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El Foro Presidencial y sus proyecciones

Fuentes: Crónica Digital

Es la primera vez en el período de gobiernos civiles, desde que se realizan programas televisivos con candidatos a la Presidencia de Chile, que un representante de la izquierda y de los sectores antineoliberales expone sus ideas y es conocido en igualdad de condiciones.Este es un hecho no menor. Y a la hora de evaluar […]



Es la primera vez en el período de gobiernos civiles, desde que se realizan programas televisivos con candidatos a la Presidencia de Chile, que un representante de la izquierda y de los sectores antineoliberales expone sus ideas y es conocido en igualdad de condiciones.

Este es un hecho no menor. Y a la hora de evaluar las proyecciones del foro CNN-Canal 13, es bueno recordar que, antes, los llamados «candidatos chicos» fueron agrupados en un espacio diferente al que se le otorgó a quienes los canales de televisión chilenos, incluido el canal público, consideraron como los representantes «con reales posibilidades» de ser electos en la Presidencia de la República de Chile.

Esta forma de tratamiento comunicacional, de por sí excluyente y discriminadora, operó sin que se pudiera cuestionar los criterios que la sustentaron, hasta ahora.

En las pasadas elecciones presidenciales, la situación fue todavía más grave. Los llamados «grandes canales» decidieron marginar a Gladys Marín, Tomás Hirsch y Sara Larraín, y optaron por espacios en cadena, en los cuales participaron exclusivamente Lagos y Lavín.

Todavía se recuerda a Gladys, en las afueras del hotel céntrico en donde se hizo el primer foro Lagos-Lavín, protestando airadamente por la exclusión, y luego, junto a Tomás Hirsch, en la sede del Partido Humanista, reiterando su mensaje por el derecho a la expresión y por un real pluralismo en Chile.

En rigor, lo que ha permitido este cambio, es que existe un solo candidato presidencial de las fuerzas de izquierda y antineoliberales, y un movimiento político-social que ya en las elecciones municipales mostró su dinamismo y proyección. Que además se ha transformado en un polo de atracción y de convergencia de otros sectores políticos y sociales, críticos y descontentos con el neoliberalismo.

Es bueno e importante tener muy presente este hecho, a la hora de evaluar, porque los espacios y momentos comunicacionales se han conquistado, y no con pocos esfuerzos.

Tomás Hirsch expuso lo realmente alternativo, y eso es una fortaleza indiscutible.

Si se analiza los contenidos y la semántica del foro, es posible objetivar algunas líneas que cursaron transversalmente, de manera crítica:

1) Concentración monopólica como causa de la desigualdad

2) Crisis del sistema previsional y necesidad de su cambios radical

3) Mirada crítica (en grados diferentes) de la política exterior de Chile, siendo Hirsch el único que cuestionó radicalmente la relación subordinada hacia los Estados Unidos, y que apeló por un Chile ubicado en la tendencia integracionista que impulsan Brasil, Cuba, Venezuela, Uruguay, Argentina y otros gobiernos y pueblos de la región

4) Prioridad para resolver problemas sociales ya «endémicos»: trabajo, salarios, salud, educación, pensiones

5) Apoyo a la mediana, pequeña y empresa nacional residual que sobreviven subordinadas al gran capital transnacional-monopólico.

Hubo otros contenidos, pero se podría decir que estos fueron los centrales, en definitiva, con los que se «quedó» la atención de los millones de televidentes, en Chile y en Latinoamérica.

En todo mensaje político, una cuestión es la «línea discursiva» que se adopta, y otra es la credibilidad de quien emite el mensaje.

Son dos variables inseparables. Es muy poco creíble Lavín, por ejemplo, cuando dice que va a combatir la concentración monopólica del modelo económico. Puede ser creíble para un votante duro, radical, con poca información cívica, cuando amenaza terminar con la delincuencia usando la represión y la violencia en forma extrema.

En este sentido, es la primera vez que millones de personas ven y escuchan a Tomás Hirsch. Es una novedad en sí mismo.

Pero hay que darle tiempo a esas personas, porque su asimilación a ese mensaje nuevo demora y no es mecánica.

Entonces, ahora, en estos días, la campaña de Hirsch debería potenciar la fase de retención y posicionamiento en todo el país.

Se podría decir que la credibilidad del candidato del Juntos Podemos Más, en proceso, está en línea de ascenso y crecimiento. La persona-candidato, comienza a ser asociado y relacionado con el mensaje discursivo, y allí se hace fuerte su credibilidad.

En este sentido, el foro fue un gran paso adelante. Hirsch es, potencialmente, el candidato más creíble, para una línea transversal de temas y contenidos que todos los candidatos terminaron avalando como asuntos de estado, sociales y políticos relevantes.

Esa misma línea de contenidos, debe incorporar la batalla por terminar con la exclusión, como una forma inclusiva de potenciar la propuesta.

No es menor, el hecho que Hirsch haya explicitado que fue parte de la Concertación, que creyó legítimamente en ese proyecto y que luchó por él.

Pero que lo abandonó por el giro que este dio, y ahora trabaja por una nueva alternativa que se levanta con esperanza y realismo.

Ahí, tal vez por primera vez, un rumor social que está en la conciencia posible de millones, y en el imaginario social, quedó estampado con certeza.

No es menor que Hirsch haya señalado, con énfasis, que él representa el legado de Salvador Allende y Gladys Marín. Se equivocan los «analistas» que dicen que Hirsch marcó la «línea dura» en su mensaje. Al funeral de Gladys fueron un millón de personas, y el documental de Patricio Guzmán sobre Allende, proyectado en la más grande cadena comercial de cines de Chile, se ubica en el tercer lugar de las películas más vistas. Entonces, se trata de millones de personas.

– Juan Andrés Lagos es académico Usach-Arcis; miembro de la Comisión Política del Partido Comunista; candidato a Diputado del Juntos Podemos Más en el Distrito 20 y miembro del Consejo Editorial de Crónica Digital.