otras miles…

Sin antes burlarlos

Denunciarlos

Funarlos

Fallaron, falsas y falaces esclavas de los campos de la muerte

No callarán la madre ni la hija

No callará el joven desde nuestra historia

(que también le pertenece)

Y cuando él calle

(si calla por las balas que ustedes mismas le envían)

habrá crecido mi niña

habrá crecido mi guagua

y habrán crecido sabiendo que su piel tiene el aroma de la vida

porque las parimos, las sobrevivientes

Habrán crecido sabiendo que Marta, Mónica, Jane, Pepe, Luis Emilio…

no pueden morir porque vivirán siempre…

y ustedes, estarán pudriéndose

y su herencia serán monedas en pleno rostro

(y unos sillones para que se sienten los nuevos falos violadores).

Ni las desaparecidas, ni los muertos, ni las sobrevivientes

toleramos el hedor de ustedes, falsos…

huelen a descomposición

Todo $hile se inunda de su hediondez

Ni los quiltros les soportan

les gruñen

persiguen sus autos…

(los he visto)…

Y les hacen un desprecio los hijos muertos

Se burlan de ustedes varias mujeres

desde el viento, el agua y la tierra que ahora las contiene

cuentan chistes a su costa:

milicos rastreros

ridículas disfrazadas de gringas

show de borrachos y pedófilos

peinados a lo príncipe valiente

trancados con voces pastosas

Millones de hojas se movían sin saberlo sus esbirros

¡¡¡millones!!!

Se ríen, ellas y ellos…

Y aparecen sus almas, sus cajetillas de cigarros y sus billetes de escudo

justo cuando ustedes quieren negarlos

porque ven y oyen…

Porque ellas nunca fueron grises

Fueron alegres

Fueron floridas

Amantes del placer y las revoluciones

de revoluciones que olían a rosas

de amor en camas libres y sin virginidad posible

santidad ninguna y milagros muchos:

con la olla

con el tarro de pintura en el murallón áspero esperando consignas

con el fondo de parafina en la plaza

(contra la facha reacción)

y que alcanzaba pa’ toda la población

con el arroz, el azúcar y el pan pa’ las vecinas,

y con las esperanzas gratis

que se regaban cada día entre sueños y planes

arpilleras y canciones

besos y verdades

Nos reímos todas y todos

porque ustedes falsas

con sus remilgos hipócritas

con sus perfumes a costa de torturas

y con toda su agua bendita

no lavan ya su hedor

y jamás sentirán ese aroma del amor

porque están encarceladas entre la indignidad y el infierno…

(que aún arde en La Moneda)

Encarceladas…

entre Cámaras Bajas y Cámaras Altas

entre las cadenas de su propia conciencia

que aunque les deje dormir y gobernar

les empuja, cada muerte de obispo

a blanquearse de esbirros

a renegar de viejos asesinos

(muertos y perseguidos hasta el mismo cajón)

Encarceladas en el infierno

(su propio redil)

el lugar del que surgen indemnes

pero oliendo a mierda

el lugar al que tendrán que volver

porque no hay más lugar en el mundo para ustedes

Para ellas y ellos, en cambio

la cordillera entera, las aguas y la tierra,

todo está dispuesto

Ustedes, falsos

no tienen nada

sólo les queda bañarse en cloro

para ver si así pueden, al menos,

sonreír disimulando que de la boca les salen monstruos

y de los ojos, crimen…