A lo largo y ancho del país, desde Bogotá hasta las regiones más alejadas de la capital, hay un debilitamiento total de las acciones gubernamentales para frenar la ola de homicidios que se vienen cometiendo. Esos asesinatos se ejecutan con disparos con arma de fuego a la cabeza de las víctimas, para que no tengan […]
A lo largo y ancho del país, desde Bogotá hasta las regiones más alejadas de la capital, hay un debilitamiento total de las acciones gubernamentales para frenar la ola de homicidios que se vienen cometiendo. Esos asesinatos se ejecutan con disparos con arma de fuego a la cabeza de las víctimas, para que no tengan posibilidad de sobrevivir. La gran prensa y principales medios de comunicación gobiernistas han resuelto callar el incremento de la violencia y los asesinatos en el territorio nacional. Mientras tanto, el presidente Uribe Vélez habla y da lecciones de moral y ética gubernamentales a un país que no existe, que ya no le cree porque lo que estamos viviendo es un desbarajuste total y el reconocimiento de una oleada criminal derivada de las acciones de los paramilitares y narcotraficantes.
El encierro en las cárceles de una docena de miembros del Congreso de la República y del más alto funcionario del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, Jorge Noguera, el hombre de mayor confianza del presidente Uribe Vélez, quien se hospedaba en la casa privada de este, ha desmoronado la credibilidad en las acciones de todo género de elevados directivos de la seguridad nacional. El presidente Uribe Vélez lo conoció y le dio su apoyo político para que dirigiera su campaña presidencial en el 2002, en el Departamento del Magdalena. Ya en el poder, Uribe lo nombró Director del Departamento Administrativo de Seguridad, DAS, la más poderosa, secreta y exclusiva institución del Estado colombiano para la represión de delitos, captura de delincuentes y de toda clase de acusados de delitos comunes o supuestamente políticos.
Era el mayor poder individual en Colombia después del propio presidente Uribe, quien lo ha defendido a capa y espada y todavía confía en que sea puesto en libertad, para lo cual, le aceptó su renuncia del DAS y lo mandó de Cónsul Colombiano en Milán, Italia. Muchas veces Uribe defendió con vehemencia la conducta de su funcionario. Ahora dizque está agobiado por el descubrimiento de la verdad de las actividades delictuosas de su protegido. El país, en cambio, cree y sabe lo contrario. No es solamente Noguera, sino muchos otros altos funcionarios del DAS que están presos por sus actividades y acciones con el paramilitarismo. El país está aterrado de este descubrimiento y constata los esfuerzos del presidente de la República por enredar la investigación. El todavía cree en su socio político y gubernamental Jorge Noguera, en momentos en que el gobierno y el país se hacen agua ante el avance incontenible de los crímenes y delincuencia de los paramilitares y sus agentes.
La Comisión Colombiana de Juristas, en su informe nacional 2002-2006 indica que «un total de 20.102 personas fueron asesinadas o desaparecidas, de las cuales 11.292 al margen de la confrontación armada». ¿Qué tal?
Por último, una noticia cargada de espantos. Se informa que la Fiscalía ordenó la captura y la indagatoria a 60 militares entre oficiales y soldados acusados de la masacre de miembros de la Comunidad de Paz en Apatadó, Antioquia, después que el presidente Uribe había imputado los hechos a las FARC. Esto ocurre hoy en Colombia.