El caso de la crisis de la gran tienda de venta al detalle La Polar, cuya forma de enriquecimiento primordial estaba asociada a la dotación de créditos a granel y a repactaciones truchas, sin que las conocieran los propios deudores, generó una burbuja crediticia o de la deuda que en la actualidad ocupa los titulares […]
El caso de la crisis de la gran tienda de venta al detalle La Polar, cuya forma de enriquecimiento primordial estaba asociada a la dotación de créditos a granel y a repactaciones truchas, sin que las conocieran los propios deudores, generó una burbuja crediticia o de la deuda que en la actualidad ocupa los titulares de todos los medios de comunicación. Como esos medios están controlados por los mismos y pocos dueños de todo, se puede deducir que, ante la incapacidad premeditada legal e institucional del Estado para regular al capital financiero especulativo, el Fisco emplea los medios para provocar una suerte de fuerte llamado de atención al sistema financiero en general con el objetivo de evitar la proliferación de burbujas fundadas en la moratoria de los deudores.
Luis Mesina es Secretario General de la Confederación de Trabajadores Bancarios de Chile y Magister en Ciencias Pedagógicas. En la presente entrevista se refiere a la actualidad nacional, a La Polar, la crisis de la Educación, y el salario mínimo, entre otros ámbitos cruciales para los trabajadores y el pueblo.
-¿Qué pasa con el bullado ‘drama’ de La Polar?
«Aquí no nos encontramos con nada novedoso. Salvo el impacto que ha generado el caso en la opinión pública. Este tipo de hechos, para los trabajadores bancarios, es un fenómeno que hemos constatado en la práctica desde hace mucho tiempo.»
-¿Estará acotado a La Polar?
«La Polar es apenas la punta de un iceberg del cual desconocemos su profundidad. Aquí se observa una sobrevaloración que se convierte en una burbuja crediticia que invariablemente tenía que estallar. Y lo que hace es destruir fuerzas productivas, humanidad, trabajo. En La Polar adulteraron flagrantemente, transgrediendo la legislación respecto de la deuda. Números rojos no sólo los hicieron aparecer en azules, sino que 20 o 30 veces superiores a su valor real. Por lo tanto, de esa manera fueron a la Bolsa para aumentar el valor de las acciones; las AFP’s con otras acciones compraron esos papeles. Entonces ahí se produce la destrucción de fuerza de trabajo acumulada. Lo que ocurre en La Polar es el riesgo cierto de lo que pasa en el resto de la industria del retailer, de los supermercados, de las principales empresas de venta al detalle. Y esto es un problema sistémico del capitalismo, no una excepción. Por otra parte, los grandes ejecutivos de las empresas reciben papeles que representan una cierta cantidad de dinero, y todos los días se despiertan angustiados, atentos al comportamiento de la Bolsa.»
-En un momento los directores de Las Polar dijeron que no sabían lo que ocurría…
«Ello es totalmente falso. Y los trabajadores bancarios lo podemos decir con toda propiedad. Toda la política de las grandes corporaciones financieras está determinada única y exclusivamente por sus directorios, por el gerente general y los gerentes comerciales. De ahí para abajo, la gente no sabe. Sólo esa franja se podría decir que tiene una «responsabilidad limitada»».
-¿Por qué crees que el gobierno de Piñera habla también de estafa en el caso de La Polar y anuncia y adopta medidas punitivas?
«Es simple demagogia. Es lo mismo que ha pasado con los políticos que, como se acerca un proceso electoral, necesitan oportunistamente ponerse coyunturalmente del lado de la gente más débil. Lo mismo ocurrió en la administración Bachelet con el tema de las farmacias. ¿Qué hicieron los gobernantes que siempre acompañaron a la señora Michelle Bachelet para modificar las normas y volverlas más útiles para los ciudadanos? En Europa y Estados Unidos caen presos los grandes directores. En Chile permanecen impunes. Entonces estamos frente a un nuevo show mediático, una mentira más. Los ministros actuales, algunos de los cuales mantuvieron relaciones con los presentes ejecutivos de La Polar, son la expresión más concreta de que aquí es muy difícil que se haga justicia. Por supuesto que la justicia no caerá desde los gobernantes actuales, ni de ningún miembro de la Concertación.»
