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La lectura de la novela policíaca como realidad política de EE.UU. y la realidad política de EE.UU. como novela policíaca

El caso de Barack Obama

Fuentes: Novas Pensatas

Traducido del portugués para Rebelión por Catherine M. Bryan

No soy un fan particular del género detectivesco creado por Edgar Allan Poe que es conocido como novela policíaca; ni de su vertiente inglesa (Arthur Conan Doyle, Agatha Christie…), ni de su vertiente hardboiled estadounidense (Dashiell Hammett y Raymond Chandler…). Pero como crítico de la cultura, tengo la obligación de estar casi siempre interesado en la relación entre la cultura, la ideología, la estética y la política que se manifiestan, explícita o implícitamente, en la literatura, en las películas, la música y/o cualquier otro discurso cultural producido dentro de la totalidad del sistema capitalista.

En otras palabras, es necesario estudiar la novela policial por ser un género muy popular, consumido masivamente por individuos y grupos de diferentes estratos sociales. Así que, podría decir que estoy casi siempre interesado en cómo se produce y reproduce el imaginario colectivo/popular; y cuáles son las formas ideológicas a través de las cuales el sistema capitalista manufactura consenso masivo con el objetivo de legitimar (o deslegitimar) ciertos proyectos de poder socio-económico, político y cultural; y cuáles son las formas en que se le puede producir resistencia. Teniendo en cuenta lo anterior, me siento inclinado a buscar algún tiempo para leer tanto la novela policíaca inglesa como las novelas de EE.UU. (sin excluir las películas policíacas); en especial para leer las novelas policíacas actuales de escritores contemporáneos (vivos y muertos) como Manuel Vázquez Montalbán (español), Paco Ignacio Taibo II (mexicano) y el brasileño, Luiz Alfredo Garcia-Roza (1).

Así que, hace tres días, acabé de leer, desde la vertiente hardboiled estadounidense, una importante novela del extraordinario escritor Jim Thompson que aún no había tenido la oportunidad de conocer (2). En inglés, la novela se intitula Pop. 1280, pero fue traducida al español con el título 1280 almas.

La novela Pop. 1280 es una de las más famosas del escritor Thompson. Publicada en 1964 (3), el título se refiere al número de habitantes de un pequeño pueblo de un estado (posiblemente Texas) de Estados Unidos, donde en el número 1280, también se incluyen los negros de la ciudad ya que, como informa la narrativa, el censo requiere contar a los negros «como si fueran seres humanos.» De hecho, la novela representa y cuestiona, trágica y cómicamente, los conflictos sociales producidos por las diferencias de género (hombre/mujer) y de raza (blanco/negro) en una sociedad totalmente dividida por la lucha de las clases sociales.

La novela está narrada en primera persona y el narrador/protagonista, Nick Corey, es el alguacil (sheriff) del condado de Potts (Potts County), un pequeño pueblo de un estado del sur de Estados Unidos. En apariencia, el alguacil es inofensivo, suave, y agradable, pero por detrás de su figura populista y demagógica, Nick Corey esconde una inteligencia maquiavélica que le ayuda a hacer planes diabólicos para ser re-elegido como alguacil de la ciudad y vencer a los candidatos oponentes (que estarían alejados de la corrupción de Nick y que ofrecerían principios éticos mejores que él) en un medio ambiente patriarcal, clasista, racista, sexista, formado por personas puritanas e hipócritas.

Así que, cuando el personaje Nick Corey, decide conquistar algo (o a alguien) para justificar y legitimar sus objetivos políticos individualistas e inhumanos, a menudo usa y abusa de la violencia. Pero la violencia que usa y abusa no sólo será apenas un simple recurso de él, sino una extensión más compleja de su fundamental forma de pensar y de sentir, de aquello que él considera inevitable y eficaz para el medio ambiente en el que él domina criminalmente. Así que Nick se revela no sólo como un individuo psicopático, sino como un agente político cuya psicopatía se expresa en una especie de ética y estética que es profundamente inhumana pero que es altamente funcional para mantenerse en el poder en una sociedad destructiva, radicalmente explotadora, dominadora, opresiva como es el sistema capitalista, colonialista/imperialista de los EE.UU. de la época y hasta la actualidad.

