En entrevista con Clarín.cl Hernán Vidal (1943), habla del premio La Catrina que recibirá en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara: «Es un orgullo tremendo, haber sido seleccionado por el jurado y estar junto a esos monstruos del dibujo que ya lo han obtenido. Supongo que el premio La Catrina será una entrada al […]
En entrevista con Clarín.cl Hernán Vidal (1943), habla del premio La Catrina que recibirá en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara: «Es un orgullo tremendo, haber sido seleccionado por el jurado y estar junto a esos monstruos del dibujo que ya lo han obtenido. Supongo que el premio La Catrina será una entrada al fabuloso mundo de la industria editorial mexicana, de hecho hay un proyecto para publicar un par de cosas en México con algunos amigos». El caricaturista de La Tercera no deja títere con cabeza: «Es un responsabilidad tremenda, esto de ser el único premiado en la FIL Guadalajara después del bochornoso papel del peruano Bryce Echenique». Por otra parte, Hervi rinde homenaje a su maestro: «Pepo se merece La Catrina y todos los premios del mundo, nunca recibió un premio, pero su talento es indiscutible, la sociedad chilena está en deuda con el creador de Condorito«.
MC.- Hervi, antes de comenzar la entrevista quería darle un saludo desde México de parte de José Palomo…
HV.- ¡Ah, nuestro querido amigo Palomo!, recuerdo que siempre andábamos juntos en la Escuela Experimental de Arte, hacíamos las mismas cosas en el trabajo, pero con el golpe de Estado Palomo se fue a México, afortunadamente partió a México y no a otra parte.
MC.- Palomo me contó la epifanía que vivió en 1973: » En mi mesa de trabajo tenía una página de dibujos sobre los allanamientos ilegales que estaban haciendo las Fuerzas Armadas de Chile, sin avisar entraron en mi casa las fuerzas de orden del Cuarto Reich» (Clarín 02/12/2009). Hervi, ¿por qué no partiste al exilio junto a Palomo?
HV.- Cuando despertamos con la noticia del golpe de Estado yo era director de arte de la Editorial Quimantú, mi trabajo era de diseñador gráfico, pienso que por eso no recibí una amenaza directa después del 11 de septiembre. Me retiré inmediatamente porque no había un lugar para trabajar, los militares cerraron Quimantú, así que continué mis estudios en la facultad de arquitectura, regresé a la Universidad de Chile hasta que me titulé un par de años después, todo ese tiempo estuve sin publicar nada, no aparecí en ninguna parte, no tenía dónde publicar mis ilustraciones y tampoco tenía ánimo para dibujar, el trauma fue demasiado grande, ver la caída del gobierno del Presidente Salvador Allende y saber de la muerte de varios amigos, o el presidio y exilio de otros, como lo vivió Pepe Palomo.
MC.- ¿Cuándo retomaste el humor gráfico?
HV.- La dictadura no pudo mantener eternamente la censura hacía los nuevos medios, gracias al apoyo internacional y en otra parte a la elección de Jimmy Carter en Estados Unidos, la presión de los norteamericanos fue grande para que Pinochet permitiera cierta independencia en la prensa escrita; después de muchos trámites fue autorizada la publicación de la revista política: Hoy. Yo dibujé la primera portada de la revista Hoy en 1977, al comienzo mis caricaturas eran muy tímidas, temerosas, pero cada vez eran más atrevidas en medida que pasaba el tiempo y acorde al aumento de la protesta nacional contra la dictadura, durante los siguientes 12 años fueron creciendo en intensidad mis dibujos, al final de la década de 1980 mis caricaturas eran bastantes fuertes en la crítica, eran ácidas, hasta que llegó la movida del plebiscito que perdió Pinochet, ahí la historia fue distinta.
MC.- ¿Era intencional que al principio sólo dibujabas los pies de Pinochet?, ¿dejabas a la imaginación lo que había detrás del trono?
