Aquí está el prólogo de Enrique Falcón, que presenta el origen, proceso y sentido de ONCE POETAS CRÍTICOS EN LA POESÍA ESPAÑOLA ACTUAL: INTRODUCCIÓN Los escritores y los artistas podrían desempeñar, en la nueva división del trabajo político -o, para ser más exactos, en la nueva manera de hacer política que hay que inventar-, un […]
Aquí está el prólogo de Enrique Falcón, que presenta el origen, proceso y sentido de ONCE POETAS CRÍTICOS EN LA POESÍA ESPAÑOLA ACTUAL:
INTRODUCCIÓN
Los escritores y los artistas podrían desempeñar, en la nueva división del trabajo político -o, para ser más exactos, en la nueva manera de hacer política que hay que inventar-, un papel absolutamente insustituible: otorgar fuerza simbólica, a través del arte, a las ideas y los análisis críticos, y dar una forma sensible a las consecuencias invisibles de las medidas políticas inspiradas en las filosofías neoliberales. (Pierre Bourdieu)
El poeta es un cultivador de grietas: fractura la realidad aparente, o espera que se agriete, para captar lo que está más allá del simulacro. (Roberto Juarroz)
Nuestras escrituras no carecen de memoria: ni la literatura es una estructura inocente ni en la actualidad existe posibilidad alguna de poner en marcha una práctica emancipatoria significativa si no es sobre la base de una simultánea transformación cultural. Tarea de transformación que exige, críticamente, por lo menos dos cosas: la primera, aprender a mirar de una forma nueva el espesor de un tiempo herido -el nuestro- con claves diferentes a las dominantes; la segunda, establecer a partir de esas nuevas claves un auténtico combate cultural, una confrontación de legitimaciones. Nuestras escrituras no carecen de memoria: sabemos que las transformaciones políticas del mundo se logran, retardan o fracasan, no a pulsos de literatura, sino en gran medida gracias al empeño de la acción social organizada.
Hace seis años el crítico literario Manuel Rico advertía en el libro Pasar la página: poetas para el nuevo milenio que la poesía española de las tres últimas décadas había carecido de una dimensión comprometida con la modificación de un mundo radicalmente injusto, hasta tal punto que -si dentro de un siglo- un lector intentara buscar en la poesía española el lugar de la tragedia humana, los desmanes de la historia, los falseamientos de la realidad que establecen los poderes dominantes, el horror y la esperanza frente a un cambio de siglo lleno de amenazas colectivas, no lo tendría nada fácil. Sin embargo -continúa diciendo Rico- ese peligro estarían conjurándolo hoy un conjunto de poetas que, no complacientes con la realidad, están hondamente comprometidos con su tiempo. De once de estos poetas se ocupa el presente volumen.
Confirmando aquella intuición, en un amplio número monográfico de la revista «Ínsula» bajo el título de «Los compromisos de la poesía española» , Araceli Iravedra escribía poco después «En el panorama de los últimos años de la poesía española han ido ganando presencia una serie de prácticas estéticas que no se conciben a sí mismas de otro modo que como un posicionamiento moral ante la realidad. Ha podido detectarse en determinados ámbitos una reivindicación de la radical utilidad de la poesía, cuando menos en tanto instrumento ideológico que conforma nuestro inconsciente y es en consecuencia susceptible de transformarlo. Incluso, se vienen dejando ver de un tiempo a esta parte algunos autores que crean una poesía resistente de cuño radicalmente político, aunque establezcan distancias notorias con las viejas realizaciones de los años 50 y 60».
En una aproximación a lo que últimamente se ha calificado como «poesía de la conciencia crítica», «escritura del conflicto», «nueva poesía social», «literatura activista» o «poesía en resistencia» (importan menos ahora los calificativos estrictos que propone el etiquetado literario y más las visiones de mundo que parecen insinuar), esta antología propone presentar algunos de los textos más significativos que durante estos años han marcado en España esta búsqueda -este tanteo contestatario- por una literatura de voluntad crítica y pulso resistente en tiempos sin embargo como los nuestros,de macdonalizada pacificación e innegable injusticia social.
