La tarde del pasado martes fue repentinamente perturbada por las hélices de los helicópteros que rasgaron los cielos cargados con tropas del bravo y valiente ejército nacional. En la vereda «La Cristalina», perteneciente a los territorios de reservas campesinas del municipio de Corinto, norte del Cauca, la llegada intempestiva de las fuerzas armadas, no fue […]
La tarde del pasado martes fue repentinamente perturbada por las hélices de los helicópteros que rasgaron los cielos cargados con tropas del bravo y valiente ejército nacional. En la vereda «La Cristalina», perteneciente a los territorios de reservas campesinas del municipio de Corinto, norte del Cauca, la llegada intempestiva de las fuerzas armadas, no fue para asestar un golpe de mano a las estructuras subversivas que operan en todas las zonas montañosas del suroccidente, su objetivo era otro, bien definido: la hermosa y valiosísima colección de piezas precolombinas, que atesoraba, el museo arqueológico la Cristalina, inaugurado en el 2001 por el alcalde del municipio de Corinto, como un centro arqueológico orgullo y ejemplo a nivel regional. Dicho lugar se edifico pretendiendo -de una manera rustica, muy a lo caucano- dilucidar los distintos periodos transitados socialmente hablando, sus costumbres y los objetos asociados a su vida cotidiana -de la piedra a la cerámica- de las distintas etnias y pueblos que moraron en estas paradisíacas montañas, siendo para las comunidades un legado ancestral, un patrimonio e identidad que despiertan del pasado y hablan hacia el futuro, que enseña y orienta, pues tambien es una escuela donde estudian los niños de la vereda y se les da el almuerzo comunitario.
El operativo militar descargo del cielo un grupo de
El primer informe de los medios locales -canal regional telepacifico- se decía que se confiscaron la colección privada de piezas arqueológicas de un importante líder guerrillero de las insurgentes FARC-EP, que eran 60 el numero de piezas incautadas, el informe de hoy -tres días después- del general responsable de la brigada sostiene, que se decomisan porque a los alrededores del museo había un laboratorio de coca, que son 30 piezas, que la investigación se deja en manos de la fiscalía, para determinar el futuro de las piezas. Al observar los noticieros que proyectaron la noticia del operativo y su justificación, Mónica sostiene: el museo contenía 500 piezas y que algunos investigadores que visitaron el museo calculaban que el museo representaba muchos millones en el mercado negro, en la especulación, por el valor, rareza y diversidad de las piezas encontradas, y tenemos un documental que hicieron los jóvenes de los grupos de trabajo de la universidad del Valle y de la universidad Nacional, que estuvieron trabajando en las piezas, en su reconocimiento e iniciar el registro para su clasificación ante el banco de la Republica y el ministerio de cultura, diligencia que iba lenta, pero que se estaba haciendo, usted sabe las limitaciones que nosotros tenemos en estos parajes, todo es más demorado. Jamás pensamos que la fuerza pública llegara a estos extremos, pues arrasaron con todo hasta con las aves de corral, se llevaron al pavo real que un profesor de la universidad de caldas nos había dejado pa´l museo, imagínese, no es como raro, hasta los animales son sospechosos de terrorismo y detenidos.
Esto no es nuevo por acá -nos comenta don Miguel, miembro del cabildo local, habitante de los contornos- es parte de una ofensiva, demasiado agresiva que las fuerzas armadas tienen en toda la región, con el pretexto que atacan las estructuras y bases de la guerrilla, abusan de las personas y sus propiedades, el pillaje es parte generalmente de estos odiosos operativos y a nosotros, a todos los de por acá nos toca aguantar, por todas las rancherías y caseríos de allá pa`rriba, el ejercito llega a las pobres casas, y les pide los papeles y facturas de todos sus pertenecías, los electrodomésticos especialmente, los que no los tengan son vilmente retenidos, bajo sospecha de que tal posesión fue dada por los guerrilleros, que abuso, esto lo hemos dicho en las a los noticieros, pero nunca dicen nada, claro que muchos de los pobladores se abstiene de hacer comentarios o denunciar los atropellos a nivel publico por miedo a las represalias de las fuerza armadas, y así hemos visto llevar nuestros televisores, neveras y equipos de sonido, que nos ha costado sudor y esfuerzo, subidos en varios camiones que el ejercito trae para llevarse tan miserable botín, obviamente tales enseres nunca llegan a la brigada, que tal.
Cada vez que hablan -dice Miguel, ya en confianza- en la televisión o en la radio del Cauca es por algo malo, nosotros siempre queremos hacer algo para que cambie esa imagen violenta que los medios de comunicación han generado en torno a nuestras comunidades, estigmatizándolas, que las tropas no nos vean como su enemigo, que somos campesinos pobres y que nuestra vida es muy difícil. De todos modos, nosotros vamos a reclamar las piezas porque pase lo que pase el museo arqueológico tiene que continuar, pues es la casa de la cultura, es un ejemplo de dignidad y resistencia de las comunidades, que no aceptamos que destruyan nuestros lazos con el pasado, nuestra identidad y arte, que nos mantenemos desafiantes, rebeldes ante las injusticias y atropellos a los que nos vemos sometidos, este operativo militar fue el primer paso a la institucionalización del museo, a legalizarlo definitivamente, pues el potencial en lo que corresponde a la investigación arqueológica es inmenso, en todos lados emergen piezas, y de una en una por todos lados fluyen donaciones de los comuneros que las hallan, esa es la esencia del museo, con el esfuerzo de todos lo generamos.
El problema generado por acción militar, apenas ha comenzado, los territorios de reservas campesinas de Corinto y Tacueyo, apoyados por los cabildos nasa que se han solidarizado en contra del abuso estatal, para tal fin se ha recurrido a la ayuda del alcalde de Corinto -que coincidencialmente fue él mismo en el anterior periodo administrativo quien oficialmente inauguro el museo-, para que se reclame ante la justicia competente por tal arbitrariedad, recurriendo a todos los instrumentos legales posibles y ante todo dejar en firme la decisión de seguir comprometidos con el proyecto del museo y construir una sub-sede en la vereda la Cominera, para replicar los centros arqueológicos en la región. Se tienen que tener presentes estas situaciones que están surgiendo, que queden como precedentes para que abusos y agresiones como estas no queden impunes y no se presenten en un futuro en Colombia, concluyó José Rodríguez de la Universidad del Cauca.