A los campesinos cuando no los matan las balas los desaparecen- Dolly, líder del Guayabero. (No la busquen que ya murió)
En un matadero se ha convertido Colombia, bajo incontables asesinatos en Colombia de líderes de derechos humanos, defensores de derechos civiles y de derechos democráticos por parte de grupos de paramilitares en los territorios y abuso del poder militar y policial. Según diversos informes consultados, se ejecutaron en los últimos tres años más de 700 asesinatos de líderes y activistas sumados hasta el primer trimestre del año 2020. La grave violación de los derechos de los ciudadanos está centrada en la política de estado del gobierno de Iván Duque, que bajo un contubernio de sus instituciones mediadas por la corrupción económica (contratos millonarios de ejecución hacia los territorios) y la sistemática violación de los derechos civiles, tiene un camino espantoso, absurdo y atávico en los territorios. El gobierno del señor Iván Duque bajo un estado mafioso, servil al nacionalismo de derecha de Donald Trump, dirige una política nacionalista e intervencionista en los territorios. Geográficamente, Colombia le sirve al Imperio capitalista con sus 7 bases militares (Palanquero, Apiay, Bahía Málaga, Tolemaida, Malambo, Larandia y Cartagena) para sus propósitos hacia la expansión económica y militar en la región (ahora lento, dada las elecciones venideras y el gran debate entre demócratas y republicanos, donde el sionismo está en la hegemonía de sacar un solo representante). Los propósitos y la implementación de dispositivos de seguridad regional por parte de Estados Unidos hacia América Latina, abren un escenario de sometimiento e intervencionismo económico en los territorios y que mejor que Colombia se le convierta en la miserable puerta para los objetivos capitalistas y las medidas administrativas neoliberales.
¿El modelo criollo de corte militar impuesto a Iván Duque alcanza a paralizar la rebelión hacia la protesta social? ¿El Covid-19? Hay intervención paramilitar bajo asesinatos, amenazas en los departamentos del Valle del Cauca, Cauca, Antioquia, Quindío, Meta, enfocados hacia las localidades donde hay población indígena, afro y campesina. Efectos de gran impacto y control geográfico han conllevado a la eliminación física, amenazas y desapariciones de ciudadanos, bajo un corporativismo en el repoblamiento paramilitar en los territorios. Esta instrumentalización de la violencia, hacen parte del criollismo nacionalista que el estado de Colombia asume bajo la dirección de una política internacional capitalista con medidas administrativas neoliberales.
Vez el piojo en cabeza ajena, pero no la garrapata que llevas encima” . El satiricón de Petronio.
¿Hasta cuándo se debe soportar tanto asesinato para reaccionar? ¿Hasta dónde debe llegar una sociedad para que despierte de este mal sueño? ¡¿Colombia dónde estás? ¿Te perdiste? o Aún no alcanzas la vara del tiempo? La neutralidad no sirve en ningún escenario de la vida colectiva, ni en la existencia individual. Los neutrales son flojos, sospechosos, ambiguos, no son ni chicha ni limoná. No se puede ser neutral, ante el abuso del poder político y social de un estado. Las instituciones del estado colombiano se extienden en su maldad, propiciando el genocidio político (un acuerdo de paz fracasado), la instrumentalización de los asesinatos étnicos de líderes mujeres y hombres de comunidades afro, indígenas, campesinas y otros movimientos cívicos. Hay que decir STOP ¡La pandemia del COVID no es una puerta al silencio o al confinamiento político!
La segregación social, el racismo histórico, la pobreza impuesta y la represión están desde la aurora, el Alba se asoma esperando que espíritus alertas se levanten para continuar la batalla. Los espíritus de ayer, los 120 hombres y mujeres asesinados en lo que corre este año del 2020, reclaman el clamor de la voz colectiva para continuar la esfinge de la rebelión.
Adivina este acertijo, le dijo la Esfinge a Edipo, «o encontrarás tu muerte: ¿Cuál es la criatura que en la mañana camina en cuatro patas, al mediodía en dos y en la noche en tres? Edipo miró a la Esfinge y le respondió:
«El hombre. En su infancia gatea con sus manos y rodillas, que es como tener cuatro pies. (Diálogo Edipo Rey)