Retomando en cierta medida las intuiciones exploradas en No doblar las rodillas: siete proyectos críticos en la poesía española reciente (una antología anterior que publiqué en Chile a finales de 2002), el presente volumen fue inicialmente confeccionado para acompañar una serie de recitales que los once poetas aquí reunidos íbamos a dar en diversas escuelas, centros culturales y prisiones de una serie de países en Centroamérica. Aunque aquel proyecto -recitales y edición- no pudo salir adelante, hoy la antología consigue ver por fin la luz gracias a la acogida de los responsables de Baile del Sol, tras haberla reestructurado un tanto con los ojos ya puestos en un lector español.
Creemos que, en todo caso, estos Once poetas son lo suficientemente significativos como para dar cuenta de diversos proyectos de escritura resistente y su selección responde igualmente a la necesidad de mostrar una tensión fundamental que se ofrece en sus obras: la que anuda (eso sí: gradualmente y sin marcar excesivas separaciones) un latido crítico de pretendida ruptura y transgresión del lenguaje y otro tipo de retóricas pretendidamente más transparentes donde una noción plana de «realismo» podría sin embargo resultar agujereada en más de algún aspecto. Si bien existe una apreciable complicidad compartida (y que desborda en los Once el mero ámbito literario para alcanzar prácticas vitales de compromiso personal y organizado), los registros aquí experimentados -el lector habrá de descubrirlos- son plurales y se mueven del objetivismo documental a la deriva libertaria, de la poesía de la conciencia al torrencialismo irracional, del vitalismo en resistencia a la reflexión distanciada, del vanguardismo crítico al realismo más contundente, del relato narrativo al discurso atomizado, de la historia de la memoria al ejercicio de la ironía, del impulso visionario a las prácticas saludables de la lucidez, y -en fin- de las tácticas disidentes de la sugestión a las estrategias materialistas del extrañamiento. De ninguna de estas opciones, sin embargo, cabría deducir que «lo personal» y «lo político» pudieran constituirse como esferas separadas, por mucho que el discurso neoliberal imponga falsamente en nuestro tiempo una brutal separación entre lo público y lo privado.
Los poemas seleccionados para esta panorámica lo han sido por cada uno de sus propios autores. Todos ellos nacieron en España en los años 60 ó 70, han publicado al menos un par de libros de poesía y escriben en castellano. Por otra parte, y atendiendo a la cronología que cierra este libro, las noticias de lo que estaría ocurriendo en ciertos márgenes de la poesía actual van contrastándose con determinados hechos de la vida social y política española (y, por lo demás, de nuestro mundo), contando con la percepción de que sin ellos apenas podría ser comprendido este tipo de prácticas literarias. La crisis de Irak, en concreto, se muestra particularmente simbólica para entender estos contextos, en la medida en que en ella puede cifrarse buena parte de los signos de época enfrentados por esta clase de escrituras, cosa que nos obliga a remontarnos hasta el año 1991, año del primer ataque y año de la publicación de E l gallo de Bagdad .
Lejos de resoluciones meramente panfletarias y de escrituras literarias ideológicamente tranquilizantes, el criterio de fecundidad de un arte comprometido -lo advertía Arnold Hauser – no estriba en la solución de crisis y conflictos, sino en combatir críticamente la ilusión de que, bajo el signo de la catástrofe, todavía se sigue viviendo en un mundo sin peligro alguno. Todo poema conlleva, así, una postura de lenguaje y un determinado gesto en el mundo, y los que aquí se recogen lo miran con las lenguas del cariño y de la ira, de la protesta y del compromiso, de la denuncia y de la esperanza. Las páginas del presente volumen caminan, por lo tanto, por algunos de esos poemas que -enfrentándose a la reali-dad del tiempo que hubo de herirles- no quieren doblar las rodillas ni ante la resignación de la injusticia ni ante el derribo de nuestra esperanza.