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El general Mario Montoya, comandante en jefe del ejército, un paramilitar «made in USA»

Fuentes: Argenpress

El diario ‘Los Angeles Times’, publico este 25 de marzo, un articulo de prensa basado en un documento de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, (CIA), donde cuentan que el hoy comandante del ejército de la oligarquía colombiana, ‘general’ Mario Montoya Uribe, habría colaborado con un grupo de paramilitares, para planificar y […]


El diario ‘Los Angeles Times’, publico este 25 de marzo, un articulo de prensa basado en un documento de la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos, (CIA), donde cuentan que el hoy comandante del ejército de la oligarquía colombiana, ‘general’ Mario Montoya Uribe, habría colaborado con un grupo de paramilitares, para planificar y ejecutar conjuntamente en el año 2002, la denominada ‘Operación Orión’, realizada en la llamada ‘comuna 13’ de la ciudad de Medellín, donde luego de un espectacular despliegue militar los paramilitares tomaron el control de la zona, control que aún mantienen bajo la protección del ejército oficial, como lo muestra de alguna manera el documental ‘La Sierra’ y como lo denunció públicamente el Instituto Popular de Capacitación de Medellín.

En la toma de la comuna 13 de Medellín, participaron por lo menos 2000 miembros de las fuerzas de represión de la mafia colombiana, apoyados por tanques de guerra y helicópteros que desde el aire disparaban sobre la población.

Al menos 20 personas fueron asesinadas y unas 400 hechas prisioneras y al estilo Pinochet, recluidas en un estadio durante dicha operación, que nada tenía de diferente a las realizadas por el ejercito israelí contra el pueblo palestino. Diferentes organizaciones defensoras de derechos Humanos denunciaron algunas semanas después de la toma la aparición de varias fosas comunes.

La denuncia del Diario estadounidense se da en momentos en que el paramilitar Jorge Noguera, era liberado por la injusticia colombiana y cuando la corte suprema de justicia anuncio el llamamiento a declaratoria de nuevos senadores uribistas implicados en el terrorismo de estado y con el narcotráfico.

El informe de Los Angeles Times, dice que hay documentos en los que se detalla la operación y que estarían firmados por el general Montoya, el comandante de una policía local y el paramilitar Fabio Jaramillo, que era un subordinado del narcotraficante Diego Fernando Murillo Bejarano, alias ‘Don Berna’.

Ante esta denuncia, tal como sucedió con la lista del Departamento de Defensa imperial, donde Alvaro Uribe Aparece en el puesto 82 como un narcotraficante peligroso para los Estados Unidos, el general Montoya explico que esa información no había sido corroborada, que era información bruta, y de inmediato los incisivos periodistas colombianos dejaron la grave denuncia en el olvido, denuncia que sumada a la de los senadores para-uribistas y los auto atentados del ejercito oficial, siguen mostrando el alto nivel de la descomposición de la oligarquía colombiana.

El general Mario Montoya Uribe, llegó a la comandancia del ejército en febrero del 2006, nombrado por Alvaro Uribe Vélez, después de una sugerencia de la embajadora imperial, en reemplazo del general Reynaldo Castellanos quien fue retirado luego del escándalo de las torturas a 21 soldados en el batallón Patriotas de Honda.

Hoy por hoy, Mario Montoya Uribe, sin duda es uno de los grandes jefes paramilitares de la oligarquía colombiana, junto con Rito Alejo del Rió, hoy embajador en Corea y el jefe de las Fuerzas Armadas de esa oligarquía, general Freddy Padilla de León, quien estuvo a cargo del ejército en Barranquilla, al norte del país y quién estuvo mezclado en la masacre de Mapiripan.

Mario Montoya Uribe a tenido un gran historial delincuencial que ha logrado mantener en bajo perfil a pesar de que sus vínculos con el paramilitarismo y el terrorismo de estado son de vieja data.

Para contribuir a informar sobre quién es este asesino, con el apoyo de la Unidad Investigativa Bolivariana de Radio Café Stéreo, les presentamos el prontuario delincuencial de Mario Montoya Uribe.

Nació en la ciudad de Buga, obtuvo su grado de teniente en el año de 1.977. En 1978 hizo parte del tristemente célebre Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia ‘Charry Solano’, BINCI. En 1979 obtiene el grado de Capitán.

