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Abaratar el despido, eliminar la negociación colectiva, congelación salarial de los funcionarios…

El capitalismo gansteril de la CEOE de Tenerife

Fuentes: Rebelión

Siempre me ha parecido un contrasentido lo que para los empresarios parece ser axiomático: abaratar el despido favorece la creación de empleo. Despedir trabajadores es lo más parecido a destruir empleo que imagino. Se podría entender que se cree empleo para eliminar los despidos ¿No? Tampoco debería ser caro poner de patitas en la calle […]

Siempre me ha parecido un contrasentido lo que para los empresarios parece ser axiomático: abaratar el despido favorece la creación de empleo. Despedir trabajadores es lo más parecido a destruir empleo que imagino. Se podría entender que se cree empleo para eliminar los despidos ¿No? Tampoco debería ser caro poner de patitas en la calle a alguien a pesar de existir una sentencia a su favor por despido improcedente, simplemente debería estar prohibido. Pues ellos, erre que erre, se aferran al fundamentalismo neoliberal para sostener sin pudor alguno que además de favorecer la creación de empleo, el despido barato aumenta el bienestar social. Cómo se ve que estos dinerientos y sus cantamañanas mediáticos no han saboreado nunca las mieles del desempleo.

«No pedimos el despido libre porque ya existe, lo que pasa es que es carísimo», afirmaba Gerardo Díaz Ferrán, presidente de la Ceoe estatal, y es que desde la aprobación del Estatuto de los Trabajadores este lobby no ha dejado de luchar por el despido libre y gratuito como si fuera un derecho universal. Primero decían luchar contra el paro aumentando la precariedad, pero una vez que se les fue de las manos tanto contrato temporal -ETTs de por medio- sin que se hubiera disminuido la tasa de paro recurren al abaratamiento del despido, pero no para la creación de empleo como dicen sus voceros sino para que las consecuencias de la crisis generada por ellos recaigan sobre los trabajadores, minimizando así los efectos sobre las rentas de capital. Animados por la inacción de los sindicatos pretenden, encima, aprovechar la crisis para reducir las pensiones con la meta puesta en acabar con el sistema de protección social público para ponerlo en manos de aseguradoras y fondos de pensiones privados.

Un ejemplo de esa parálisis sindical y de de complicidad con los responsables canarios de la crisis es el Pacto Social por la Economía y el Empleo firmado por CC.OO. y UGT con los empresarios y el Gobierno de Canarias que, lejos de buscar un nuevo modelo de desarrollo para las islas como expresan ladinamente los firmantes, se constituye como «otra» nueva línea de financiación empresarial con la excusa de la creación de empleo. Ya Utilizaron el mismo subterfugio para la creación de la Reserva Canaria de Inversiones (Ric) con el resultado conocido: colapso de los numerosos puertos deportivos isleños con suntuosos yates de recreo, colmatación de las calles con todoterrenos y deportivos de lujo, una descomunal destrucción medioambiental y un incremento exponencial de personas desempleadas y empobrecidas.

Envalentonados por todo lo que no sucede, es decir, por la ausencia de una articulada movilización de la izquierda con especial protagonismo de los trabajadores y las organizaciones sociales para que no sean las clases populares las que paguen las consecuencias de la crisis económica y social, la Ceoe de Tenerife, con el millonario José Fernando Rodríguez de Azero al frente, ya no se limita a demandar el abaratamiento del despido y reivindica, sin recato alguno, que se suprima la negociación colectiva para favorecer, dice, la creación de empleo. Apostar por la supresión de derechos laborales con el pretexto de generar puestos de trabajo es tanto como admitir que la masacre e invasión de Iraq ha sido ineludible para conseguir la seguridad mundial. Y a pesar de su mediática preocupación por los más desfavorecidos tampoco han dudado en añadir al paquete de exigencias contenido en su Informe de Coyuntura Económica del 1º trimestre de 2009 la pretensión de borrar de un plumazo la indemnización por desempleo. Son unos tíos duros estos de la Ceoe, al enemigo (trabajador) polvorones en el desierto, así se enyugue…

Finalmente, propone activar una política de austeridad basada en la congelación salarial de los funcionarios canarios y conseguir de una vez que no se vuelva a convocar la oferta de empleo público, es decir, hacer realidad el viejo sueño de la ultraderecha económica de convertir a los funcionarios en una especie a extinguir y, de paso, hacerlos responsables del despilfarro. Sin embargo, ninguna mención a los miles de millones de euros que el empresariado ha dejado de pagar en impuestos, ni a la galopante corrupción de las instituciones, nada sobre el arbitrario reparto de las subvenciones públicas…

La verdad es que parece una tomadura de pelo pero no lo es, los capitalistas son ventajistas por naturaleza y los canarios no son una excepción, no desaprovechan ninguna posición de privilegio , así que este aparato político empresarial que gobierna a placer en Canarias desde el franquismo intenta sacar réditos incluso en esta profunda crisis. La Transición los convirtió en demócratas de toda la vida, así se fue acomodando el viejo poder oligárquico y ahora, cuando el aumento de la tasa de ganancia así lo prescribe, no le hacen ascos a gestionar la «intimidación» soberanista en Canarias -aunque algunos sigan teorizando de forma voluntarista que la exigencia de independencia es patrimonio de las clases populares isleñas-, y en eso andan ahora, marcándole el paso al Gobierno de Paulino Rivero y al Parlamento de Canarias. Por eso no resulta extraño, aunque sí grotesco y esperpéntico, que el camaleónico periodista Andrés Chávez, histórico portavoz de la oligarquía franquista tinerfeña, reclame desde las páginas de El Día, la independencia de Canarias indignado por la poca importancia que los medios «españoles» le dieron a las posibilidades de ascenso del CD Tenerife, el Tete, como le llaman los chicharreros castizos.

Conseguida la bendición parlamentaria a los más eficaces mecanismos de evasión de impuestos (Ric, Rea, Zec) y aburridos de competir en el libre mercado, la versión canaria del perfecto capitalista ha optado, igual que en otras autonomías y estados, por apropiarse de lo público. Superada la etapa de la privatización de los servicios públicos en aquel capitalismo de amiguetes, este capitalismo del Siglo XXI pretende hacernos creer que el interés público es su propio interés y que los fondos estatales creados con los impuestos de las personas trabajadoras también son de su propiedad, por eso nos intentan camelar cuando afirman que la construcción de las infraestructuras que tanto demandan, financiadas con aquellos fondos comunales, redundará en beneficio de todos. Ya ven, por muy primitivos que nos parezcan, los neoliberales canarios tampoco pretenden combatir el intervencionismo del Estado sino dirigirlo, controlarlo, ponerlo a su servicio…

Por ello, el Puerto de Granadilla, el Anillo Insular, el Eje Transinsular, la Vía Exterior, la segunda pista de Gando, la macrocárcel de Juan Grande o el monumento de Chillida en Tindaya siguen estando en su agenda; lo que ellos califican eufemísticamente como «inversiones productivas generadoras de empleo sostenible» sólo son los instrumentos para su beneficio. Este capitalismo gansteril enriquece a unos pocos intensificando progresivamente la precariedad laboral y la exclusión social; eso , y no el progreso de Canarias, es lo que verdaderamente se está demandando desde la Ceoe, el Círculo de Empresarios, las cámaras de comercio, Fepeco, la patronal turística… con el inestimable apoyo del arco parlamentario (PSOE, PP y CC) y los sindicatos desclasados.