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El ELN y la construcción de sus perfiles democráticos en 40 puntos

Fuentes: Rebelión

El Ejército de Liberación Nacional – ELN a lo largo de su trasegar en la búsqueda de una salida política para el conflicto armado en Colombia, ha establecido una estrecha relación entre el diálogo de paz Gobierno Nacional – ELN y la apertura de escenarios de diálogo social; en los cuales la sociedad pueda examinar […]

El Ejército de Liberación Nacional – ELN a lo largo de su trasegar en la búsqueda de una salida política para el conflicto armado en Colombia, ha establecido una estrecha relación entre el diálogo de paz Gobierno Nacional – ELN y la apertura de escenarios de diálogo social; en los cuales la sociedad pueda examinar las hondas problemáticas que vive el país y así mismo construya un consenso básico sobre sus soluciones.

Sin duda alguna, esta posición refleja un hondo sentido y valor por la democracia, que hace de la solución política del conflicto armado y de la construcción de paz, una solución democrática del conflicto, en oposición o en contraste con las formas cupulares en las que las partes pactan las soluciones mientras que la sociedad actúa como espectadora.

¿Pero cómo llegó el ELN a elaborar ese sentido democrático de la solución?, en este ensayo me propongo hacer un rastreo de hitos históricos en los que el ELN va construyendo el perfil de su noción de democracia y de la solución democrática del conflicto.

1- El ELN nace en 1964 en un contexto de exclusión social y exclusión política, como resultado del pacto del exclusivo y excluyente, fraguado por los dos partidos políticos soportes del establecimiento republicano en Colombia. Este acuerdo que puso fin a la confrontación violenta entre los partidos Liberal y Conservador y creó la figura del Frente Nacional, mediante la cual los partidos alternaban la tenencia del poder; cerrando la puerta a cualquier otro tipo de opción política. Este «acuerdo de paz» dio origen a una larga época de guerra revolucionaria que aún no termina.

2- El ELN surge como una organización de revolucionarios para tomar el poder, en cuya preparación y constitución no operaron mecanismos claros de democracia interna, los que fueron sustituidos por un ejercicio de liderazgo de Fabio Vásquez Castaño, y el desarrollo de un entendimiento básico general entre los compromisarios fundadores, reafirmado con un pacto de liberación o muerte, expresado en la consigna de NUPALOM.

3- En el acto público fundacional del ELN, la toma de la población de Simacota, el 7 de enero de 1965, en el «Manifiesto de Simacota» [1] , el ELN plantea que «… El pueblo liberal y el pueblo conservador harán frente juntos para derrotar a la oligarquía de ambos partidos. ¡Viva la unidad de los campesinos, los obreros, los estudiantes, los profesionales y las gentes honradas que desean hacer de Colombia una patria digna para los colombianos honestos!…»

4- Para ese entonces el sujeto político transformador concreto es el «pueblo» (liberal y conservador) entendido como la unidad de los campesinos, los obreros, los estudiantes, los profesionales y gentes honestas, en clara confrontación a la clase oligárquica de ambos partidos, hasta derrotarlos y tomar el poder.

5- Fabio Vásquez Castaño, estableció una relación de jefe único con el resto de sus compañeros, la que se expresó como de mando militar, orgánico y como guía político, que no admitía nociones o interpretaciones diferentes a las propias. De hecho se planteaba una situación dual y contradictoria: cero democracia interna, mucha democracia para el pueblo.

6- El papel preeminente dado por Fabio Vásquez Castaño al campesinado, frente a los obreros y otras capas de la sociedad, daba por sentado que la unidad del pueblo no sería entre iguales, que en el seno del pueblo quien tuviera un papel de vanguardia, tendría mayores ventajas, por lo que el sentido de democracia popular nacía con fisuras o al menos inconsistencias.

7- Por otro lado, esta situación suscitó debates al interior del ELN, que fueron cercenados por la vía de la disciplina militar, el constreñimiento a la libertad de pensamiento, la intimidación y los fusilamientos. Es decir, no existían espacios de democracia para la discusión política, mucho menos para el disenso y construcción colectiva de pensamiento; y en su lugar se levantó un sistema asambleario de la guerrillerada para sojuzgar todo asomo de crítica y nuevo pensamiento. La exigua democracia interna solo tenía un uso punitivo.

