En entrevista exclusiva con Clarín.cl Fresia Cea Villalobos (1949) y Marycruz Jara Urrutia (1954), recuerdan a Omar Venturelli y hablan del juicio en contra del fiscal militar Alfonso Podlech, detenido en España y extraditado a Italia (2008); hoy día, 12 de enero, inicia la audiencia para los testigos. Fresia Cea contrajo matrimonio con Omar Venturelli […]
En entrevista exclusiva con Clarín.cl Fresia Cea Villalobos (1949) y Marycruz Jara Urrutia (1954), recuerdan a Omar Venturelli y hablan del juicio en contra del fiscal militar Alfonso Podlech, detenido en España y extraditado a Italia (2008); hoy día, 12 de enero, inicia la audiencia para los testigos. Fresia Cea contrajo matrimonio con Omar Venturelli el 30 de octubre de 1970; desde septiembre de 1973 está desaparecido, su viuda presentó la querella en Roma, ante la negligencia judicial chilena. Marycruz Jara fue alumna -en la Universidad Católica de Temuco- del ex sacerdote y cofundador del Movimiento de Cristianos por el Socialismo, ella es testigo de la detención ilegal del destacado ciudadano italochileno.
El juicio en Italia es el resultado de una perseverante defensa por los derechos humanos, que inició Fresia Cea Villalobos, en exclusiva para Clarín.cl relata todos los periplos jurídicos: «Mi primera acción para encontrar a Omar la hice desde la embajada de Italia en Chile, el mes de noviembre de 1973, presentando un recurso de amparo ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas. Desde que confirmé su desaparición, he mantenido el juramento de buscarlo por todos los rincones de la tierra; así lo he hecho, no he descansado ni un solo día, he presentado querellas, he solicitado a otros que presenten querellas por mí y por mi hija, he presentado la primera querella en Chile contra el fiscal militar de la Araucanía, Alfonso Podlech Michaud, y en Italia, país de donde proviene la familia de Omar Venturelli, presenté también una querella contra Podlech y contra varias personas, responsables de la tortura, de la desaparición y del asesinato de Omar. Hoy Alfonso Podlech está siendo juzgado en Italia y la acusación que el Fiscal Capaldo ha presentado contra el fiscal militar de Temuco, es por crímenes de lesa humanidad»
MC.- Fresia, ¿de qué forma describirías el trabajo académico de tu esposo?
FC.- Recuerdo la dedicación y responsabilidad con que preparaba sus lecciones, las reuniones de análisis y debate en nuestra casa junto a otros colegas durante la planificación de los programas de trabajo teóricos y prácticos, sus ojos iluminados de amor solidario cuando proponía los espacios educacionales para las visitas a terreno y práctica de los estudiantes. Era riguroso consigo mismo, generoso con sus saberes y conocimiento, en su práctica docente siempre estaba presente el servicio y compromiso por nuestros hermanos más necesitados, aquellos hijos de campesinos pobres, los niños y niñas de las poblaciones, especialmente los hijos de los campamentos de nuestra ciudad. Vivenciando junto a él su práctica docente aprendí que el estudiante, y luego el maestro revolucionario, deberían ser los mejores, los más entregados, los mejores agentes de cambio del propio entorno y los que responsablemente debíamos luchar por una sociedad más justa y feliz.
MC.- Marycruz, ¿cómo recuerdas las cátedras de Omar Venturelli en la Universidad Católica de Temuco?
MJ.- La cátedra que impartía el profesor Venturelli era sociología. Era parte de dos asignaturas más. Había mucha conversación, lecturas y trabajos de investigación. Lo que ahí aprendíamos era llevado a la práctica en un ramo denominado «Ámbito» que consistía en salidas a terreno con otro profesor. Como yo provenía de un colegio de monjas, esto no era algo nuevo para mí o algo fuera de lo normal. Se trataba de ir a alguna población marginal y hacer alfabetización, crear una biblioteca, enseñar a los niños a lavarse sus dientes. Compartir con los pobladores en esa extrema pobreza, ayudando con provisiones. Hasta hicimos entre todos los alumnos una sede para atender a las personas. Hacíamos un puerta a puerta. Algunas personas nos trataban mal acusándonos de comunistas. Lo relaciono con lo que hoy se llama trabajos voluntarios. En la actualidad a nadie se le ocurriría cuestionar a los jóvenes que ayudan en «Un Techo para Chile» por ejemplo. O al «Hogar de Cristo» con los jóvenes que salen a ayudar a los necesitados, sobre todo en los inviernos repartiendo frazadas, café caliente y comida.