HV.- Al principio no dibujaba la figura de Pinochet por un instinto de conservación, no caricaturizaba el aspecto humano de los gobernantes, durante 17 años nunca dibujé a Pinochet, pero lo retrataba de otra forma: a través de un edificio salían voces, eran bastantes reconocibles por la forma de hablar de Pinochet, esas voces eran diálogos con sus secuaces y ministros de la Junta Militar, eso dibujaba en la revista Hoy. Más tarde, en el diario La Época dibujaba una especie de retrato simulado del dictador, hacía los pies que se asomaban desde el trono y los diálogos eran con los personajes que lo acompañaban, hasta el final de la dictadura nunca dibujé a Pinochet. Después, cuando lo arrestaron en Londres, ahí sí dibujé caricaturas de su cara, fue una verdadera fiesta que el dictador estuviera preso por 14 meses, humillado mundialmente, ahí comencé mi venganza gráfica (risas).
MC.- La dictadura dejó como herencia el sistema electoral binominal, también nos dejó el Duopolio de la prensa escrita; Hervi, eres el único caricaturista que publica un cartón diario en La Tercera. ¿Cómo llevas a cabo el ejercicio de la crítica política en un periódico de centroderecha?
HV.- A pesar del Duopolio hay libertad de prensa y yo he podido publicar caricaturas muy contrarias al establishment de este país, en contra de todo lo que a mí me parece injusto o negativo, todas mis caricaturas han sido publicadas, no he sentido la censura, desde luego hay un nivel de frontera que no puedo traspasar sobre ciertos temas, por ejemplo la pedofilia, son temas que evito hacer porque son delicados, pero en mi nuevo libro: Hervi et orbi (Editorial Mandrágora, 2012) dibujé varias caricaturas contra la Iglesia católica.
MC.- Cada vez hay menos espacios para los caricaturistas chilenos, por ejemplo: con el cierre de la revista Rocinante «Guillo» se quedó sin páginas, ¿cuáles son las posibilidades para publicar humor gráfico en Chile?
HV.- Yo creo que siempre habrá medios para publicar, en mi experiencia -junto a Pepe Palomo- decidimos alejarnos de las editoriales trasnacionales y armamos nuestra propia editorial, durante varios años hicimos nuestras publicaciones como se nos daba la gana, no teníamos ninguna censura. Cuando hacíamos la revista La Chiva dibujábamos lo que se nos antojaba y era una forma para desarrollar nuestro oficio al margen de lo establecido; creo que ahora pasa lo mismo y hay muchas publicaciones -no necesariamente underground– que aparecen periódicamente -no sólo en Internet-, hay muchos ejemplos, a veces los editores no son tenaces y las revistas tienen vida corta, pero eso no quita que sigan existiendo, hay muchas publicaciones.
MC.- Pero nunca tanto como en Argentina o México…
HV.- En este caso sí importa el tamaño (risas), no podemos compararnos, nuestra pequeña franja delgada con países monstruos de la industria editorial -como Argentina y México-, es otro nivel, aquí hacemos libros con tirajes que en México deben parecer absurdos, 2,000 ejemplares deben ser ridículos para de un libro de humor gráfico en Argentina o México, imagino que 2,000 ejemplares son insuficientes para cubrir la distribución en todas las librerías de México. Es una cuestión del tamaño de la industria, no es comparable.
MC.- ¿Cuáles son tus expectativas al recibir el premio «La Catrina» de la FIL Guadalajara?
HV.- Es un orgullo tremendo, haber sido seleccionado por el jurado y estar junto a esos monstruos del dibujo que ya lo han obtenido. Supongo que el premio La Catrina será una entrada al fabuloso mundo de la industria editorial mexicana, de hecho hay un proyecto para publicar un par de cosas en México con algunos amigos.
MC.- ¿Sería el debut para alguno de tus cartones?
