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Cronopiando

El diputado dominicano Sergio Vargas y su camiseta del Che

Fuentes: Rebelión

Supongo que para estrenarse como diputado e iniciar con buen pie su singladura por el Congreso, para no desentonar entre tanto honorable, el cantante dominicano Sergio Vargas, cuestionado desde Miami por haberse puesto una camiseta con la imagen del Che, no perdió tiempo en desmentir cualquier asomo de simpatía que pudiera suponérsele con el gobierno […]

Supongo que para estrenarse como diputado e iniciar con buen pie su singladura por el Congreso, para no desentonar entre tanto honorable, el cantante dominicano Sergio Vargas, cuestionado desde Miami por haberse puesto una camiseta con la imagen del Che, no perdió tiempo en desmentir cualquier asomo de simpatía que pudiera suponérsele con el gobierno de Cuba, su revolución y Fidel Castro a partir del uso de esa prenda.

El nuevo diputado del Partido de la Liberación Dominicana (cada vez me cuesta más escribir eso de la «liberación») declaró a la gusanera de Miami que, a diferencia del profesor Juan Bosch, fundador y guía de ese partido hasta su muerte, «nunca he ido a Cuba a cantar, aunque me han invitado, porque uno no puede estar con Dios y con el diablo y yo siempre he respetado eso».

Vargas, que hasta en el infierno cantaría si el Diablo pagara en dólares, que como otros cantanticos no ha tenido reparos en subirse al escenario de cualquier burdel, incluyendo Miami, descubre de improviso la medida de su dignidad y, para tranquilidad del mercado, enfatiza: «no simpatizo con Fidel Castro».

Desde Miami, Emilio Estefan y su clan de mercaderes respiran aliviados. La camiseta de Vargas sólo fue un desliz y a estas horas ya debe haber sido quemada o regalada a su chofer, o al que le limpia los zapatos o a la que le lava la ropa. De hecho, ya el locutor de la estación de radio Zol 95 ha aclarado que va a seguir colocando la música de Sergio Vargas por sentirse conforme con la aclaración del dominicano.

Para mayor tranquilidad del cantante lo que uno le sugeriría es que, todos los días, antes de vestirse, llame a Miami y pregunte si puede ponerse una camiseta verde olivo o roja, o si también la imagen de Martí levanta suspicacias. Que antes de ponerse la camiseta que tiene dibujado un unicornio azul, llame a Miami y pregunte cómo pueda ser interpretada. O mejor aún, que desde Miami se le haga llegar una lista con la ropa que puede ponerse, incluyendo la ropa interior, y otra lista de ropa con la que no es prudente vestirse.

Y ya de paso, para evitar nuevos y futuros inconvenientes, que también le manden a Vargas desde Miami, una lista con la música que debe oír y los poetas que debe leer, no vaya a ser que tenga, entre sus contradictorios gustos musicales, algunas canciones de Silvio Rodríguez o Pablo Milanés o un libro de poemas de Nicolás Guillén.

¡Que pena Sergio, que pena y que vergüenza!

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