8- Entretanto, el sacerdote Camilo Torres Restrepo ha lanzado sus tesis sobre la «clase popular» [2] , en la que incluye a todos los sectores sociales por fuera de la oligarquía, opacando el papel del proletariado que desde las tesis marxistas se le asigna como vanguardia, este planteamiento de Camilo es asumido por el ELN en la acepción genérica de «pueblo».

9- Tras la debacle militar sufrida por el ELN en 1973 en el Bajo Cauca Antioqueño, en la región de Anorí; sobrevino una purga interna con la pretensión de buscar un culpable, la cual terminó por quitar la vida a un grupo de guerrilleros, entre los que se encontraban los militantes urbanos conocidos como «los Bertulfo»; como colofón de la Asamblea de Anacoreto. Asamblea punitiva de infausta recordación.

10- Estos hechos marcaron el estallido de una crisis profunda en el ELN, caracterizada por la dispersión y fragmentación orgánica; pero marcó el inicio de una contundente crítica a la concepción «fabista» de mando unipersonal y ejercicio antidemocrático del poder, así como también a la práctica de los fusilamientos.

11- El largo periodo de crisis vivido por el ELN, entre los años 1974 y 1983 solo fue posible superarlo, tras la salida de Fabio Vásquez del escenario guerrillero y su posterior desautorización, mediante la búsqueda de salidas colectivas y concertadas entre los distintos grupos de militantes en que se fragmentó.

12- Esta búsqueda alcanza su cenit en la Reunión Nacional Mártires y Héroes de Anorí celebrada en octubre de 1983, nueve años después del desastre militar del ELN en Anorí.

13- La Reunión Nacional de 1983, significó el punto de llegada en la búsqueda de un nuevo statu-quo, es decir un nuevo consenso interno, en el que la democracia interna, cumplirá un rol importante. Pero también un punto de partida de una nueva época en el que con apego a principios organizativos, tales como la Dirección Colectiva, la División del Trabajo, la Planeación y Evaluación, la Crítica y la Autocrítica, y el Centralismo Democrático; se relacionarían los mandos y los subordinados, las estructuras y la conducción central; pero por sobre todo, se regularía la vida política con garantías, superando los excesos del poder, conocidos en el pasado.

14- Bajo la aplicación del principio de centralismo democrático, el ELN conforma sus cuerpos de conducción colegiados, nacionales, regionales y territoriales, define asambleariamente su línea política y la táctica para cada periodo, así como también desarrolla procesos consultivos a sus bases orgánicas para hacer los ajustes frente a las contingencias de la guerra y de la paz.

15- En el desarrollo de las deliberaciones de la RN de 1983, se dio una profunda discusión sobre el programa y la formación social colombiana. Al respecto se adoptó un programa Antioligárquico y se estableció que la lucha revolucionaria debe ser desarrollada «por el pueblo y para el pueblo», en el que el núcleo debe ser una fuerte alianza de clases y sectores populares, aglutinados en un Bloque Popular Revolucionario, el cual ha de ser vanguardizado por la «clase obrera».

16- Por primera vez, y luego de 19 años el ELN se edificaba sobre sólidas bases de democracia interna, al tiempo que establecía nortes muy claro en cuanto a la democracia que la sociedad colombiana merecía para realizar las transformaciones sociales que la condujeran a la justicia social.

17- En 1986, el ELN en su Asamblea Nacional «Comandante en Jefe Camilo Torres Restrepo», establece la táctica del poder popular, la cual consiste en que «no es necesario esperar a tomar el poder total, cuando podemos construirlo desde ya». Decisión de importancia estratégica, habida cuenta que los revolucionarios habrán de repartir sus esfuerzos, entre destruir el poder oligárquico y construir el poder popular; para lo cual adoptan la consigna de: «El pueblo habla, el pueblo manda» [3] , frase que contiene todo una disposición a dar el más alto valor posible a las decisiones populares, en un claro ejercicio de soberanía popular.

18- Pero lograr que el pueblo hable y mande, significa no solo reconocer que el pueblo puede hacerlo, significa que el poder de la organización insurgente se desdobla, es decir que se reparte, sin ser nunca mayor que el poder del pueblo.

