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Conferencia de la expresa y abogada colombiana Milena Montoya

«El Estado colombiano no reconoce la existencia activa de los paramilitares y es una de las razones para que los Diálogos de La Habana no puedan concluir»

Fuentes: Rebelion

Este miércoles, 30 de marzo, la ex-presa y abogada colombiana Milena Montoya, ofreció una conferencia en Las Palmas de Gran Canaria, organizada por la Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos. Lorenzo contextualizó el acto de solidaridad «con la lucha heroica y sacrificada de Colombia, en un tiempo en el capitalismo, agotado históricamente, despliega todas […]

Este miércoles, 30 de marzo, la ex-presa y abogada colombiana Milena Montoya, ofreció una conferencia en Las Palmas de Gran Canaria, organizada por la Plataforma Canaria de Solidaridad con los Pueblos.

Lorenzo contextualizó el acto de solidaridad «con la lucha heroica y sacrificada de Colombia, en un tiempo en el capitalismo, agotado históricamente, despliega todas sus tácticas y estrategias, incluida la bestia fascista, para extender su dominación y cuando los procesos democratizadores que han alcanzado el gobierno en algunos países de América Latina muestran signos de receso ante la insuficiencia de sus políticas para tumbar el poder burgués y, con ello -y sólo con ello-, hacer inútiles las maniobras restauradoras del imperialismo y sus cómplices».

Gdeim Izik, Oscar López Rivera, Ana Belén Montes, Peltier, Jamal

En nombre de la organización de solidaridad canaria, el militante internacionalista destacó que «mientras hacemos este acto, presos políticos saharauis sostienen una huelga de hambre reclamando sus derechos y los de su pueblo frente al ocupante marroquí. Vaya para ellos todo nuestro apoyo. Exigimos su libertad, al que igual que la de Simón Trinidad, Ana Belén Montes, Oscar López Rivera, Leonard Peltier, Mumia Abu-Jamal, Andrés Bódalo y la de todas las personas presas por su legítima lucha por la libertad de los pueblos».

«Mostramos -dijo por último- nuestra solidaridad con la lucha popular colombiana desde la convicción que no es Santander, sino Bolívar, Marulanda y Fidel quienes inspiran la complejidad de la larga y sostenida lucha del pueblo colombiano, de valor estratégico para todos los procesos de América Latina».

Por su parte, Milena Montoya, miembro de la Fundación Lazos de Dignidad (www.fundacionlazosdedignidad.org) y del movimiento Marcha Patriótica -que terminaba en Canarias su gira por el Estado Español, antes de seguir viaje a Francia, resumió los antecedentes históricos del conflicto social, político y armado colombiano y abordó la situación actual del país en relación al desarrollo de los Diálogos de Paz de La Habana.

«La guerra en Colombia tiene raíces estructurales y políticas, no nació de la tierra, y, por tanto, tiene que tener una solución política». Cuestión fundamental -dijo- es el reconocimiento de los actores del conflicto, que no son solo el Estado colombiano y las FARC, pues, «de hecho, si en los Diálogos de La Habana, finalmente, se alcanzara un acuerdo definitivo, ello no significaría que el conflicto llegara a su fin, precisamente por no reconocer a esos otros actores (ELN y EPL)».

Capital y paramilitarismo

El conflicto colombiano ha generado 7 millones de víctimas, a lo largo de los 50 años que han transcurrido desde que se iniciara, teniendo como una de sus causas la aplicación de políticas capitalistas en favor de las transnacionales y en contra de la vida misma, especialmente, del campesinado colombiano. «Así -explicó la abogada colombiana-, la explotación de los recursos naturales del país, en la que EEUU ha jugado un papel central y trágico, ha propiciado el hostigamiento de las comunidades campesinas con el fin de que éstas abandonaran sus tierras para dejarlas en manos de las empresas exportadoras. Los distintos gobiernos de Colombia han sido los cómplices perfectos, en este objetivo, creando bandas de paramilitares que han perseguido, torturado y asesinado a su antojo, en todo el país».

Precisamente, añadió, «este es uno de los puntos que provocan un cierto estancamiento en los Diálogos de La Habana, porque el Gobierno colombiano no reconoce la existencia del paramilitarismo activo, y esa es una de las cuestiones que se plantean como vertebrales en las conversaciones de paz».

La militante de Marcha Patriótica hizo, en este punto, referencia a la confusión que se ha generado en torno a la dejación de las armas por parte de las FARC. «El Estado colombiano -afirmó- ha jugado un poco a sembrar la confusión entre quienes se preocupan por la marcha de las negociaciones. La dejación de las armas no puede ser algo inmediato, ni total, entre otras cosas porque, a día de hoy, se sigue asesinando a los campesinos, a los líderes sociales, a los sindicalistas. De otra parte, el Gobierno de Santos ha planteado concentrar a las FARC en 8 territorios alejados de centros de población, mientras las FARC proponen la distribución de sus combatientes en 80 de los territorios que controlan actualmente. Esta pretensión del gobierno no es, en buena lid, buscar una solución al conflicto, teniendo en cuenta los antecedentes de exterminio de cerca de 5.000 miembros de Unión Patriótica tras los acuerdos de paz de 1984».

En su exposición, Milena Montoya resumió el trasfondo de los Diálogos de Paz afirmando que «lo que se está pidiendo en La Habana es que cesen los asesinatos y el exterminio de la oposición en Colombia, que la insurgencia pueda actuar legalmente como un movimiento político y que se reparta tierra a los campesinos con su correspondiente título de propiedad, eliminando una de las bases estructurales del conflicto».

Marcha Patriótica y presos políticos

Milena Montoya informó que 118 militantes del Movimiento Social y Político «Marcha Patriótica» han sido asesinados desde su fundación en 2012 (15 en lo que va de 2016) -www.prensarural.org- y situó esta como «una de las cuestiones principales a superar si realmente se busca generar un clima de confianza y abrir caminos para la paz».

Marcha Patriótica es un movimiento civil -puntualizó- distinto de la insurgencia, que no desarrolla lucha armada, aunque «coincidimos en nuestros planteamientos políticos e ideológicos, que, por otra parte, son los planteamientos del pueblo, de los campesinos, de los estudiantes, pues nos afecta y nos preocupa lo que ocurre en el país. Siendo así, ¿por qué nos matan y nos meten en la cárcel? Es una contradicción o una mentira del gobierno colombiano, que dice que en Colombia solo se persigue a la guerrilla».

Montoya expresó igualmente su preocupación por los presos políticos y por sus condiciones en las cárceles colombianas, y a este tema dedicó la parte final de su intervención la representante de la Fundación Lazos de Dignidad. En torno a él, Montoya dijo que resultaba crucial resolverlo, empezando por la liberación de los 186 prisioneros políticos que están enfermos, pero que se les hace permanecer en las cárceles, sin la adecuada atención médica y sin tener contacto con las familias. «Cárceles, además -quiso resaltar-, donde el hacinamiento es un problema gravísimo, que alcanza, en el mejor de los casos, el 60 %, pero que llega, en algunos centros, al 250% y hasta al 450%, en la prisión de Ríohacha».

Montoya finalizó su charla haciendo un llamamiento a la solidaridad: «Para nosotros, la sociedad colombiana, es muy importante que, desde otras latitudes, otros pueblos y sus organizaciones muestren el apoyo y la preocupación por lo que sucede en Colombia. Eso nos fortalece y nos facilita mucho el trabajo que realizamos allá. Sé que podremos contar con ustedes».

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso de la autora mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.