Tanto las FARC como el ELN somos parte del patrimonio histórico de la resistencia antiimperialista continental, luchadores por el Socialismo y estamos al servicio de la causa revolucionaria del pueblo latinoamericano. Sea esta la oportunidad para reafirmar que con las FARC tenemos mayores niveles de identidades que de diferencias, entendidas estas últimas como parte de […]
Tanto las FARC como el ELN somos parte del patrimonio histórico de la resistencia antiimperialista continental, luchadores por el Socialismo y estamos al servicio de la causa revolucionaria del pueblo latinoamericano.
Sea esta la oportunidad para reafirmar que con las FARC tenemos mayores niveles de identidades que de diferencias, entendidas estas últimas como parte de las naturales controversias, que surgen dentro del campo popular. Esta realidad evidencia que somos parte de mismo proyecto de nación y revolución, que somos organizaciones hermanas y no, fuerzas opuestas.
Con el pueblo tenemos la deuda de no haber podido, hasta ahora, detener el enfrentamiento fratricida entre las FARC y el ELN, pero reiteramos el compromiso público de seguir en el empeño por resolver las diferencias ideológicas entre revolucionarios, con el intercambio de ideas y el debate, no por la fuerza.
Ambas organizaciones tenemos la obligación de explicar cuáles son las raíces reales de este absurdo enfrentamiento. Muy seguramente cada parte tenemos lecturas propias de las causas, que ameritan ser escuchadas por la otra, para ganar mayores niveles de objetividad. A nuestro juicio, la primera razón del enfrentamiento está en la diferencia de ideas, la segunda tiene que ver con las diferencias en las acciones prácticas, la tercera reside en las interpretaciones que hacemos cada organización de la otra y la cuarta está en las versiones que cada comandancia recibe de sus mandos intermedios.
El esclarecimiento de las causas de este enfrentamiento es un reto para ambas organizaciones, en especial para sus comandancias. Ello permite en el marco de un debate constructivo, generar los espacios e instrumentos de unidad en medio de la diversidad; de igual manera avanzar en la rectificación de prácticas erróneas, dentro del tratamiento que los revolucionarios debemos dar a las naturales controversias y prácticas del campo popular.
Compartimos la recomendación que hace el comandante Manuel Marulanda en su carta del 5 de diciembre de 2005, de reciente difusión pública, cuando llama a «abstenerse de más acciones con cualquier pretexto» y la valoramos como medio apropiado para detener el conflicto fratricida.
Proponemos al Secretariado de las FARC que conjuntamente con el Comando Central del ELN, convirtamos esta recomendación en una orden para detener de inmediato la confrontación, a la vez que reexaminamos las diferencias que tenemos en este momento, para rehacer niveles de alianza y unidad, como los construidos en años anteriores. Mantenemos la disposición de seguir buscando entre el Secretariado de las FARC y el COCE del ELN, todos los espacios de encuentro que se ameriten para lograr la pronta solución de este conflicto.
Comando Central
Ejército de Liberación Nacional
Montañas de Colombia
Febrero 19 de 2007