Tres horas duró la diligencia en que el ex dictador y su otrora jefe de inteligencia se enrostraron las responsabilidades por los crímenes que cometió la DINA en el marco de la Operación Colombo. Pinochet negó dar órdenes a Contreras, mientras éste indicó que siempre respondió a su mando. Hace treinta años tomaban desayuno todos […]
Tres horas duró la diligencia en que el ex dictador y su otrora jefe de inteligencia se enrostraron las responsabilidades por los crímenes que cometió la DINA en el marco de la Operación Colombo. Pinochet negó dar órdenes a Contreras, mientras éste indicó que siempre respondió a su mando.
Hace treinta años tomaban desayuno todos los días y eran los hombres más poderosos de Chile, al punto de asegurar que en el país no se movía una sola hoja sin que lo supieran. Pero ayer, cuando los crímenes de la Operación Colombo los enfrentaron, hace más de 20 años que no se veían las caras, y sobre sus hombros ya no pesa el poder, sino condenas y procesos judiciales por enriquecimiento ilícito y graves violaciones a los derechos humanos.
Es más, ya no son amigos y la palabra traición rondaba en la sala del Club de Lo Curro que sirvió de escenario para el careo del ex dictador chileno y su ex jefe de Inteligencia, ordenado por el ministro Operación Colombo, Víctor Montiglio, a petición de la defensa de Contreras, que estima que existen contradicciones vitales entre los dichos de ambos que perjudican a su cliente.
Pese a la indignación del «Mamo» por el conveniente «olvido» de Pinochet del vínculo jerárquico que lo unía con la DINA, de la cual Contreras dice que era el jefe máximo y estaba al tanto de todos los operativos que se realizaban para «exterminar la lacra del comunismo», la diligencia fue fría y se desarrolló sin mayores sobresaltos.
El propio magistrado, que investiga la desaparición de 119 personas en 1976, confirmó que Contreras, Pinochet y Ricardo Lawrence, coronel en retiro de Carabineros y ex jefe de una unidad de la DINA, tuvieron «una actitud ejemplar», agregando que «por eso yo también estoy muy satisfecho y agradezco a todos los que han contribuido a que esta diligencia se lleve en esos términos».
Y si a alguien le quedaban dudas de los tiempos que corren para ambos, el comandante en jefe del Ejército, general Juan Emilio Cheyre, planteó ayer mismo en Copiapó la normalidad con que la institución enfrentó el histórico careo, y declaró que «todos los chilenos, civiles y militares, tenemos que responder a la justicia, eso es lo propio de la democracia».
La mala memoria
En la memoria de Pinochet poco quiere quedar de los viejos tiempos, cuando en 1974 Contreras firmaba su correspondencia con un timbre en que se leía «República de Chile, Presidencia de la República. DINA».
De hecho, el ex gobernante de facto le aseguró al juez Montiglio este lunes 14 de noviembre que desconocía el detalle de las acciones de sus servicios de inteligencia, y nunca condujo la guerra antisubversiva que implementó Contreras. Además, le dijo que removió al Mamo de su puesto y disolvió el organismo represivo, luego que éste le ofreciera unos depósitos en el extranjero.
Pero la primera vez que Pinochet negó a Contreras fue el 25 de septiembre del año pasado ante el juez Juan Guzmán, en el marco de la investigación por la Operación Cóndor, que ligó a los servicios represivos de América Latina a mediados de 1975.
Consultado entonces sobre quién dirigió los servicios de Inteligencia, Pinochet indicó a Guzmán que Contreras estuvo a cargo de la DINA, y después Gordón de la CNI, aclarando que ambos eran servicios de mandos medios, y apuntando que «como yo era el Presidente de la República, esos servicios me informaban de la seguridad nacional, y no de la seguridad chica. A mí no me iban a estar informando de cosas chicas».
También declaró en esa oportunidad que «efectivamente» se reunía a diario con Contreras, pero «para que él me informara de lo que se vivía en Argentina, por la situación limítrofe. Ni Cóndor ni nada de eso era problema mío. Eso siempre fue problema de los mandos medios», señaló entonces.
Ahora, de cara a Contreras y en tres horas de careo, no hubo un mayor reconocimiento de parte de Pinochet. Su abogado, Pablo Rodríguez, sostuvo que el general insistió que nunca dio órdenes criminales. «La situación de la DINA está perfectamente esclarecida tanto en la ley como en la práctica, en primer lugar la DINA era un órgano del Estado con una ley especial, en segundo lugar dependía de una Junta Militar de Gobierno, se le daba cuenta a la junta y mientras fue presidente de la junta evidentemente que el general Pinochet tuvo los contactos que corresponden con el jefe de la DINA, pero de ahí a la comisión de delitos no existe ningún antecedente de ninguna naturaleza».
Agregó que «no existe ninguna contradicción entre los dichos del general Pinochet y los dichos del general Contreras, se superaron plenamente y por lo tanto no existe contradicción que el juez pueda calificar», en tanto consideró «una barbaridad que se le esté sometiendo a dos interrogatorios durante la semana más este careo, y esto puede incluso poner en riesgo su vida».
La ira de la traición
Contreras, en cambio, acusó directamente a Pinochet de dar todas las ordenes de la DINA en el marco de la investigación por la Operación Cóndor. «Todo lo que la DINA hizo fue ordenado por el Presidente de la República, yo no hice nada sólo, yo no me mandaba sólo», fue la tajante del mamo y la daga que cortó las relaciones fraternas para siempre.
De allí que el Mamo se volviera a indignar con Pinochet cuando éste declaró el lunes 14 ante Montiglio que lo sacó de la DINA «porque estaba creando problemas que yo había prohibido. Tengo que haber sido yo, porque el único que lo podía mover era yo, porque no podía hacer escándalos. Me acuerdo porqué lo saqué. Me ofreció unos depósitos de fondos en el extranjero, y yo lo saqué por eso. Yo rechacé el ofrecimiento que me hizo».
El abogado de Contreras, Juan Carlos Manns, reiteró su rechazó a las imputaciones de Pinochet, planteando que él «está tratando de salvar su imagen de una manera burda, está totalmente contrario a los acontecimientos de los distintos procesos, no hay ninguna prueba al respecto que el general Contreras le haya insinuado eso».
Es más, la versión de Pinochet tampoco coincidió con la del coronel en retiro de Carabineros Ricardo Lawrence, quien se desempeñó como escolta del mandatario, pues su versión lo consigna como el líder de la persecución contra los disidentes de izquierda.
Por ello, Lawrence también fue careado ayer durante 40 minutos con Pinochet, pese a que el ex dictador desestimó su testimonio, indicándole a Montiglio que él no podía conocer información tan sensible.