19- El ELN promueve una vasta campaña política agitando el poder popular y reclama la promoción de cabildos abiertos en los municipios y procesos asamblearios populares, en donde las comunidades territoriales expidan mandatos. Esta campaña, realizada en el marco de una honda conflictividad social, y de entrecruce de violencias, posibilitó la epopeya social de las marchas del nororiente colombiano agitando las consignas de poder popular.

20- En 1987 el ELN promovió la iniciativa del Frente de Guerra Nororiental, de impulsar un proyecto piloto, experimental, de participación en la elección popular de alcaldes, en un municipio de la región; con la advertencia que el ELN no participaría como tal, pero que dejaba en libertad a sus acumulados sociales para apoyar o no tal iniciativa. Acá se abría una brecha al férreo principio antielectoral.

21- En este mismo año, la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar, suscribe un acuerdo interno, que obliga a todas las organizaciones guerrilleras a acatarlo, en las que éstas se obligan a respetar a las bases sociales, siguiendo unas NORMAS DE COMPORTAMIENTO CON LAS MASAS, entre las que se encuentran las relacionadas con el respeto al libre pensamiento político e ideológico y a la opción política que a bien tengan las personas y comunidades. Éste manual debía ser portado por cada guerrillero y ser divulgado entre las comunidades. Además, estas normas debían ser incorporadas a los códigos y reglamentos internos de cada organización insurgente.

22- Posteriormente en 1988, el ELN junto con la organización MIR – PATRIA LIBRE, se fusionaron, en un proceso de síntesis política sobre el problema del poder y sobre el sujeto político de las transformaciones. Bajo la sigla UC-ELN, se lanzó la consigna de «Poder Popular y Nuevo Gobierno», soberano y al servicio de «las mayorías», en una clara conexión con el planteamiento fundamental de Jorge Eliecer Gaitán, que encarnaba la confrontación política entre el país político y el país nacional, que es una forma alterna, en el lenguaje del caudillo, para plantear la lucha irreconciliable entre oligarquía liberal-conservadora y las mayorías básicas de ambos partidos.

23- En 1989, en el 1° Congreso Nacional del ELN, los nuevos integrantes, provenientes en su mayoría del antiguo MIR-PL, pugnaron para que en la táctica y la estrategia de la UC-ELN se estableciera una primacía real de la lucha política sobre la lucha militar y se definieran la ciudad y centros urbanos, como los escenarios en los que se deberían priorizar las luchas políticas y sociales de las masas, como el esfuerzo central de la organización. En esta nueva relación entre formas de lucha y escenarios, el campo y la lucha militar tendrían una disminución sensible en su importancia, lo cual no fue aceptado por el Congreso guerrillero.

24- En 1991, tras la separación de la Corriente de Renovación Socialista y la incursión del ELN en los diálogos de paz, el ELN introdujo modificaciones a su táctica, en la que estableció, un nexo entre Mayorías – Gobierno – Paz – Equidad. Relación que pone al ELN mucho más distante de la toma del poder, y lo acerca al ejercicio de poder y gobernanza, en el marco de un «Gobierno de Mayorías». La incursión en la búsqueda de la paz, pone en el horizonte el escenario posible de llegar al fin de la guerra, sin que se haya obtenido la toma del poder.

25- En el 2° Congreso Nacional de 1997, el ELN lanza su propuesta de Convención Nacional, la cual da el más alto valor y poder, a la «Sociedad». En su triple condición: la Convención Nacional, como propuesta política, como método democrático y como escenario, la sociedad, sin exclusiones, adquiere la mayor capacidad para la construcción de consensos, así como también para la adquisición de compromisos; es decir hay una ampliación del «sujeto político transformador», al pasar de pueblo de los primeros comienzos y pasando por los conceptos de clase popular, bloque popular revolucionario, y mayorías, para llegar a «la sociedad sin exclusiones».

26- Durante los Gobiernos de Ernesto Samper, Andrés Pastrana Arango y Álvaro Uribe Vélez, el ELN, esgrime la Convención Nacional, la cual es aceptada por estos tres gobiernos en el marco de los diálogos de paz respectivos.