La lucha por la recuperación de la Educación Pública
-La actualidad ha estado signada las últimas semanas por la gran lucha de los estudiantes de secundaria y universitaria por la recuperación de la Educación Pública ante una nueva arremetida privatizadora, esta vez, del gobierno de Piñera. ¿Por qué han participado los trabajadores bancarios en las movilizaciones de un sector social que parece distante?
«Parte importante de nuestros trabajadores son casi deudores vitalicios del sistema privado y tradicional de la Educación en Chile. Otros empleados financieros han logrado con grandes esfuerzos costear la enseñanza superior de sus hijos, destacando prácticamente el 50 % de sus ingresos mensuales a ese ítem. Somos herederos de la trágica situación que afecta al conjunto de padres y apoderados en general, y naturalmente estamos contra un sistema que pone el acento en la maximización de ganancias y el lucro. La Educación es un derecho. He ahí el centro de la discusión. Por lo menos para quienes estimamos que, en efecto, la enseñanza es un derecho fundamental inalienable. Por lo tanto, debe estar regulado y garantizado por normas y ley. Y tienen que existir instituciones fiscales que hagan realidad ese derecho. No sacamos nada con que sea sólo letra muerta en la Constitución. Debido a ello existen sectores de la sociedad que se confunden y no comprenden la condición de derecho de la Educación. Y una de sus piezas constituyentes es que ese derecho no puede discriminar. Entonces el currículo que debe tener es público, abierto, amplio y único, que se haga cargo de las más diversas corrientes del pensamiento del campo educativo. Sin embargo, la discusión todavía se mantiene pegada al lucro. Pero es falsa, es un contrabando. Lo importante es que la Educación sea un bien público. Nos quedamos en la operativa, en el procedimiento, y no en los criterios sustantivos. Y el ministro de Educación, Joaquín Lavín, no es ni siquiera profesor. Y educador es aquel capaz de producir conocimientos desde el aula, desde la práctica conciente, alimentada teóricamente por el desarrollo dialéctico del saber, pero básicamente concreta en el aula. Profesor es quien ayuda a despertar al sujeto con valores que todos llevamos dentro, que en potencia tiene que llegar a convertirse en persona humana. El actual currículo es desfasado, atrasado, no da el ancho. No sirve.»
-¿Qué se puede esperar de las negociaciones con el jefe de la cartera, Joaquín Lavín?
«Se puede esperar lo mismo que se «alcanzó» con el ministro de la Concertación Sergio Bitar, con José Joaquín Brunner, y todos esos sujetos que hablan de educación y su formación al respecto se limita a algunos textos de la Unesco o a cierta investigación cuantitativa y econométrica desde centros de estudios de la minoría social que gobierna el país. Eso es pura abstracción y expresión de grupos de interés.»
El Sueldo Mínimo y la renuncia de Arturo Martínez
-A pasos agigantados se aproxima la resolución del salario mínimo en el país, como todos los años, y el actual presidente de la Central Unitaria de Trabajadores, CUT, Arturo Martínez, también una vez más está negociando el monto con el gobierno a nombre de todos los asalariados de Chile. ¿Cuál es la posición de los trabajadores financieros?
«El salario mínimo nos perjudica a todos. En las medianas y grandes empresas las gratificaciones están determinadas por el monto del salario mínimo. Ello impacta en los empleados bancarios. Por eso resulta una burla que el debate sobre el tema gire en torno a la tradicional receta monetarista de que un aumento significativo del monto afectaría terriblemente la inflación y el crecimiento. Los trabajadores no vamos a convencer ni a este gobierno ni a la Concertación de nuestras razones ligadas a que un incremento del salario mínimo colaboraría con la reactivación económica. Aquí no hay diálogo posible. El aumento del salario mínimo será consecuencia de un gran movimiento de los propios trabajadores. Y Arturo Martínez no representa nada ni a nadie. Él debería, como un gesto mínimo de honor, simplemente renunciar. De lo contrario, el deterioro de la misma imagen del sindicalismo se profundiza entre la gente.»