MC.- ¿Cuál fue el legado político de Omar Venturelli?, ¿en qué consistía el Movimiento de Cristianos por el Socialismo?
FC.- El Movimiento de los Cristianos por el Socialismo, era la respuesta nuestra, de la «iglesia militante» al grito desesperado de ayuda, del pueblo de nuestra región, especialmente de los campesinos, de los hermanos mapuches, de todos aquellos que desde que nuestra región fue incorporada al Estado chileno, a sangre y fuego, siguen viviendo en un calvario permanente, «abandonados de Dios». El legado de Omar, y lo que todos recordamos de él, es su profunda convicción que es posible que todas las creaturas puedan vivenciar a lo largo de la propia existencia la presencia de Dios y el amor que él tiene por cada uno de sus hijos e hijas. Esto había que construirlo, primero había que tomar consciencia de este «sueño» y luego era responsabilidad de cada uno hacerlo «carne» en comunión con los otros y ponerlo en el mundo; por esta razón él decía que en la vida de un cristiano no cabía el hecho de vivir sólo entre discursos respecto a la pobreza y a las injusticias que sufren tantos hijos de Dios, nos decía que: «uno de los pecados sociales más grandes era que nosotros no nos preocupáramos de nuestros hermanos más pobres, más desposeídos y que por lo tanto teníamos que tener una práctica generosa, de ser y estar en las propuestas reivindicativas que venían de ellos, para cubrir sus necesidades, sus ansias de ser reconocidos como hijos de Dios», debíamos ser todos «monolíticamente» compañeros de viaje en este transitar hacia el reino de Dios, que se construía cada día.
MJ.- Para mí, el legado de Omar Venturelli es haber visto a un verdadero educador, completamente entregado a su labor. No era el típico profesor apurado por irse al término de la clase. Siempre tenía tiempo para conversar con los alumnos, escuchar y dar algunos consejos. Tenía el don de escuchar los planteamientos y las críticas al sistema con serenidad. Era una persona generosa, alegre y siempre dispuesto a entregar con cariño lo que sabía. Profesor con vocación. Estos no siempre abundan.
MC.- Fresia, ¿cuándo te enteras de la detención de tu esposo?, ¿qué hiciste después de confirmar su desaparición?
FC.- Supe de su detención porque él se presentó voluntariamente en el regimiento Tucapel, después de haber escuchado a través de los medios de comunicación de la época, el Bando Nº 16 que le exigía presentarse en dicho regimiento; se presentó convencido que no le sucedería nada malo, porque él era una persona que no tenía nada qué temer; me lo informó su padre que lo acompañó hasta las puertas del regimiento; luego varios compañeros me trajeron noticias de su permanencia en el Tucapel e incluso de su detención en la fiscalía militar y el deplorable estado físico en el cual se encontraba; quiero decirles que desde los primeros días de la detención de Omar guardo en mi memoria los nombres, los rostros de las personas que de él me hablaron y los detalles de lo que ellos me contaron respecto a mi esposo, algunos de ellos me han acompañado sin descanso en la búsqueda de Omar durante estos larguísimos 36 años; junto a mí -y a mi hija- han colaborado incesantemente en unir los hilos de esta madeja que aún mantienen en una oscuridad tenebrosa la suerte y los hechos que ocultan la verdad sobre Omar y los todos los detenidos desaparecidos de la Araucanía.
