En estos meses del verano,-entre las breves salidas de veraneo y los faranduleros festivales- nos hemos acostumbrado a ver en la prensa gráfica y audiovisual los ilícitos y corruptelas de la casta político-empresarial chilena. Da la impresión que el mensaje subliminal es «no importa que lxs politicxs sean ladrones, no habrá condena ni castigo posible […]
En estos meses del verano,-entre las breves salidas de veraneo y los faranduleros festivales- nos hemos acostumbrado a ver en la prensa gráfica y audiovisual los ilícitos y corruptelas de la casta político-empresarial chilena. Da la impresión que el mensaje subliminal es «no importa que lxs politicxs sean ladrones, no habrá condena ni castigo posible para ellxs».
El último capítulo de esta telenovela es el caso Compagnon-Dávalos, que pone de manifiesto las ansias de aseguramiento, enriquecimiento personal y poder económico de la generación de «políticxs progresistas» que protagoniza este gobierno de la Nueva Mayoría. El uso de información privilegiada, la obtención de elevados créditos bancarios «con pituto» y la operatoria de lucrativos negocios con trasfondo ilegal son el pan diario de la elite: así ellos sienten y piensan «su» país de oportunidades, emprendimiento y privilegios. Total, sólo a lxs pobres encarcela el Estado por vender CD piratas o por vivir del microtráfico.
Ahora se viene la época escolar y lxs humildes escuelas y liceos de la educación municipal pública metropolitana y regional chilena abrirán sus puertas para recibir a la anual pléyade de niñxs y jóvenes que con ilusión tratarán de aprobar su año lectivo y sobrevivir a las carencias y dificultades por las que atraviesa la inmensa mayoría de chilenxs que reciben un sueldo mensual inferior a $300.000. Estos establecimientos seguirán padeciendo el triste sino del voucher o subvención escolar que el estado entrega como financiamiento sólo si él o la estudiante ha asistido diariamente a clases. Volverán desde marzo las tradicionales movilizaciones de lxs estudiantes críticxs y organizadxs, por el establecimiento verdadero y definitivo de un sistema nacional de educación estatal, público y de excelencia, gratuito en todos sus niveles, democrático y con avance a un genuino control comunitario. Volverán las fintas, elusiones e invisibilizaciones desde el estado y su ministerio hacia lxs estudiantes y actores críticos para no complicar la estructura neoliberal del sistema educativo, aplicando sólo remediales-parche que sólo contribuirán a la feroz impaciencia de lxs ya mencionadxs.
El inmenso y silente pueblo que se educa en las escuelas y liceos públicos, integrado por estudiantes de origen humilde, provenientes de familias con distintas «condiciones»: bajo capital cultural, disfuncionales, inmigrantes, etc. tratará de «pasar piola» entre tanta crisis educacional, o por el contrario, muchxs de ellxs se sumarán -por convicción o buena onda- a la lucha por la reivindicación educativa. La lucha ideológica, claro está-, será la dimensión principal del conflicto, eso es tradicional en la política chilensis. No obstante, la dimensión del sentir y del pensar se colará ineludiblemente en todos los micro-espacios, mucho más subversiva que el convencimiento revolucionario, porque las relaciones, los hábitos, los afectos son más profundos que la dialéctica, la estructura y la superestructura.
Qué bueno que tras tantas épocas anteriores de lucha revolucionaria infructuosa desde el punto de vista de la toma del poder y de la construcción hegemónica hoy podamos seguir ofreciendo nuestro corazón para la transformación social, humana y espiritual de este podrido mundo latino-occidental. ¿Que ganaremos con esto?, no se sabe compañerx, pero de que seguiremos luchando, eso ni dudarlo.
Bienvenido entonces año educativo 2015, un año más de lucha continua, amorosa, prefigurativa, libertaria y sentipensante para el buen vivir presente y futuro de los y las más en este país, en el continente y en el mundo.
José Santis Cáceres: Departamento Jurídico, Dirección de Educación de la Municipalidad de Santiago.
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