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La triple victimización

El caso de Jorge Freytter Florián

Fuentes: Rebelión

La tarde del 28 de agosto del 2001, cuando la brisa suave aún no alcanzaba a refrescar el sofoco del calor caribeño en Barranquilla, un grupo de profesores universitarios pensionados de la Universidad del Atlántico, se reunía en la sede de su asociación para evaluar un día más de protestas, con las cuales exigían el […]

La tarde del 28 de agosto del 2001, cuando la brisa suave aún no alcanzaba a refrescar el sofoco del calor caribeño en Barranquilla, un grupo de profesores universitarios pensionados de la Universidad del Atlántico, se reunía en la sede de su asociación para evaluar un día más de protestas, con las cuales exigían el pago de sus mesadas atrasadas por varios meses. Dos camiones pequeños sospechosos vigilaban desde la esquina la sede de los pensionados.

El abogado y profesor de ciencias sociales pensionado Jorge Freytter Romero, antiguo y viejo luchador social y sindicalista de la Asociación de profesores Universitarios ASPU del departamento del Atlántico, con sus 52 años de edad, satisfecho con los eventos realizados ese día para dar a conocer las condiciones lamentables con que el Estado venía asfixiando tanto económica como políticamente, desde hacía varias décadas, a las universidades públicas; se despidió de sus compañeros de protesta. Al salir a tomar el bus público porque andaba a pata, uno de aquellos «camioncitos» siguió el bus a corta distancia, hasta cuando Jorge se bajó frente a la casa de su suegro.

El soldado profesional Albeiro García Rendón y el policía Rafael Mariano Silvera con 18 años de servicio policial, (ambos pertenecientes al Gaula del ejército y la policía respectivamente) ayudados por el Paramilitar «Montería» Carlos Arturo Romero Cuartas al servicio de Jorge 40, fuertemente armados lo secuestraron violentamente y lo llevaron esposado a la bodega de un pequeño astillero de lanchas situado en la vía conocida como «la cuarenta», donde lo torturaron durante dos días con sus noches seguidas «para sacarle informaciones sobre la guerrilla del Bloque Caribe».

Al haberlo despedazado salvajemente sin obtener ningún dato -que Jorge no podía tener- le metieron la cabeza en una bolsa plástica y en las apneas pre-agónicas le dispararon con la pistola de dotación oficial para traspasarle el cráneo y destruirle su cerebro. Pero como el objetivo de la ofensiva fascista, no solo era destruir «guerrilleros vestidos de civil y tomar el control de las universidades públicas capturadas por la guerrilla» como lo anunciaba el nuevo presidente Uribe Vélez, sino lo más importante infundir terror; al otro día tiraron el guiñapo de despojos sanguinolentos de su cadáver en la carretera Barranquilla – Ciénaga, cerca del caluroso pueblo caribeño de Palermo, al otro lado del rio Magdalena, cerca de la ciénaga brillante y soleada de Macondo.

Pero la ofensiva fascista no podía detenerse ahí; tenía que buscar la impunidad con la que siempre ha contado, tapando y desapareciendo cualquier «verdad comprometedora». Enseguida, vinieron las amenazas telefónicas pidiendo silencio y acabar con cualquier investigación sobre la muerte de «ese jijueputa comunista», ajá, las presiones de carros negros con vidrios polarizados y motociclistas ruidosos de cascos impenetrables alrededor de la asociación donde militaba Jorge, ajá, en la casas de los amigos y compañeros de Jorge, ajá, pero sobre todo, los montajes judiciales y allanamientos sistemáticos de la tenebrosa seccional de investigación criminal de la Policía colombiana ( SIJIN) sobre la viuda de Jorge y sus 5 hijos. Ajá.

Cuatro años después, en 2004, protegido por el Comité Internacional de la Cruz Roja, salía para el exilio con un rumbo incierto, su hijo aún adolescente Jorge junior. Paró un tiempo en Venezuela hasta el verano del 2006, cuando consiguió de la Comisión de DDHH del Parlamento Vasco de Bilbao asilo político. Aunque tampoco quedó a salvo: pocos meses después cayó como objetivo de la «olvidada» Operación Europa del departamento G3 del DAS en el norte de España, ordenada por el Presidente Uribe Vélez y adelantada (según su propio testimonio) por Germán Villalba. Ver: https://www.diagonalperiodico.net/asturies/gobierno-tolero-espionaje-colombiano-contra-activistas-y- refugiados-asturies.html

Hoy, Jorge Freytter Florián ha estudiado y obtenido en la Universidad del País Vasco Ciencias Políticas y Gestión, y ha cursado una diplomatura en comercio exterior. Y como víctima doblemente perseguida por el Estado colombiano y sus Paramilitares; comprobado según el siguiente fallo (…) «El 18 de junio de 2010, el juzgado Único Penal del circuito especializado de Barranquilla condenó a los funcionarios del Gaula del ejército y la policía Albeiro García Rendón y Rafael Mariano Silvera a la pena de 35 años de prisión a cada uno como coautores del secuestro extorsivo y concierto para delinquir agravado, teniendo como víctima al dirigente sindical docente Jorge Freytter Romero, y el Paramilitar «Montería» Carlos Romero Cuartas, tras acogerse a sentencia anticipada, fue condenado el 31 de diciembre de 2008, a 18 años y medio por los mismos delitos»(….)

Jorge, dentro de las actividades para recuperar la memoria de su padre, contextualizar su actividad sindical y profesoral, ambas lícitas y legítimas, ha editado con la ayuda del profesorado de la Universidad del País Vasco y de compañeros y amigos un libro titulado «Presente y Futuro de Colombia en tiempos de Esperanzas, en memoria al profesor Jorge Adolfo Freytter Romero. Bilbao. 2014», de donde he obtenido la cita anterior en la página 333.

Además, Jorge está empeñado en realizar en Bilbao durante los días 13 al 15 de noviembre próximo, una Constituyente por la Paz de Exiliados perseguidos por el Estado y los Paramilitares Colombianos. Ver: http://anncol.eu/index.php/eventos/217-eventos-archivo/8128-los-exiliados-colombianos-convocan-una-constituyente-por-la-paz-el-13-15-de-noviembre-en-bilbao

¡Cuánto pesa una triple victimización del Estado, sus Paramilitares, además de la destrucción familiar el Exilio y lo más terrible, la soledad del silencio!

(*) Alberto Pinzón Sánchez es médico y antropólogo colombiano

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.