Entre los elementos formales resaltados en esta novela, se encuentra la presencia de un hilo conductor (un leitmotiv) que a lo largo de la narración expresa no sólo el flujo de la mala conciencia ética y profesional del alguacil Nick Corey, sino que expresaría, por analogía, el flujo de la mala conciencia ética y profesional de la mayoría de los presidentes y de las autoridades de los EE.UU. En el Capítulo XXIII de la novela, por ejemplo, el alguacil Nick Corey (que había planeado el asesinato de su esposa Myra y del hermano de ella, Lennie) tiene un diálogo final con su amante Rose Hauck (quien acaba de realizar ella misma el asesinato de la esposa y del cuñado de Nick). En este diálogo, Rose le pide ayuda al alguacil, diciéndole: « -Tienes que ayudarme, Nick. Tienes que ayudarme a solucionar esto como sea. «(4)

El alguacil Nick, planeando apropiarse de la granja de Rose, además de elaborar un plan para reconciliarse con su ex novia, Amy Masón, se niega a usar su poder para ayudar a la amante cómplice a deshacerse del crimen. Le dice: «Bueno, mira, yo no sé muy bien cómo podría hacerlo. Al fin y al cabo eres culpable de asesinato, fornicación, hipocresía y… «. Nick le recomienda a su amante que huya a un lugar muy distante de Potts County. Rose no puede creerlas palabras del infame alguacil, luego le menta la madre, llamándole de hijo de puta y protesta furiosamente« ¿Qué dices? ¿Qué tonterías son esas?»

Nick le contesta cínicamente «-Bueno, mira, puede que parezcan tonterías, pero yo no tengo ni la más leve culpa de ello. Según la ley, yo debería estar al acecho de los grandes y los poderosos, de los tipos que realmente gobiernan este lugar. Pero no se me permite tocarlos, así que me veo forzado a equilibrar la situación siendo dos veces implacable con la basura blanca, los negros y los individuos como tú que tienen el cerebro perdido allá en el culo porque no encuentran otro sitio donde utilizarlo. Sí señora, soy un trabajador de la viña del Señor, y si no puedo llegar muy alto me veo obligado a trabajar con mayor brío con las cepas que están abajo. »

Aunque la novela Pop. 1280fue publicada en 1964, durante la presidencia del tejano Lyndon B. Johnson, y de sus crímenes de guerra contra el pueblo vietnamita durante la guerra de Vietnam, la analogía entre la infame actuación del protagonista Nick y la actuación política de la mayoría de los presidentes y autoridades de los EE.UU., podría recientemente incluir no sólo la psicopatía terrorista del ex presidente George W. Bush en la guerra contra los pueblos de Irak y Afganistán, sino que sobretodo, podría incluir, la infame y repugnante devoción militarista/terrorista del Premio Nobel de la Paz: el actual presidente Barack Obama, ya que, con la ayuda de su cómplice, Hillary Clinton, como secretaria (ministra) del Departamento de Estado, continuó con los crímenes de guerra contra Irak, Afganistán, Libia, Siria y otros países bajo la invasión o la dominación imperial de Estados Unidos(5).

Históricamente, una de las principales características de la novela policíaca hardboiled ha sido su compromiso de representar la dura realidad del conflicto social entre clases, géneros y razas en la sociedad capitalista. Se puede decir que, frecuentemente, la novela negra hardboiled no ha sido neutral frente a la injusticia social, y que desde su creación, aparece conectada a la crítica política y social. De hecho, algunos de los autores más importantes del género como Dashiell Hammett, Jim Thompson (o Graham Greene del romance de espionaje inglés) eran hombres con posición política de izquierda y tanto Hammett como Thompson fueron perseguidos y encarcelados por el FBI por estar ligados al marxismo y al Partido Comunista.

