Las AFP nacieron hace 27 años bajo la dictadura de Augusto Pinochet
El padre de la criatura está en problemas. En Chile son cada vez más las voces que se pronuncian en contra del sistema de jubilaciones privadas, que sirvió de modelo para la instauración de las Administradoras de Fondos de Pensiones en diferentes países de Latinoamérica. Las AFP nacieron hace 27 años bajo la dictadura de Augusto Pinochet. Durante la transición democrática, los partidos de la Concertación no pudieron introducir modificaciones estructurales dentro del sistema. La primera se logró el año pasado, cuando se estableció una garantía de jubilación mínima equivalente a 150 dólares sumada a la promesa de crear una AFP pública. A la luz de la crisis financiera internacional, el modelo chileno de jubilaciones privadas también está mostrando su fracaso. Tal es así que el propio presidente de la cámara que nuclea a las AFP, Guillermo Artur, señaló hace dos semanas al diario La Tercera de Chile que «los balances de las AFP van a ser muy malos». Frente a esta situación de deterioro, los trabajadores chilenos encontraron la oportunidad de socavar los cimientos de las AFP con amplias movilizaciones. La Central Autónoma de Trabajadores realizó durante tres semanas los llamados «Jueves de la Muerte», una protesta frente al Ministerio de Trabajo, junto al Movimiento Aquí la Gente, entre otras confederaciones y federaciones sindicales. «Lo dijimos y era verdad. Las AFP son una estafa», es una de las consignas que enarbolan los trabajadores chilenos, además de personificarse a sí mismos como muertos en vida por el «saqueo de sus fondos previsionales». Durante los 27 años de vigencia del sistema privado de jubilaciones, los dueños de las administradoras obtuvieron utilidades promedio del 30 por ciento anual. Actualmente existen seis AFP, de las cuales tres concentran el 80 por ciento del mercado. Desde el comienzo de ese régimen, los accionistas de AFP acumularon ganancias por 15.000 millones de dólares. Sin embargo, la jubilación promedio para sus beneficiarios es apenas el equivalente a 100 dólares mientras que el 50 por ciento de los aportantes a las AFP no tiene acceso a una pensión mínima. Para complementar las jubilaciones de aquellos trabajadores afiliados a las AFP, el Gobierno chileno aporta el 6 por ciento de su PBI. En 27 años, el Estado transfirió a las administradoras el equivalente a 100.000 millones de dólares. Las AFP reunían fondos por 69.000 millones de dólares: durante el período que va desde el 25 de julio de 2007 al 26 de octubre de 2008, perdieron 25.000 millones de dólares por la caída de los activos financieros. Página/12 entrevistó al economista Marcel Claude que explica el fracaso de las AFP, el espejo de las AFJP argentinas.
Entrevista a Marcel Claude, economista y especialista previsional
«Tiene muy baja cobertura»
Hace 27 años la dictadura militar chilena privatizó el sistema previsional del país vecino. Luego de casi tres décadas de funcionamiento se lo considera un sistema maduro. Por eso mismo se pueden sacar conclusiones sobre su performance que permiten vislumbrar lo que sería el futuro de los jubilados en Argentina de persistir el régimen de AFJP. Marcel Claude, uno de los más destacados economistas chilenos, en diálogo con Cash aseguró que «las AFP chilenas fracasaron».
El sistema de AFP ya está maduro. ¿Cuál es el balance?
-La situación en Chile no es muy distinta de la que se observa en Argentina. Es un rotundo fracaso desde el punto de vista de su objetivo: construir un sistema de pensiones y resolver el tema de las jubilaciones de las personas. El sistema en Chile tiene varios problemas. En primer lugar, se decía que el régimen de pensiones privadas iba a disminuir las necesidades del Estado de recurrir a fondos tributarios, eso no sucedió: hoy Chile destina a jubilaciones un 6 por ciento del PBI, que representa un tercio del gasto público total. Es una mochila gigantesca teniendo presente que en la actualidad el Estado se hace cargo de más o menos 1,5 millón de personas. El sistema de AFP tiene siete millones de afiliados y hay 3,5 millones que no tienen absolutamente ninguna posibilidad de que las AFP se hagan cargo de ellos.
¿Por qué?