En el libro ‘El terrorismo de estado en Colombia’, en la pagina 219, dice de este delincuente uniformado lo siguiente:

‘Entre 1978 y 1979, una estructura paramilitar identificada como la ‘Alianza Americana Anticomunista’, Triple A, sirvió de fachada a un grupo de oficiales del Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia ‘Charry Lozano’, que llevó a cabo varios atentados dinamiteros a medios de comunicación, amenazó de muerte a miembros de la oposición política y asesinó a integrantes o simpatizantes de grupos insurgentes.

Las instalaciones de la Revista ‘Alternativa’ y de los periódicos ‘El Bogotano’ y ‘Voz Proletaria’, fueron blancos de estos atentados.

Según las confesiones de tres ex agentes de inteligencia militar, que laboraban como adjuntos en el Batallón ‘Charry Solano’ y que participaron en esa estructura paramilitar, el oficial Montoya Uribe hacía parte de la TRIPLE A y tomó parte en algunos de los atentados dinamiteros’

Como en la Colombia de la oligarquía colombiana, entre más bandido más se asciende, en 1984 recibió la orden al mérito ‘Antonio Nariño’, en el grado de oficial. En 1985 recibe el grado de Mayor. De febrero a octubre de 1986 participa en el curso avanzado de blindados en Fuerte Knox, EEUU En 1989 recibe el grado de Teniente Coronel.

Montoya estuvo en Londres como agregado militar durante un año con el entonces embajador Carlos Lemos Simons, primo hermano del poderoso hacendado de Montelíbano, Córdoba, Carlos Náder Simonds, quien estuvo preso en Estados Unidos por narcotráfico.

Hay que recordar que desde el computado de Carlos Náder Simonds salieron amenazas de muerte contra varios opositores a Uribe, entre ellos el periodista Daniel Coronel. Simons, el amigo de Mario Montoya y de Alvaro Uribe Vélez también esta comprometido en el asesinato del candidato presidencial Luis Carlos Galán.

De regreso a Colombia ocupó el cargo de director de Inteligencia del estado Mayor Conjunto. Desde la dirección de inteligencia es responsable directo de los asesinatos y desapariciones cometidas por los miembros de la desaparecida brigada XX de inteligencia del ejército con sus 4.000 agentes dispersos por todo el país, orquestando un intento de golpe de Estado contra el gobierno Samper y que cuenta en sus negros haberes, el asesinato de Alvaro Gómez Hurtado, un derechista reconocido que no se prestó al golpe de estado.

Mientras Montoya Uribe enterraba cualquier tipo de prueba que implicara a la inteligencia y a la cúpula militar en la intentona golpista contra el gobierno de Ernesto Samper y participaba en el replanteamiento de la inteligencia de las Fuerzas militares, la cúpula avanzaba en la implementación de las directrices de EEUU para construir la Fuerza de Tarea Conjunta del Sur, basada en la combinación de las armas de tierra, aire y agua fortalecidas con tecnología de punta Gringa.

En el cambio de mandato presidencial de Samper, Montoya Uribe realizó curso de ascenso y obtuvo un precipitado ascenso a Brigadier General.

Desde ese momento, Montoya Uribe se convirtió en ‘El General del Plan Colombia’. Bajo la coordinación del Embajador de la oligarquía colombiana en Estados Unidos Luis Alberto Moreno.

En octubre de 1999 llegó a la base de tres esquinas con un único objetivo: construir la sede de la fuerza de tarea conjunta del sur para combatir en los departamentos de Caquetá, Putumayo y el Occidente del Amazonas.

Inició bajo su mando con un grupo de 1.000 hombres entrenados por las fuerzas especiales No.7 del ejército de los Estados Unidos, más conocidos como los ‘Boinas Verdes’, durante un año en la base de Tolemaida, en Melgar. Estos 1.000 hombres se convirtieron en 12.500 provenientes del Ejército, la Policía, La Armada y la fuerza aérea, bajo su unidad de mando.

Es bueno recordar que los ‘Boinas Verdes’ llegaron a la isla de ‘El Barrancón’ desde 1994 donde construyeron en un sitio estratégico, una base militar sin que fuera enterado el entonces presidente Ernesto Samper Pizano, que solo firmó el convenio para autorizar la presencia de tropas Gringas en Colombia el 20 de julio de 1997.

Los Boinas verdes también entrenaron a la brigada móvil No. 2 cuyo comandante era Lino Sánchez Prado quien con Rito Alejo del Río fueron los jefes de la conocida como masacre de Mapiripán, donde asesinaron a más de 50 colombianos.