Esta característica principal, y otras características importantes del subgénero hardboiled también aparecen en la narrativa de la novela Pop. 1280. Por ejemplo, la narración en primera persona, el uso de un lenguaje coloquial (sin eufemismos), y el uso de la jerga callejera, la ambivalencia moral y el cinismo están presentes en la novela de Thompson.

La ambivalencia con respecto a los valores éticos, por ejemplo, lleva al alguacil Nick no sólo a romper sistemáticamente con la legalidad y la ley sino que también le ayuda a convertirse en un criminal compulsivo-obsesivo, en un irremediable asesino, que personalmente comete cuatro asesinatos en serie ya sangre fría. El alguacil Nick se presenta a sí mismo como un hombre honesto con pretensiones de ser un moralista en el ejercicio del poder, pero en esencia, se desarrolla a través de un profundo cinismo que le permite convertirse en una autoridad que asesina para continuar en el ejercicio del poder executivo, legislativo y judicial.

Estos rasgos del carácter y comportamiento del protagonista Nick, asociados al ejercicio del poder como alguacil rural, parecen encontrar un paralelo en los rasgos del carácter y comportamiento de Barack Obama en el ejercicio del poder como presidente de los EE.UU.

Independientemente de la consideración (o de la hipótesis) de si la narrativa de la novela Pop.1280 sería una metáfora shakesperiana del ejercicio del poder presidencial en los EE.UU.; o si la novela Pop. 1280 funcionaría como una «alegoría nacional» (6) de la historia del capitalismo estadounidense, la realidad es la siguiente: si tomamos el ejemplo de los ocho años de la administración de Obama; y si resumimos los momentos especialmente demagógicos y contradictorios de su presidencia, creo que podríamos establecer una amplia analogía con la actuación del alguacil Nick Corey en la novela Pop. 1280. En lo que atañe, por ejemplo, al constante rompimiento de las promesas del alguacil Nick a sus votantes, simpatizantes, seguidores, amigos y habitantes de Potts County, el presidente Barack Obama, en sus dos períodos de gobierno, rompió más promesas a los votantes estadounidenses que los presidentes que le precedieron. Conforme al sociólogo y profesor James Petras, la administración de Obama hizo promesas constantes a sus electores y seguidores para luego revisar inmediatamente lo que había prometido y dar marcha atrás. Es decir, cada una de sus promesas de reforma social, de salud pública y de política exterior (basada en la diplomacia y el respeto) solo sirvieron como preludio para la imposición de nuevas políticas regresivas y nuevas guerras contra los seres humanos (7).

Siguiendo el levantamiento del profesor Petras (y otros pensadores de los EE.UU.) sobre la política interna del «sheriff» Barack Obama en los EE.UU., se hace evidente que durante los ocho años de su presidencia, Obama ha rebajado las expectativas de todas las clases de trabajadores que él cortejaba y seducía durante sus campañas electorales, es decir, de los nueve de cada diez americanos negros que votaron por Obama en ambas campañas presidenciales. Pero a pesar del apoyo masivo de los africano-americanos durante la presidencia de Obama, hubo el aumento de la desigualdad en la distribución del ingreso entre los trabajadores blancos y negros, el aumento de la violencia policial letal contra los africano-americanos y se multiplicaron los ataques paramilitares blancos, incluido la quema de iglesias africano-americanas. Los africano-americanos acusados de delitos no violentos relacionados con el consumo de drogas (distribuidores y consumidores) han sido encarcelados a una tasa mucho más alta que los blancos, mientras que las élites de las farmacéuticas gigantes y los médicos que prescriben narcóticos para estimular la adicción a los opiáceos han ganado cada vez más beneficios con total impunidad en la administración de Obama (8). En cuanto a la política de inmigración, en la administración de Barack Obama se materializó, entre 2009 y 2015, la expulsión de tres millones de inmigrantes de los EE.UU. Según el registro revelado por el profesor James Petras, Barack Obama tiene el record más alto de expulsión de inmigrantes en la historia de los EE.UU (9).

