El gobierno derechista español del presidente Mariano Rajoy sufre un intenso movimiento telúrico, tras la renuncia este lunes a su cargo de la ultraconservadora presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, conocida por sus posturas antipopulares, además de sus vínculos con la mafia terrorista anticubana asentada en esa capital, y en la ciudad norteamericana […]
El gobierno derechista español del presidente Mariano Rajoy sufre un intenso movimiento telúrico, tras la renuncia este lunes a su cargo de la ultraconservadora presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, conocida por sus posturas antipopulares, además de sus vínculos con la mafia terrorista anticubana asentada en esa capital, y en la ciudad norteamericana de Miami.
La dimisión de «DesEsperanza», como la bautizaron muchos compatriotas suyos, es resultado sin duda alguna de la profunda crisis que vive España, y un mal augurio para el oficialista Partido Popular (PP), que desgobierna esa nación ibérica desde hace poco más de un año.
Madrid ha sido una de las ciudades españolas más afectadas por las políticas neoliberales aplicadas por los «pepistas», que han dejado sin empleo a miles de trabajadores, y recortado los presupuestos de salud y educación que beneficiaban a sus pobladores.
Mientras, la Aguirre restringió a la mínima expresión los derechos de los españoles, utilizó el presupuesto de la capital española para subvencionar a grupos de terroristas y contrarrevolucionarios cubanos asentados en Madrid, y financió además continuas acciones de desestabilización contra la isla caribeña.
La ahora expresidenta de la Comunidad de Madrid fue hasta hoy la principal cabecilla y representante en su país de la mafia cubana-americana radicada en Miami, desde donde históricamente se han organizado la subversión y las agresiones contra Cuba.
Autotitulada discípula de la denominada «Dama de Hierro», la exprimera ministra británica Margaret Thatcher, «DesEsperanza» recibió importantes sumas de dinero de los terroristas miamenses, que vieron en ella su portavoz en Europa, como lo fue el mandatario Jose Maria Aznar, cuando gobernó España entre 1996 y 2004.
La fiel seguidora del «palanganero» Aznar mantuvo asimismo estrechos vínculos con connotados asesinos como Luís Posada Carriles, acusado internacionalmente de hacer explotar un avión civil de Cubana de Aviación, en 1976, que causó la muerte a 73 personas inocentes.
El expediente anticubano y antipopular en España de la Aguirre no puede ser más abultado, por lo que era hora de que renunciara a su puesto, como de seguro lo tendrán que hacer en adelante otros integrantes del gabinete ultraconservador de Rajoy, que sumen a esa nación europea en la peor de sus crisis de la historia.
No hay mal que dure 100 años, ni cuerpo que lo resista, reza un refranero popular.
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