Chile, el país más bancarizado de América Latina
-El capital financiero en Chile hace lo que quiere…
«Nos encontramos frente a un sistema financiero que opera sobre la más absoluta falta de ética. Allí existe una batería de prácticas que devienen en que se vuelvan comunes conductas que son reñidas con una sana relación con el trabajador, que antes de ser bancario, es una persona que tiene principios y valores que son parte de la cultura de nuestro país. Es decir, ya está instalada la convención de que las malas prácticas son reconocidas ampliamente. Cuando alguien ingresa al sistema financiero, entre otras implicancias, sufre un resquebrajamiento de esa moral social a la que me refiero. Y esto es lo realmente importante que ha develado el caso de La Polar»
-¿Por qué?
«Porque el actual modelo financiero induce a los trabajadores del sector a ser personas cuya conducta se contradice con la del sentido común.»
-¿Qué significa?
«Que gran parte de la estrategia comercial estructurada mediante las políticas remuneracionales del sistema financiero (bancos, administradoras de fondos de pensiones, seguros de salud privados -Isapres-, retailers) está determinada por incentivos perversos. Entonces a los trabajadores del área se les dinamita esa base moral que contienen y se les dice que ‘a partir de ahora, tú simplemente tienes que ganar a toda costa, convertirte en un vendedor agresivo’. Pero que no sólo tiene que convencer al usuario, sino que «engañarlo».
-¿Para qué?
«Y tiene que «engañar» en el retailer (o grandes tiendas de venta al detalle) y venderles créditos a sectores medios y medios-pobres. Y como en la actualidad, todos precisan del crédito como instrumento de intermediación para acceder a bienes que por su condición de trabajadores que están situados en territorio empobrecido -el 70 % gana menos de $ 300 mil pesos (US$ 630 dólares mensuales)- , y los trabajadores independientes mucho menos, les resulta prohibitivo consumir con esos salarios. Entonces, nos encontramos ante una «estafa» planificada, concertada por sujetos de cuello y corbata que gozan de la más infame impunidad. Ya lo vimos en la colusión de precios de las farmacias, y en el uso del crédito en esa industria, como en los supermercados. No existe el pudor. Se trata de delincuentes que se han instalado en la cresta del sistema financiero para asaltar a la gente. Las personas que entren a los bancos y al retailer hoy tienen que tener mucho cuidado porque serán asaltadas. Cuando soliciten un crédito, tendrán que tomar involuntariamente dos o tres seguros; bajo cuerda les exigirán pagar gastos de cobranza excesivamente altos. Chile en la actualidad es el país más bancarizado de América Latina.»
-¿A qué te refieres exactamente con «bancarización»?
«A la cantidad de personas que son sujetos de crédito, y que emplea instrumentos financieros, como cuentas corrientes, etc.»
-¿Qué hay en el fondo de estos hechos?
«El capitalismo hoy descansa en el sistema financiero mundial. Y se caracteriza porque ha logrado a través de las grandes corporaciones financieras derribar las estructuras que el Estado tenía para protegerse de la libre volatilidad del capital. En consecuencia, los Estados, y en especial el chileno, como efecto de las imposiciones emanadas del Consenso de Washington y junto a las sucesivas estrategias del G8, G7 y G20, se han jibarizado y se han vuelto completamente vulnerables a la libre circulación del capital, que no tiene patria. El objetivo es facilitar al capital la apropiación de las más importantes riquezas del planeta. Sin embargo, como contraparte, la riqueza en materia productiva se encuentra en las pocas potencias que capturan entre el 14 al 18 % mundial. China y la India fundamentalmente, son los que mueven el carro económico global en el presente y que demandan muchas materias primas y recursos naturales no renovables. Pero quien tiene la hegemonía es el sistema financiero.»
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