En cuanto a la analogía relacionada con la violencia y el exterminio del sheriff Nick Corey contra los humanos de otras latitudes, Obama, en términos de política exterior, inició o continuó con el lanzamiento de siete guerras y decenas de las operaciones clandestinas violentas, superando a su predecesor, el ex presidente George W. Bush. Sus guerras han provocado la mayor cifra conjunta de africanos, árabes, asiáticos meridionales y europeos del este desposeídos, heridos y asesinados en la historia del mundo (10).

En conclusión, la analogía entre la acción judicial y política del alguacil Nick Corey y la actuación del primer presidente negro (Premio Nobel de la Paz, que usaba los «drones» para asesinar a la población civil de los países pobres) en el gobierno infame y bárbaro de los EE.UU. durante sus ocho años como sheriff de este imperio es más uno de los ejemplos de que los conceptos de raza (blanco, negro …) y de género (masculino, femenino…) no son suficientes para funcionar como horizonte de visibilidad fundamental, ni para evaluar la alineación ideológica y política de Barack Obama (o de cualquiera que sea el presidente de EE.UU) en el plano político, económico, social y cultural. Aislados, estos conceptos de raza y género (sin estar articulados e integrados con el concepto de lucha de clases) son conceptos casi siempre demagógicos, que no han sido ni serán capaces de dar cuenta de la totalidad o la complejidad de las relaciones políticas económicas y sociales entre los seres humanos en nuestra sociedad, ni serán capaces de orquestar las luchas reales y esenciales para derrotar el colonialismo, el imperialismo y el neoliberalismo, impuestos por la totalidad y por el totalitarismo del sistema capitalista en este planeta Tierra.

 

NOTAS
1) En lo personal, prefiero la lectura de novelas policíacas como Asesinato en el Comité Central (del español Manuel Vázquez Montalbán) y/o Muertos incómodos (coautoría de los mexicanos Paco Ignacio Taibo II y el subcomandante Marcos, EZLN) que las novelas de detectives como O Silencio da Chuva o Achados e Perdidos del brasileño Luiz Alfredo Garcia-Roza.

Aunque Garcia-Rosa sea un novelista extraordinario (brillante en la narración del imaginario y de las fantasías de los personajes de Río de Janeiro y excelente en la descripción de lugares y entornos de esta ciudad), mi preferencia por las narrativas de los autores referidos se debe al hecho de que, por un lado, el escritor Garcia-Roza todavía no ha podido conectar su narrativa policial a la cruda realidad histórica del Brasil actual: una sociedad corrupta y corruptora que fue producida por la infame existencia de más de 20 años de dictadura militar para defender los intereses de la burguesía brasileña asociada con el imperialismo norteamericano; por otro lado, el escritor Garcia-Roza no ha sido capaz de crear un protagonista brasileño que transcienda, política y socialmente, la visión subjetiva tradicional (éticamente voluntarista y fantasiosa) clausurada en el protagonismo individualista de su inspector Espinoza. Aunque la conciencia individual, ética y voluntarista del filósofo judío-portugués Baruch Spinoza sea un dado ético excepcional y ejemplar en la historia de la filosofía occidental, no ofrece, en sí mismo, un modelo social, colectivamente adecuado y eficaz para luchar contra la corrupción masiva del poder político de las autoridades brasileñas, como podemos evaluar por el papel de la corrupción en la «Operación Lava Jato» y su función en el reciente golpe de estado del Partido da Social Democracia Brasileira (PSDB) y el Partido do Movimento Democrático Brasileiro (PMDB) contra la presidenta, Dilma Rousseff y la democracia brasileña.