27- La Convención Nacional vincula a la sociedad a la búsqueda de una solución política, que lleve al país hacia un «Nuevo Gobierno de Nación, Paz y Equidad» [4] ; es decir en una formula en la que el ejercicio de la democracia ha de ser maximizado, para que la sociedad construya (en la Convención Nacional) y el «Nuevo Gobierno» ejerza el poder con sentido de nación. En ambos planteamientos la inclusión es absoluta.

28- La Convención Nacional luego de ingentes esfuerzos del mismo ELN y sectores representativos de la sociedad, pactantes y comprometidos con ella por mantenerla, por construir sus perfiles y contenidos, luego de abrirle un importante espacio en la aceptación de la sociedad; fue sometida a la prueba ácida de su legitimidad: su carácter vinculante para las partes del conflicto armado, es decir, para el Gobierno y las insurgencias. A la pregunta formulada en el marco de la reunión número 23 de la Comisión Preparatoria de la Convención Nacional (en noviembre de 2001): ¿Las partes están dispuestas a aceptar y acatar las definiciones y decisiones que soberanamente asuma y construya la Convención Nacional?. Pregunta que solo ha sido respondido por un largo silencio, que a la fecha cumple 14 años.

29- En 2001 el ELN anuncia que no boicoteará los procesos eleccionarios y que no ejercerá ningún tipo de presión para que los electores, se pronuncien en uno u otro sentido. Sin embargo llama a la abstención electoral.

30- En los tiempos más recientes y tras la realización del V Congreso Nacional del ELN, hemos visto aparecer destellos de algunas de las definiciones políticas de tal evento, entre ellas el ELN ha dejado de lado la propuesta de Convención Nacional, la cual juzga como no útil para los tiempos actuales y retorna, al menos una buena parte del ELN agrupado en el Frente Oriental de Guerra, a la vieja concepción de Bloque Popular Revolucionario definido en 1983. Esto significa una disminución del tamaño y composición del sujeto político transformador. Pero también mantiene el reclamo histórico de una Asamblea Nacional Constituyente, en la que el Constituyente Primario o ese «Nos el soberano», no es otro que la sociedad entera, sin exclusiones de ninguna índole.

31- Resulta legítimo inferir, que para el ELN las grandes transformaciones que necesita el país se obtendrán en una combinación entre:

a. El ejercicio soberano de voluntad de la nación, en la forma de constituyente primario, en el marco de una Asamblea Nacional Constituyente

b. El ejercicio activo del pueblo (sectores populares) en los territorios, en el marco de negociaciones que tiendan a la construcción de paz territorial

c. El ejercicio soberano del ELN como vanguardia e interlocutor con el Gobierno para poner fin al conflicto armado interno y crear las bases para una paz estable, duradera, de nación y con equidad.

32- El ELN, desde su surgimiento había asumido una lucha frontal contra el Estado y sus estructuras, entre ellas el sistema electoral. Planteamiento hecho hábito y característica identitaria de los elenos, que posteriormente fue ratificada o reasumida en la Reunión Nacional de 1983, junto con los cuatro restantes «antis» para completar la fórmula de los «5 Antis», a saber: Antiimperialista, Antioligárquico, Antielectorero, Antirevisionista y Antireformista.

33- Con el tiempo y tras la experiencia de crear y disolver el movimiento A-Luchar, el ELN asumió en los diferentes territorios un comportamiento que lo llevó desde boicotear los procesos electorales, hasta permitir que éstos se realizaran sin interferencias; pasando por el ejercicio de un control a las administraciones locales en los municipios de su influencia. Pero estos controles adquirieron formas de control eficaz, en unos casos, sojuzgamiento y cooptación en otros. Controles en los que la comunidad permanecía al margen, es decir, control ejercido por el poder de la fuerza de vanguardia, pero no por el poder popular de las comunidades.

