Varios centenares de detenidos dejó como saldo el pasado jueves una nueva jornada de protesta de estudiantes secundarios en el centro de Santiago. Aunque la manifestación había sido definida como pacífica, no recibió la autorización de la Intendencia. Los jóvenes reclaman la gratuidad del transporte en la locomoción colectiva y de la Prueba de Selección Universitaria […]
Varios centenares de detenidos dejó como saldo el pasado jueves una nueva jornada de protesta de estudiantes secundarios en el centro de Santiago. Aunque la manifestación había sido definida como pacífica, no recibió la autorización de la Intendencia. Los jóvenes reclaman la gratuidad del transporte en la locomoción colectiva y de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), además de una revisión de la Jornada Escolar Completa (JEC).
Los alumnos de diferentes liceos capitalinos pretendían reunirse en la plaza Vicuña Mackenna, ubicada en las faldas del cerro Santa Lucía, para posteriormente marchar a la sede del Ministerio de Educación.
Sin embargo, la concentración no pudo llevarse a cabo porque las diferentes columnas de estudiantes fueron disueltas por efectivos de fuerzas especiales de Carabineros, cuando se dirigían hacia el centro de la capital.
Según informó el subsecretario del Interior, Felipe Harboe, en total fueron 411 los detenidos, entre ellos, sólo nueve adultos y el resto estudiantes secundarios.
Un dirigente del liceo Barros Borgoño aseguró que sólo de su establecimiento fueron arrestados un centenar de alumnos, mientras que otros se refugiaron en una sede de la UTEM. «Carabineros ha informado de un toque de queda. A cualquier alumno que vean cercan a la Alameda será detenido y llevado a la Primera Comisaría», denunció Manuel García.
En tanto, otro dirigente estudiantil reconoció a radio Bio-Bio que la manifestación había sido discutida con la Intendencia, pero que no recibió la autorización, debido a los incidentes registrados 1 de mayo en la marcha de la Central Unitaria de Trabajadores.
Justifican intervención policial
En tanto, la Intendencia de la Región Metropolitana justificó la intervención de Carabineros, al asegurar que la no había autorizado «ninguna de las manifestaciones y marchas», y por lo que hizo las coordinaciones con la policía para evitar que éstas alteraran el orden público.
«En el cumplimiento de ese objetivo es que los funcionarios de Cabineros han procedido de acuerdo a sus facultades para garantizar el orden, la seguridad y el desplazamiento vehicular de particulares y la locomoción colectiva», señala una declaración pública.
En tanto, el Ministerio de Educación lamentó la movilización de los estudiantes secundarios, pues habían acordado continuar con las conversaciones para escuchar sus demandas, pero que fueron los propios jóvenes los que se negaron al diálogo.