Después de confirmar su desaparición mediante una conversación telefónica con el obispo de ese entonces de Temuco, don Bernardino Piñera Carvallo, encontrándome yo en la embajada italiana en donde había pedido refugio político con mi hija María Paz, le pedí verbalmente y por escrito a don Bernardino que me ayudara a buscarlo, la respuesta fue que Omar estaba muerto y que yo tenía que pensar en mi hija y en mí y rehacer mi vida. En mi fuero interno no acepté esta propuesta de comportamiento futuro, más bien me juré a mí misma que hiciera lo que hiciera de mi vida, y que estuviese donde estuviese, nunca iba a dejar de buscar a Omar, hasta saber lo que le había ocurrido. Mi primera acción para encontrar a Omar la hice desde la embajada de Italia en Chile, el mes de noviembre de 1973, presentando un recurso de amparo ante la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.
Desde que confirmé su desaparición, he mantenido el juramento de buscarlo por todos los rincones de la tierra; así lo he hecho, no he descansado ni un solo día, he presentado querellas, he solicitado a otros que presenten querellas por mí y por mi hija, he presentado la primera querella en Chile contra el fiscal militar de la Araucanía, Alfonso Podlech Michaud, y en Italia, país de donde proviene la familia de Omar Venturelli, presenté también una querella contra Podlech y contra varias personas, responsables de la tortura, de la desaparición y del asesinato de Omar. Hoy Alfonso Podlech está siendo juzgado en Italia y la acusación que el Fiscal Capaldo ha presentado contra el fiscal militar de Temuco, es por crímenes de lesa humanidad.
MC.- Marycruz, fuiste testigo de la detención ilegal de Omar Venturelli, ¿el CODEPU de Temuco interpuso un Habea Corpus?
MJ.- No, yo no sabía que algunos días después del golpe militar Omar Venturelli había sido detenido y es por eso que aquel día de la última semana de septiembre, cuando por una mera casualidad, vi que lo llevaban dos militares armados y maniatado hacia el Regimiento Tucapel. Quedé consternada. No entendía por qué a nuestro profesor se lo llevaban hacia el Regimiento. Sabíamos que había sido sacerdote y por eso le decíamos el «cura Venturelli». ¿Qué cosa tan terrible podría haber hecho una persona que ayudaba a otros? Eran las doce del día. Claramente recuerdo que iba vestido de azul. Nunca olvidé esa imagen. Cuando ya pudimos volver a clases (2º semestre) había un ambiente extraño, un aire enrarecido. Todo olía a mendacidad. Todo había cambiado. Profesores que ya no estaban. Alumnos que ya no estaban. Los profesores no hablaban. Los alumnos no preguntaban. Había desconfianza, nadie confiaba en nadie, solo cuchicheos de pasillo. Que tal profesor se fue al extranjero. Que tal compañero se fue a Argentina. Mucha vigilancia. Asignaturas que ya no se hacían. Autores que no se podían estudiar, por ejemplo Pablo Neruda y Ernesto Cardenal, algo inimaginable en estos días en Pedagogía, en la especialidad de Castellano.
Nunca escuché a alguien hablar sobre Omar Venturelli. Yo también callé acerca de lo que había visto. ¿En quién confiar? Todo era temor. Es triste y doloroso recordar estas cosas pues recordar esa vida universitaria en circunstancias tan nefastas y anormales, es recordar a las personas que ya no están como son Omar Venturelli y mi compañero y amigo Víctor Oliva, asesinado en Argentina. A muchos nos marcó para siempre. Éramos jóvenes con ideales que queríamos cambiar el mundo y todo se desmoronaba. En cuanto a CODEPU te puedo decir que cuando lo creamos, el 15 de septiembre de 1983, con mi esposo -Bernardo Reyes- y un amigo de la Universidad Católica, antropólogo, existía la necesidad de tener un espacio donde poder aglutinar a las distintas organizaciones sociales. Estudiantes universitarios y partidos políticos que obviamente estaban en la clandestinidad. Funcionábamos como el «Centro Cultural Pablo Neruda».