HV.- No lo sé, no tengo la certeza, trabajo en una agencia norteamericana de caricaturistas que ha distribuido mis dibujos sobre la política internacional por todos lados; pienso que de alguna forma me han conocido en México porque he publicado en revistas norteamericanas, pero no tengo la certidumbre de que alguna caricatura mía hubiera sido publicada en México.
MC.- La FIL Guadalajara suele entregar dos grandes premios (literatura y caricatura), este año, por culpa del plagio de Bryce Echenique, tú serás el único galardonado in situ, ¿terminaste de escribir tu discurso de agradecimiento?
HV.- Es un responsabilidad tremenda, esto de ser el único premiado en la FIL Guadalajara después del bochornoso papel del peruano Bryce Echenique, pero por otro lado La Catrina me la entrega la Universidad de Guadalajara, el premio no pertenece a la FIL.
MC.- Cierto, pero se entrega en el contexto de la FIL…
HV.- Sigo pensando en todas las cosas importantes para tener en cuenta al momento de agradecer el premio La Catrina, parece que la ceremonia será en el mismo auditorio donde Salvador Allende dijo el memorable discurso: «Ser joven y no ser revolucionario es una contradicción hasta biológica».
MC.- No, el premio «La Catrina» lo recibirás en las instalaciones de la FIL…
HV.- Recién estoy averiguando esas cosas, para mí México es el país que recibió con más entusiasmo a los compañeros exiliados que tuvieron que huir de la dictadura, los chilenos que llegaron a México son los más afortunados porque es un país cálido y tan amigo de Chile; pobrecitos los chilenos que llegaron a Finlandia o Rumania para pasar frío y aprender idiomas espantosos (risas).
MC.- ¿Estás en comunicación con otros caricaturistas de Iberoamérica?
HV.- He tenido una buena relación con otros dibujantes de América, Europa y Estados Unidos a través de los congresos de humor gráfico, donde se reúnen los principales dibujantes de cada país, acabo de visitar Atlanta (Georgia) compartiendo con grandes dibujantes de América y Europa, también estuve en Ecuador en un congreso por la libertad de prensa. Cada cierto tiempo nos juntamos para intercambiar experiencias y opiniones, ahí conoces de primera mano las maravillas que se hacen en otros países.
MC.- ¿Tus dibujos son universales?
HV.- Los que hago sobre la preservación del medio ambiente sí, también los que tratan la política internacional, todo lo relativo a los problemas para habitar el planeta es humor universal.
MC.- Ahora que recibirás «La Catrina» es probable que integres el jurado del próximo año, ¿a quién postularías?
HV.- En Latinoamérica hay una enorme cantidad de dibujantes extraordinarios que deberían ser postulados a La Catrina, en Brasil hay una cantidad infinita de dibujantes que merecerían este premio, en Argentina hay toneladas de buenos caricaturistas.
MC.- ¿Algún nombre?
HV.- Son tantos que si nombro a uno solo quedan muchos afuera. Deberían establecerse otros premios para destacar a los buenos dibujantes de Latinoamérica.
MC.- Finalmente, aprendiste a dibujar con el creador de «Condorito», pero te alejaste de «Don Pepo»; si «La Catrina» se diera después de la muerte, ¿Pepo debería recibirla de forma póstuma?
HV.- Para mí Pepo fue el más grande maestro que tuve en la vida, el separarme del creador de Condorito, le ocurre a cada hijo que quiere tomar distancia de su padre, fue la necesidad de volar con alas propias; dicen los psicólogos: «matar simbólicamente al padre es parte de la naturaleza humana», debía alejarme de Pepo para desarrollar mi propia personalidad, Pepo se merece La Catrina y todos los premios del mundo, nunca recibió un premio, pero su talento es indiscutible, hay una gran deuda de la sociedad chilena, nos queda tanto por conocer del legado cultural de Pepo., no sólo dibujó la historieta de Condorito.
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