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El caso Petro, ¿drama o tragedia?

Fuentes: Rebelión

El barullo producido en Colombia por lo que se ha dado en denominar simplemente como “el caso Petro”, además de muchas otras cosas, también ha puesto en evidencia las falencias literarias de los comentaristas que en su afán calificativo, no han sabido encontrar una palabra conmovedora de fuerte contenido retorico-intelectual que de cuenta de la escena pintada por la revista Semana.com, en su última edición, donde publica la larga entrevista dada por Nicolás, el joven hijo del presidente Petro, una vez que un majestuoso juez de la república le diera “casa por cárcel”, y quien muy seguramente antes de dar tal entrevista, atormentado por el “olor podrido de Dinamarca”, en las frías mazmorras de la Fiscalía y en medio de un quemante insomnio reivindicativo, debió hacerse la terrible pregunta que se hizo el joven príncipe danés Hamlet en la clásica tragedia de Shakespeare frente al cráneo vacío de la muerte : ¿mi padre o mi dinero? . La que según lo dicho, tuvo una respuesta más bien prosaica y un tanto caribeña, es decir mamagallista: “Todo lo hago es por mi hijo futuro, que aún está en el vientre de su madre” (1).

La tragedia, según mi bastante resumida visión, es una variedad del género dramático surgida en la Grecia antigua, que con un emotivo y elocuente lenguaje representa un suceso contradictorio de una vida humana con sus emociones más básicas como amor, odio, tristeza, venganza, ira irreflexiva, asco, miedo o incluso vergüenza, y que termina, siempre, con un final lamentable o luctuoso, que provoca compasión.

El drama, para decirlo en breve, es un proceso público complejo (incluso a nivel de la sociedad en conjunto) de contextualización surgido y desarrollado por la civilización humana, donde se representan en lenguaje serio diversas contradicciones y conflictos entre seres humanos en su accionar vital, que puede tener varios desenlaces, y que busca generar en el espectador o lector, una reflexión ética o moral, y si me lo permiten, también Política (con mayúscula que no politiquera.)

Con esto podemos decir que el llamado caso Petro al no haberse concluido (al momento de escribir esta opinión) y por el contrario, haber abierto una grave crisis de Estado con diversas posibilidades de finalización, en todos los casos, determinadas por los intereses de Washington que actuará como último determinador: En lo singular, puede tener tintes trágicos en la relación familiar padre-hijo-nieto en gestación, pero en cambio, en lo general, si puede ser considerado parte del drama-sin-fin de Colombia, iniciado en el momento que la oligarquía liberal-conservadora de la época (Lleras Camargo y Laureano Gómez) aupados por el “panamericanismo imperialista de la guerra fría”, decidieron en Bogotá, ordenar la muerte de J E Gaitán aquel fatídico 9 de abril de 1948.

Los dos bloques políticos del nuevo bipartidismo en consolidación en Colombia, el Antipetrismo y el Petrismo dentro de los cuales (como en todas las cosas) hay contradicciones objetivas; marcarán el rumbo de la finalización del caso según sus intereses. Veamos su fracciones:

1- La fracción extremista, anticomunista y nazi del bloque de poder dominante, representado en el partido Centro Democrático, cuyos adalides (no es necesario mentar aquí por ser suficientemente conocidos) intentarán por todos los medios posibles arrasar con todo lo que representa el gobierno Petro, su programa reformista, los intentos de realizar acuerdos con grupos armados dentro del plan de Paz Total; como también buscará que con el hundimiento de Petro se vaya a pique todo el proyecto progresista denominado Pacto Histórico, sus sostenes políticos y populares, así como la destrucción en una cárcel del Joven Nicolás.

2- La fracción “moderada” de tal bloque dominante, tal y como ya lo han expresado varios de los dirigentes gremiales y políticos colombianos que se autodenominan “de Centro”, buscarán alargar lo más que se pueda la resolución del caso, ganar tiempo defendiendo la democracia en peligro, Maestro, y propinar una derrota electoral al Petrismo utilizando todo el enorme aparataje corrupto y millonario de ganar elecciones por medio de la compra de votos. Maquinaria bastante bien descrita por el profesor de ciencias políticas y columnista del Tiempo.com Gustavo Duncan, en su ultima columna (02.08.23) de la siguiente manera :

…”No hay que ser muy suspicaz para preguntarse si los 15.000 millones de los que habló Benedetti están relacionados con el mismo origen de ese dinero…Está el hecho de que la corrupción no es un problema tan simple como que una gran cantidad de políticos y contratistas corruptos aprovechen el acceso al poder para enriquecerse.

El problema es más complejo: se ha llegado a un punto en que para poder participar en las elecciones con probabilidades de éxito es necesario recurrir al apoyo de una clase política muy comprometida con la corrupción y a la financiación de contratistas que aspiran a pasar la cuenta de cobro si el candidato es elegido. Salvo algunos pocos líderes que logran romper los votos cautivos de las maquinarias, el resto de la clase política apela en menor o mayor grado a un sistema fundado en arreglos económicos con los recursos del Estado.

En Colombia existe toda una economía basada en la distribución de los recursos del Estado a cambio de respaldo político y, a la vez, en la protección que políticos corruptos les venden a los organizadores de economías subterráneas (contratistas, lavadores, contrabandistas, narcotraficantes, evasores, etc.). La corrupción como práctica masiva es, en gran parte, una expresión de la defensa de esta economía paralela desde las instituciones del Estado.