Armamos un equipo jurídico que no siempre funcionaba a la perfección. Todo lo hacíamos en precarias condiciones. Mi labor era como secretaria, en donde tenía que administrar ese espacio en forma armónica y equitativa, espacio que había sido cedido por un amigo abogado. Atender a las personas para sus reuniones. Facilitar los espacios para obras de teatro, peñas folklóricas, cine para niños de escasos recursos. Otro equipo se encargaba de sacar una revista dando a conocer las atrocidades que sucedían. También ahí elaborábamos las estrategias y los lienzos para las protestas que eran cada vez masivas. Además unos pocos profesores ya habíamos creado la AGECH (Asociación Gremial de Educadores de Chile) que funcionaba en forma paralela al Colegio de Profesores el cual estaba en manos de personas designadas por la dictadura. Esta AGECH también tenía su espacio en CODEPU. Los familiares de detenidos desaparecidos y de ejecutados, tenían su propia dinámica. De acuerdo a su autonomía ellos una y otra vez se enfrentaban al poder judicial, absolutamente obsecuentes con la dictadura. Por cierto estas agrupaciones eran acogidas por CODEPU, pero siempre respetando su autonomía, al igual que el resto de las decenas de organizaciones.
MC.- ¿Encuentran similitudes entre el arresto de Pinochet en Londres para ser extraditado a España y el arresto de Alfonso Podlech en Madrid para ser extraditado a Italia?
MJ.- Por supuesto. Cuando supe de esta noticia inmediatamente lo relacioné. Pero asimismo vino a mi memoria que fuimos el hazmerreír de todo el mundo cuando la Concertación, el entonces presidente Frei, lo trajo de nuevo a Chile aduciendo razones de humanidad. Que el dictador estaba viejo y enfermo. Y este sr. senil que de nada se acordaba y que no daba muestras de su prepotencia de antaño, al bajarse del avión se levanta de su silla de ruedas y camina hacia sus colaboradores burlándose de todo un país. Burlándose de los exiliados, de los detenidos desaparecidos, de los ejecutados, de todos los que sufrimos de una u otra manera todos los atropellos de la dictadura comandada por él. No pasó un día en la cárcel. Sabíamos que eso sería así. Murió sin pagar por sus acciones. En cuanto a Alfonso Podlech esperamos que siga preso en Italia.
FC.- La verdad es que no tengo mayores antecedentes legales respecto a los fundamentos que presentó el abogado Joan Garcés en España para extraditar al dictador Pinochet desde Inglaterra.
MC.- Fresia, ¿de qué año data la más reciente denuncia en contra del fiscal Alfonso Podlech?, ¿todos los recursos legales fueron derivados a Italia o existe un expediente abierto en Chile?
FC.- En las primeras denuncias que se hicieron en Chile para esclarecer los hechos respeto a la suerte de Omar están dirigidas «contra quienes resultaran responsables», porque fueron presentadas desde los inicios de la dictadura militar; sin embargo la última fue presentada el 26 de Junio de 2006 en Santiago de Chile y esa querella la presenté acusando directamente de la desaparición de mi marido al General Augusto Pinochet, a Manuel Contreras (director de la DINA), y contra Alfonso Podlech Michaud, fiscal militar de la Araucanía en el momento de los hechos.
Por lo tanto, en los tribunales de la Araucanía y en los tribunales de Santiago se encuentran expedientes que pueden ser consultados y que demuestran que a pesar de haber hecho todo lo posible en Chile para obtener Justicia por Omar, jamás fui escuchada; esta es otra razón, quizás la más poderosa que hizo que recurriera a los Tribunales de Roma, para solicitar mi derecho y el derecho que tiene mi hija, al igual que todos los seres humanos del mundo, a obtener justicia cuando sienten vulnerados sus derechos.
MC.- Marycruz, ¿te presentarás como testigo en el Juicio contra Alfonso Podlech ?
MJ.- Mi testimonio, que por cierto lo conoce Fresia en detalle, está a disposición de su familia y de quien quiera. Son ellos los que determinan quiénes son útiles para el proceso.
MC.- Fresia, ¿qué sucedió con Omar Venturelli el día que asumió la Presidencia el compañero Salvador Allende?
