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El dilema ético y el derecho de los medios

Fuentes: La Trinchera

Matar a un zar es un acto que convierte al victimario en victima ante la opinión pública. Y es que si de política se trata, dejar al enemigo como víctima está entre los errores más comunes. Así queda el espectador, en no pocas ocasiones, atrapado en un dilema ético.

El tratamiento a una parte de los medios no partidistas cubanos, es un buen ejemplo.

Es conocido que dentro de esa etiqueta tan grande que es la de medios independientes en Cuba (y que los medios partidistas siempre la usan entre comillas) entran muchos; desde los que sí son independientes, hasta aquellos que son financiados por un dinero gubernamental de EUA.
Entre esos, con información pública y verificable, están Diario de Cuba y Cubanet. No se olvide que la NED es una ONG creada y financiada por el congreso de EUA; ¿irónico, no?

Luego, dichos medios no son precisamente garantes de un periodismo que tienda a la objetividad. Su ejercicio se centra en atacar al gobierno cubano aunque implique daños colaterales; ¿periodismo serio, no?

En respuesta, el gobierno cubano hace uso de mecanismos arbitrarios como el Decreto 370 y la labor de los órganos de la seguridad del estado.

ntonces, aquellos posibles victimarios del derecho ciudadano a la información se convierten, ante la opinión pública, en víctimas (citaciones, acusaciones, multas, etc). De paso, le llega el efecto a periodistas como Mónica Baró que, al parecer, no ha atentado contra el buen periodismo.
El gobierno es el responsable y parte de todo ese juego cuando no extiende una legislación que sea clara y pareja para todos los medios. Pero así dejaría a la prensa partidista sujeta a esas propias reglas (parece que esa idea no conviene a algunos). Por eso no quedan otras respuestas que esos 370 y métodos por debajo del tapete.

Con este escenario, el espectador, el simple espectador como yo, el ciudadano que pretende ser ciudadano del estado de derecho, queda ante un dilema ético: ¿qué es lo justo, defender medios que en nombre de sus derechos apoyan el bloqueo que afecta al pueblo cubano e irradian un odio a todo lo cercano al gobierno; o apoyar la contención que le hace el gobierno a su ejercicio irresponsable, que es perjudicial a la ya dañada inclusión en la prensa y en la sociedad cubanas?

Por momentos, intentar cuidar a esos medios financiados desde EUA del alcance del 370 y del DSE, me parece que es el equivalente a defender el derecho a la guerra, el derecho al mensaje de odio, incluso, el odio hacia los cubanos que aún creen en el gobierno, y justificar el maltrato futuro; y apoyar el 370 y el ejercicio de la DSE contra ellos, es validar también el odio hacia el diferente, hacia el que te hace más daño que el que ya te causa la realidad, es negar la pluralidad bajo el principio de la dominación, y justificar el maltrato en presente.

Sin embargo, si el gobierno implementa una legislación con carácter de ley que implique un proceso judicial imparcial como vía de aplicación y el uso riguroso de evidencias, estaría dando las herramientas a los ciudadanos para ser capaces de decidir si tener o no medios esos financiados por el congreso que atentan contra el derecho a la información y, de paso, si permitir o no medios partidistas que hagan lo mismo.

De existir tal legislación, no estaríamos en un dilema ético; no estaríamos en lo maniqueo de lo que es “políticamente correcto” o “humanamente correcto” y lo que no; estaríamos defendiendo el derecho ciudadano a la información verídica, no el derecho de los medios.

Fuente: http://www.desdetutrinchera.com/politica-en-cuba/el-dilema-etico-y-el-derecho-de-los-medios/