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Más allá del Conocimiento Libre

El Conocimiento Liberador.

Fuentes: Reflexión Tecnológica

«…el conocimiento, como bien intangible, pertenece a la humanidad y, en particular, constituye un medio para el ejercicio de la soberanía popular y el desarrollo humano integral. Decimos que es un «bien», no sólo en el sentido del beneficio instrumental que puede generarse de dicho conocimiento, sino principalmente por su aporte en el cuidado y […]

«…el conocimiento, como bien intangible, pertenece a la humanidad y, en particular, constituye un medio para el ejercicio de la soberanía popular y el desarrollo humano integral. Decimos que es un «bien», no sólo en el sentido del beneficio instrumental que puede generarse de dicho conocimiento, sino principalmente por su aporte en el cuidado y cultivo de nuestro ser cultural como pueblo. «Pueblo» que deviene de una historia que es común y comparte un proyecto que nos trasciende hacia la universalidad.

Por esto, el conocimiento no puede convertirse en mercancía, como establecen concepciones como la economía del conocimiento, que definen el saber como uno de los factores de producción material de bienes, y que, por tanto, suponen que puede ser capitalizado y convertido en una propiedad privada (a través de las patentes, como «derecho» al monopolio exclusivo de explotación, pero también a través de dinámicas de «cierre» del conocimiento como el que se da entre universidades y empresas). El cerco sobre el conocimiento significa una amenaza para el desarrollo material y cultural de los colectivos humanos; pero en otro nivel, las dinámicas que buscan aplicar el monopolio de explotación sobre el conocimiento (el traslado de técnicas foráneas, el uso de conocimientos privativos, etc.), constituyen también una amenaza para la conservación de nuestra identidad común y para nuestro devenir como Nación.

El conocimiento, en tanto que bien común, debe generarse y compartirse sin restricciones en toda la sociedad, con miras a asegurar su desarrollo material y cultural. Se trata, en suma, de un enfoque sobre el conocimiento que propone el desarrollo de estructuras y dinámicas endógenas que hagan viable un desarrollo integral a partir del reconocimiento de nuestras propias capacidades. Este enfoque propone la generación de un saber apropiado localmente o, en otros términos, el uso de técnicas específicas consideradas en nuestro contexto sociocultural, y no de un modo sobrepuesto a éste. Por ello, hablamos de un conocimiento «libre» en tanto que sea accesible y pueda ser compartido sin restricciones, con miras a responder a nuestras necesidades sociales.

Pero además consideramos que este conocimiento no puede ser políticamente neutro, sino que debe tener un propósito liberador de conciencias, en el sentido de que el proceso de construcción y apropiación colectiva del conocimiento nos ayuda a dar cuenta del sistema de relaciones sociales en el que nos encontramos, de nuestro devenir histórico, de nuestro futuro común y de los modos de superar las iniquidades existentes en el momento actual. Desde este punto de vista, la construcción del conocimiento, más que «libre» en cuanto que accesible, debe ser también «liberadora» de los modos de opresión dominantes en lo político, económico y cultural. Como tal, un conocimiento será «liberador» en el momento en que nos ayude a superar la fragmentación social y cultural que son herencia de nuestro devenir capitalista, que sirva para superar la enajenación del sujeto en su relación con el saber, y que nos ayude a conformarnos como un nuevo tipo de sujeto colectivo: un «nosotros popular» con un proyecto trascendente como Nación».

Roca, S. y otros (2010). «Red Nacional de Sensibilización para el Conocimiento Libre». El Clic Año 1 Número 1. Julio – Diciembre 2010; pp. 60-66.

Fuente: http://reflexiontecnologica.wordpress.com/2013/05/16/mas-alla-del-conocimiento-libre-el-conocimiento-liberador/