… Ni la de Samper fue la única campaña en recibir dineros del narcotráfico, ni la de Zuluaga fue la única beneficiaria de Odebrecht, ni Uribe fue el único que ofreció participación en cargos para incidir en las votaciones del Congreso, por solo poner tres de los ejemplos más conocidos de justicia selectiva. Es de sobra conocido que políticos de distintas vertientes, quienes en su momento los acusaron, estaban tan o más envueltos en prácticas similares. El propio Samper trina hoy lecciones de moral contra la corrupción como si el proceso 8.000 hubiera sido una fantasía.

La detención de Nicolás Petro contiene estos dos elementos. Los dineros por los que lo acusa la Fiscalía son típicos en la financiación de las campañas políticas, al tiempo que su detención, innecesaria según varios juristas y artículos de prensa, es más un acto político de la justicia en contra del gobierno Petro que una decisión basada en estricto derecho. Las pruebas en su contra son muy delicadas, pero el hijo del Presidente no pareciera ser un potencial prófugo” (2)

3- Por su parte la “fracción dura del Petrismo” (también ya muy conocida) pretenderá seguir gobernado como si no hubiera pasado nada, llamado a sus bases populares a defender el gobierno y al gobernante, en las calles,  o lo más probable, en los escenarios legales y judiciales que se les vayan presentando, incluso en el parlamento, llegado el caso, de que se proceda a un juicio político del presidente. Ya no hay posibilidades políticas de radicalizar las reformas frustradas del proyecto gobernante y,  se aceptará la derrota electoral con la justificación de que esas son las reglas de la democracia.

4 – Pero también, en este bloque político hay un amplio sector “moderado”, por ejemplo algunos dirigentes del partido Verde, así como otras agrupaciones menores que se unieron al programa gobernante por claro oportunismo político, o para limpiar su pasado guerrillero, quienes ya empiezan a saltar del barco escorado y a llamar a una solución de compromiso “justa y democrática” del caso, invocando “la imparcialidad y neutralidad” del fetiche mitológico de la diosa de la Justicia, cuyas tres alienaciones se pueden visualizar en esta imagen

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5-Por último, está la palabra determinante que vendrá desde Washington, pero que según la opinión del influyente diario Washington Post, en el seguimiento que viene haciendo al “descarrilamiento del gobierno Petro”; al informar sobre la detención del hijo del presidente se apresuró a sugerir (como lo destaca la revista Semana en grandes titulares) que: “Las acusaciones podrían sentar las bases para una investigación de juicio político” (3).

Estrategia coincidente con la fracción moderada del Bloque de poder dominante en Colombia, que busca defender la institucionalidad colombiana (democracia genocida) ganando tiempo con la enredadera de un posible juicio político al presidente, mientras se aprovecha de su desgaste, y del el agotamiento y carencia de liderazgos creíbles dentro de la izquierda gobernante y ex guerrillera; para recuperar la iniciativa electoral y propinarle al izquierdismo y al comunismo, una contundente derrota en las urnas, contando con el enorme y corrupto aparato electoral (descrito arriba por Duncan) que no controla el presidente. El comunismo ( por lo menos el verdadero) no tiene nada que ver en todo esto, sin embargo, es el objetivo final a destruir

Estrategia prudente que también coincide con los intereses del gobierno estadounidense, por un lado ad portas de un cambio electoral de su presidente que desde ya se visualiza un tanto convulso e incierto, y por otro, con las dificultades reales que está teniendo el brazo armado del sistema global del Imperialismo la OTAN, en la guerra contra Rusia en Ucrania y en Sahara africano, donde los recientes acontecimientos anti coloniales en Níger, ha implicado a todo el grupo de países que conforman la región llamada “Sahel”, demostrando que el colonialismo, era un castillo en la arena.

Así las cosas, la solución realmente democrática y popular de la nueva crisis dramática y posiblemente trágica abierta con la detención del hijo del presidente, no parece estar en ninguno de los intereses de las fracciones arriba analizadas; las que en ningún momento consideran la parte fundamental y mayoritaria de Colombia que es su Pueblo Trabajador, el que en campos y ciudades continúa siendo masacrado, violentado, saqueado, menospreciado, sometido y sobre todo explotado violentamente. Ese pueblo Trabajador que ya no cree en mesías salvadores, así se vistan de progresistas o incluso de Marxistas; sino que está en la tarea paciente y persistente de construir un fuerte, seguro y creíble liderazgo político en la forma de una Vanguardia Colectiva, que lleve a feliz término el Proceso Constituyente, con el que seconcluya el drama-sin-fin de Colombia iniciado aquel luctuoso 9 de abril de 1948, y abra las amplias alamedas de la construcción colectiva de una Colombia con justicia social, democracia verdadera y soberanía patria.

NOTAS

  1. No me voy a inmolar ni por mi papá ni por nadie . Solo por mi hijo Nicolás Petro en entrevista exclusiva en Semana https://www.youtube.com/watch?v=k9dynSD6URQ
  2. https://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/gustavo-duncan/sintomas-permanentes-columna-de-gustavo-duncan-791954
  3. https://www.semana.com/mundo/noticias-estados-unidos/articulo/the-washington-post-sobre-escandalo-que-sacude-a-gustavo-petro-las-acusaciones-podrian-sentar-las-bases-para-una-investigacion-de-juicio-politico/202339/

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.