Mi preferencia también se refiere al hecho de que la realidad histórica de la narrativa de Vázquez Montalbán trasciende a las convenciones de la novela policíaca, conectándose críticamente al proceso histórico de la transición de la sociedad española (desde la dictadura del general Franco a la supuesta «democracia» que fue estructurada por la misma correlación de fuerzas sociales del período franquista anterior: por un lado, por la alianza entre la monarquía, la iglesia católica y los militares del régimen de Franco, por otro, por las organizaciones representativas de la clase obrera de España). La misma observación puede hacerse acerca de la realidad histórica de la narrativa de Paco Ignacio Taibo II y el subcomandante Marcos, ya que ella está articulada no solo a la lucha de clases sino a las contradicciones políticas entre la ciudad y el campo heredadas de la Revolución Mexicana, como se puede leer en el excelente ensayo «En busca de la justicia social desde el D.F. a Chiapas con Paco Ignacio Taibo II» de la profesora Catherine M. Bryan. Ver este ensayo en el enlace:

http://www.rebelion.org/noticia.php?id=195903 o en el enlace:

http://oolhodahistoria.ufba.br/wp-content/uploads/2016/12/21catherine.pdf

 

2) En su libro Anatomía del crimen, el escritor español Mariano Sánchez Soler, nos proporciona dados relevantes sobre la biografía y la obra literaria y cinematográfica de Jim Thompson.

3) En la novela Pop 1280, la narrativa, publicada originalmente por Gold Medal Books en 1964, está situada en los EE.UU. pero fue adaptada al cine por el director francés Bertrand Tavernier: en su película Coup de TorchonMás allá de la justicia y Corrupción-1280 almas») de 1981, la narrativa está situada en la África Occidental francesa.

4) Los trechos del diálogo que aparecen en este texto corresponden al libro 1280 almas (edición de 2010), cuya traducción española corresponde a Antonio Prometeo Moya.

5) Véase la entrevista «Promesas rotas: El legado estructural de las democracias capitalistas» de James Petras en: http://www.lahaine.org/mundo.php/promesas-rotas-el-legado-estructural

6) Sobre la función de la «alegoría» en la narrativa literaria contemporánea ver el ensayo de Fredric Jameson » Third-World Literature in the Era of Multinational Capitalism» en el link: http://postcolonial.net/@/DigitalLibrary/_entries/113/file-pdf.pdf Para una ampliación de la discusión sobre la alegoría, el lector puede consultar el texto » Translating national allegories: the case of crime fiction» en el link:

http://www.tandfonline.com/doi/full/10.1080/13556509.2016.1205707

En la edición de 2012 de su libro Alegorias do Subdesenvolvimento: Cinema Novo, Tropicalismo e Cinema Marginal, el profesor Ismail Xavier, no solo analiza la función de la «alegoría» en el cine brasileño, sino que hace una retrospectiva de la evolución del concepto y la función de «alegoría» en la historia cultural. Sobre el papel de la novela policíaca, desde la perspectiva de Raymond Chandler, uno de los más brillantes creadores del género hardboiled, ver el ensayo de Fredric Jameson «Sobre Raymond Chandler» con respecto a la totalidad de su visión poética que se encuentra en el libro El juego de los cautos, una compilación de Daniel Link, de los escritos de diversos autores, célebres críticos de la novela policíaca.

7) Véase la entrevista con el profesor James Petras «Obama tiene el récord de expulsión de inmigrantes en toda la Historia de EE.UU.» en el enlace:

http://www.globalresearch.ca/obama-tiene-el-record-de-expulsion-de-inmigrantes-en-toda-la-historia-de-ee-uu/5563686

8) Véase el enlace de la nota 4.

9) Véase el enlace de la nota 6.

10) Véase el enlace de la nota 4.

Fuente: http://novaspensatas.blogspot.com/2017/01/pensatas-de-domingo-lendo-romance.html 

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de mencionar al autor, a la traductora y Rebelión como fuente de la traducción