-Porque no tienen los 20 años de aportes que exige la ley. Otro de los problemas es que es un sistema con muy baja cobertura. Existen solamente un 10 por ciento de cotizantes en las AFP que lo hacen todos los meses en el año. En promedio, la densidad del sistema es cinco meses al año. Entonces, el 50 por ciento de los trabajadores (5,5 millones personas) no tienen ninguna posibilidad de jubilarse por las AFP porque no les alcanza siquiera para el mínimo.
¿Qué ocurre con esas personas?
-Ya hay 1,5 millón de afiliados a las AFP que fueron socorridos por el Estado. El tema es qué va a pasar cuando sean 3,5 millones. En ese momento vendrá el desastre. Actualmente, a 27 años de operar el sistema, las AFP en Chile se hacen cargo del 5 por ciento de los adultos mayores de 65 años.
¿Por qué tan pocos?
-Hay muchos que todavía no se jubilan. Pero aquellos que lo han hecho tienen una pensión muy baja, y en consecuencia el Estado es quien debe hacerse cargo de completar la diferencia. Entonces, el Estado, con su antiguo sistema de reparto, se hace cargo del 80 por ciento de los mayores de 65 años y del 90 por ciento de los mayores de 70 años. El Estado hoy atiende a 1,5 millón de personas y el sistema privado, a 550.000. Entonces, básicamente este sistema opera para un sector muy minoritario y el gran esfuerzo viene por el lado del Estado. Por lo tanto, el sistema de reparto en Chile no ha terminado, mientras las AFP registran de manera estable una utilidad del 30 por ciento sobre aportes y de un 50 por ciento sobre patrimonio neto.
¿Piensa que el sistema argentino tendría un futuro similar si no se estatizara?
-Sí, porque el sistema no está hecho para resolver el tema previsional, sino que es un nicho de negocios financieros, como en Chile. ¿Cómo lo va a resolver si es un sistema cuyos costos de operación son cuatro veces superiores al sistema público? Es absurdo. Si hay algo que debería cumplir este tipo de inventos, por los grandes paradigmas del liberalismo, es dar libertad: pero no hay libertad. Hay 6 AFP, de las cuales 3 administran el 80 por ciento de los fondos. Es un oligopolio. No hay ninguna competencia. Se debería esperar que los costos, a medida que se va introduciendo más gente, tiendan a disminuir, y no han disminuido: se mantienen sistemáticamente en el 30 por ciento.
Chile mantiene un crecimiento constante desde hace muchos años. En cuanto a la rentabilidad, ¿las AFP son eficientes administrando?
-Esa es una de las grandes falencias del sistema. La rentabilidad real, la que debería interesar, es la tasa interna de retorno, esa rentabilidad implícita en el largo plazo, incluyendo cuando aumentan los fondos como cuando disminuyen. Esa rentabilidad históricamente está en torno del 5,9 por ciento. Y si se toma el período 1995/2000, esa tasa interna de retorno, que ha sido calculada en Chile por un centro de investigación muy prestigioso, fue estimada en torno del 2,9 por ciento. Y en Chile hay unas cuentas de ahorro muy antiguas, que son las cuentas de ahorro del Banco del Estado, que yo me acuerdo que de niño mi papá me abrió una de ellas, que pagan la tasa más baja del mercado, y tienen una tasa de 4 por ciento anual.
Los fondos disponibles por las AFP son bajos.
-Claro, porque no es un 5 por ciento sobre 100, sino sobre 70, porque primero sacan sus comisiones Y después, ante la primera crisis financiera, dicen: «Su fondo bajó en 20 por ciento». Entonces, al final, obviamente, el sistema no puede funcionar, porque está orientado de manera prioritaria a producir un proceso de acumulación y concentración de capital. La pensión que pagan no supera los 150 dólares promedio. Y el sistema público, de reparto, que atiende al 80 por ciento de mayores de 65 años, está pagando en promedio 250 dólares. Los miembros de las Fuerzas Armadas, que no entraron en el sistema, que cuando tenían todo el poder con Pinochet crearon su propio sistema, están teniendo pensiones de 700 dólares.
¿Se debate en Chile el régimen de AFP?
-Por suerte la reforma en Argentina abrió el debate.