FC.- Ese día estábamos regresando de nuestra luna de miel, de regreso a Temuco habíamos ido a visitar a los padres de Omar, luego nos detuvimos en la ciudad de Victoria, en un bar que queda cerca de la plaza, para esperar el «Igi Llaima» (únicos buses que unían Santiago-Temuco en esa época); estando sentados en una pequeña mesa sentí que alguien me tocó la espalda con un elemento frío y duro y al mismo tiempo vi con asombro que Omar se levantaba de su asiento teniendo las manos alzadas; detrás de mí un hombre que dijo llamarse Nichmann, gritó con voz agresiva palabras ofensivas, expresando que era miembro del GRACO (Grupo anti comunista). Esa persona estaba acompañada de al menos otras dos y apuntándome, obligó a Omar mantenerse de pie, amenazándolo que lo iba a matar, «por traidor a su clase»; luego de conversar entre los miembros del GRACO decidieron que era mejor llamar a la policía y entregarnos; cosa que hicieron mediante una llamada telefónica. Era la tarde del 4 de Noviembre de 1970. Al llegar la policía le comunicaron a Nichmann y a los otros terroristas de Estado, que no nos podían detener porque el Presidente Allende esa mañana en su discurso de asunción del mando había indultado a todos los presos y perseguidos políticos del país.
Ante esto, el Nichmann reaccionó violentamente, lanzando no sólo improperios contra Omar sino que también contra el Presidente Allende. Luego llegó el bus, los carabineros nos dijeron haciendo un gesto de desagrado que nos fuéramos y que nos subiéramos al bus. Así empezó para nosotros nuestra vida de esposos, vida que estuvo marcada por amenazas constantes y atentados incluso en nuestra casa, estando yo embarazada esperando a nuestra hija, durante todo el tiempo del gobierno de la Unidad Popular. Desde el día en que asumió el gobierno el compañero Allende, supimos que la derecha, los reaccionarios de nuestro país, intentarían de todas maneras asesinar a Omar, cuestión que lograron hacer cuando se tomaron nuestro país apoyados por las armas y ejerciendo la peor violencia que conociéramos los chilenos.
MC.- Marycruz, ¿qué noticias llegaban a Temuco desde las comunidades indígenas mapuches?, ¿el fiscal militar Alfonso Podlech giró órdenes de aprensión en contra de algunos lonkos?
MJ.- Las comunidades indígenas, las agrupaciones de derechos humanos, las organizaciones gremiales, todas seguían sus dinámicas propias, y todas se articulaban en CODEPU. Por aquéllos años los mapuches aún no se articulaban. Recuerda que en los campos se habían cometido los más atroces crímenes, fusilamientos y torturas. Ignoro si en lo específico Podlech hubiese girado alguna orden en ese sentido, y si así hubiera sido, y se prueba, no me extrañaría.
MC.- Finalmente, ¿qué esperan del Juicio en Italia?, ¿por qué nuevamente la Justicia tiene que llegar de los Tribunales en el extranjero?
FC.- Deseo que el juicio contra Podlech en Roma ayude al proceso de sanación de nuestro país, especialmente aporte a dar un mínimo de consuelo y a detener el dolor inconmensurable de tantas mujeres y hombres que día a día viven el calvario de la ausencia de uno o más de sus seres queridos, deseo que pueda recomponerme yo, y mi hija, y mi familia; deseo que se detenga el llanto, y que vuelvan tiempos de serenidad y de lucha, de sueños y de lucha, de libertad y de lucha, de trabajo y de lucha, que al reconstruirnos nosotros todos, podamos construir un país digno y justo, de manera que nunca más tengamos que buscar justicia en tribunales extranjeros, porque la impunidad habrá terminado, porque los criminales, los violadores de los derechos humanos verán que la mano de la justicia llegará también hasta ellos y entonces se darán las condiciones para que, volviendo a ser hermanos, el Reino de Dios se acerque a nosotros.
MJ.- Yo espero que Podlech sea declarado culpable y que quede detenido en Italia. No se puede transitar por la vida sin pagar por los horrores cometidos en contra de los hermanos de patria. Tendría que operar la ley de causa y efecto. Los actos del pasado repercuten en el presente y los actos del presente repercuten en el futuro, ¿o no? Parece que aquí en Chile nunca existe la voluntad de hacer realmente justicia en este caso como en tantos otros. Siempre estamos escuchando la monserga de que hay que mirar hacia el futuro como si nada hubiera pasado durante los diecisiete años de dictadura. Como si la estela de dolor y sufrimiento se pudiera borrar de un plumazo. En definitiva, espero que al menos en este caso quede el precedente de que los crímenes de lesa humanidad no volverán a quedar impunes.