Investigadores de el Diario El Espectador llegaron a la conclusión de que el ‘séptimo grupo de operaciones especiales de los Estados Unidos (Boinas Verdes), que actuaban cubiertos por Mario Montoya Uribe, realizó un entrenamiento de ‘Planeación militar’ con la tropa del coronel Lino Sánchez, mientras éste planeaba la decapitación masiva de campesinos en Mapiripán’.

En la base de tres esquinas, Montoya Uribe recibió visitas de asesores gringos y altos mandos militares Estadounidenses, entre ellos, el jefe del comando Sur, general Charles Wilhelm y el Zar antidrogas Barry McCaffrey.

Estas visitas tuvieron como objetivo concretar el triángulo operativo sobre el país a través de la instalación de radares, bases gringas y bases militares colombianas con presencia gringa, entre ellas Palanquero, Apiay, San José del Guaviare, Bogotá y por supuesto Tres Esquinas.

Montoya fue uno de los primeros oficiales al mando de las operaciones del Plan Colombia y el primer jefe del Comando Conjunto del Caribe, zona donde el paramilitarismo campea impunemente.

Organizaciones de derechos humanos como Human Rights Watch, la oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU, la Diócesis de Quibdó y la Defensoría del Pueblo denunciaron en el 2002 ante la Procuraduría, que el Ejército bajo el mando del general Montoya no había prestado atención a las alertas que, días antes, había dado la población de Bojayá sobre una eventual confrontación entre la guerrilla y los paramilitares y los vínculos entre estos y el ejercito oficial. Los combates provocaron la muerte de 119 personas cuando los paramilitares de Montoya utilizaron la población como escudo.

Al conocer las acusaciones, el general Montoya aseguró que no había evidencias sobre los vínculos entre militares y paras, y que su comandancia recibía demasiadas advertencias de posibles masacres «como para responder a todas y cada una’.

La revista Semana, en su momento reveló una anécdota muy elocuente sobre el hoy comandante militar y su sadismo.

Periodistas y fotógrafos que viajaron hasta Bojayá después del lamentable hecho contaron lo que se conoce como, el episodio del zapato. «Un periodista de televisión iba a entrevistarlo, pero antes el general le pidió que esperara un momento. De uno de sus bolsillos, sacó un zapato de niño y cuando las cámaras ya estaban encendidas, comenzó a llorar’, dijo uno de los testigos.

Un caso similar ocurrió en el segundo semestre de 2002. Después de un enfrentamiento con las FARC en el municipio de Andes, Antioquia, el general Montoya llegó a la zona y cuando vio que todos los periodistas estaban reunidos cerca de las armas incautadas, tomo una de estas y, apuntando al cielo, descargó dos ráfagas enteras.

Mario Montoya comandaba una División a la que pertenecían las tropas que protagonizaron una masacre de seis personas, en la Comunidad de Paz de San José de Apartadó, departamento de Antioquia, el 21 de febrero de 2005, cuatro de ellas de la misma familia y entre estas una niña de 6 años y un niño de 2 años.

En territorios bajo la jurisdicción de este terrorista de estado, se produjeron grandes masacres de los narcotraficantes a nombre de los paramilitares dirigidas por Mancuso y Jorge 40.

Mario Montoya, cuando fue comandante de la primera división del ejército de la oligarquía colombiana estuvo implicado en el secuestro desde Venezuela de un profesor colombiano y según el comandante guerrillero Iván Márquez, ‘el mismo general está involucrado en el envío hasta Caracas de unos 100 paramilitares que tenían la misión de asesinar al presidente Chávez de Venezuela’, acción en la que también esta implicado el paramilitar Jorge Noguera, ex jefe del Das.

Hasta julio del año pasado, Montoya tenía 15 denuncias en la Procuraduría. De esas y gracias a la injusticia colombiana, le habían archivado 9; otras 2 estaban en el despacho del Procurador por la detención y desaparición de una persona y otras 2 estaban acumuladas.

El ataque a los barrios populares de Medellín así como el informe presentado por Anders Kompass sobre el hecho conocida como Bojayá, son un claro ejemplo de la acción criminal de ese ejercito descompuesto y de Montoya Uribe, su comandante, que no es que halla pactado con los paramilitares ya que el es uno de los jefes verdaderos jefes paramilitares, es un paramilitar «Made in USA’.

El General Mario Montoya Uribe es uno de los responsables de noche de horror en que la oligarquía colombiana ha sumido al pueblo y es otro ejemplo mas de la vinculación de la oligarquía colombiana con el narcotráfico y el terrorismo de estado.