34- No es fácil desentrañar en donde comienza la democracia del ELN para permitir la democracia y poder del pueblo, habida cuenta, que en los territorios de influencia y presencia histórica del ELN, los reclamos, demandas y propuestas de las masas son las mismas de la guerrilla; lo cual da pie para pensar que: o la guerrilla ha cooptado el discurso de las comunidades, o éstas han asumido el discurso de la guerrilla. Cualquiera que sea la circunstancia, queda a la vista que el ELN, en su condición de insurgencia armada y las comunidades territoriales, en su condición de insurgencia social; aunque con roles diferentes y cada quien con sus respectivas formas de organización y de lucha, estarán en las transformaciones que traigan la paz a las regiones, principalmente, azotadas por la guerra y la exclusión.

35- Recientemente el ELN en la nota editorial de su periódico INSURRECCIÓN, del 22 de junio de 2015, aseguró que «… la paz son las transformaciones estructurales que realiza directamente el pueblo y se deben abrir los espacios para permitir esta construcción colectiva…» [5] , suscita serios interrogantes, por cuanto no es una frase genérica tomada del discurso ideológico – histórico, sino un planteamiento ligado a la superación del conflicto armado interno y la creación de condiciones para la construcción de la paz, por parte del conjunto de la sociedad.

36- En el actual contexto político de nuestro país y tipo de democracia; no es posible pretender que las transformaciones se hagan por fuera del ejercicio del poder, para el caso de la afirmación: «las transformaciones las hace el pueblo»; no es suficiente con la presión social del pueblo para que las transformaciones se hagan, esta situación es parte y hace parte del conflicto político, social y armado. Por lo tanto solo desde el ejercicio del poder, el pueblo podrá liderar las transformaciones que busca y desea.

37- Conviene destacar que en el marco político y legal vigente, el Estado colombiano ha configurado una democracia tal, que resulta insatisfactoria para los sectores populares, pero que a pesar de que existen otros diseños y ejercicios de democracia, sola la democracia promovida por el Estado es la única forma legitimada en la ley.

38- Queda para el pueblo, en el contexto y teniendo como norte la solución política del conflicto armado interno, cifrar sus esperanzas en el camino de combinar la democracia que desarrolla al interior de los movimientos sociales y en los territorios donde han construido sus propias expresiones de poder popular, con la democracia que provee el Estado en su condición de Estado social de derecho y bajo la normatividad vigente.

39- Pretender cambiar la democracia existente para la totalidad del país, por fuera del marco legal y democrático vigente, es un imposible fáctico, por lo que el camino que queda es la participación social en este marco de democracia, para desde allí construir nuevos paradigmas de participación política y ejercicio pleno de derechos en igualdad de condiciones entre los ciudadanos, así como de los distintos agrupamientos políticos y sociales, presentes en la dinámica política del país.

40- Muy posiblemente la iniciativa política promovida desde sectores populares y movimientos sociales, para generar un diálogo social en una Mesa Social Nacional, en el marco del actual proceso de paz con el ELN (en la que sectores populares y de izquierda coincidan con sectores del establecimiento y del poder, para construir lugares comunes de entendimiento, alrededor de temas que son conflictivos, los que para su solución requieren de básicos consensos, construidos con ánimo progresista y democrático, de tal modo que la sociedad en su conjunto se embarque en cimentar la justicia social y una paz duradera); se convierta para el ELN y el Gobierno Nacional, en el mecanismo que sirva para promover la participación que el ELN reclama y propone, en su postulado de solución política del conflicto; y también como fórmula sucedánea de la Convención Nacional, que el V Congreso eleno dejó a la vera del camino.

 

 

*Este texto fue publicado originalmente en: «Negociación Gobierno – ELN: Y SIN EMBARGO SE MUEVE», obra de varios autores editada por Víctor de Currea Lugo. Septiembre de 2015.

Notas

[1] http://www.kus.uu.se/pdf/publications/Colombia/Programa_simacota.pdf

[2] http://www.eln-voces.com/descargas/libros/eln/022-MENSAJES-CAMILO.pdf

[3] https://www.facebook.com/permalink.php?id=249632498423363&story_fbid=501546456565298

[4] http://www.eln-voces.com/index.php/voces-del-eln/comunicados-entrevistas/entrevistas/134-hacia-un-gobierno-de-nacion-paz-y-equidad

[5] http://www.eln-voces.com/index.php/voces-del-eln/comando-central/editorial/291-paz-con-animo-de-lucro

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.