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El hombre del baño

Fuentes: Rebelión

Por estas fechas suelen los medios hacer su acomodada versión de los «personajes del año». El deportista del año, el periodista del año, la mujer del año. Se trata supuestamente de rendir homenaje a quien más se haya destacado en determinada actividad. Esta práctica es muy común en los periódicos colombianos quienes se auto designan […]

Por estas fechas suelen los medios hacer su acomodada versión de los «personajes del año». El deportista del año, el periodista del año, la mujer del año. Se trata supuestamente de rendir homenaje a quien más se haya destacado en determinada actividad. Esta práctica es muy común en los periódicos colombianos quienes se auto designan esta tarea e imponen sus propios raseros.

El genial caricaturista colombiano Vlado ha catalogado al ex presidente Álvaro Uribe Vélez como «el hombre del baño». Entendiendo aquí la palabra baño como inodoro, aseos o wáter. Esta denominación a Uribe nace de una anécdota contada por Yidis Medina en el libro sobre su vida que le escribiera a ella un periodista y que está circulando en Colombia. Pero, obviamente, primero debemos contarles a quienes no conocen los intríngulis de la vida colombiana quién es Yidis. Ella fue una parlamentaria liberal que garantizó con su voto que se aprobara la reforma constitucional que permitió la reelección de Uribe. Ella había anunciado su voto negativo a la reforma, pero en el último minuto cambió de parecer. Posteriormente ella misma confesó ante la justicia que el cambio de voto había sido producto de las prebendas que le ofreció el gobierno. Algunas de estas prebendas se las cumplieron otras no. A causa de esto último y no por un arrebato de arrepentimiento fue que confesó. Por esta razón fue a la cárcel y pronto pasará lo mismo con el ministro de gobierno de la era de Uribe quien fue el encargado de la negociación. Y por supuesto que algún día también deberá pasar lo mismo con el beneficiado de la misma.

El mentado libro se titula «Yidis Medina, confieso. De rodillas en el baño presidencial».

Y de las tantas cosas que cuenta Yidis hay un episodio que podría parecer poco creíble, o un tanto raro o simplemente un chisme vulgar.

Cuenta Yidis en su libro que el propio Uribe le suplicó que apoyara la reforma constitucional que permitiera la reelección. Su reelección. Cuenta que estando ella en una reunión de parlamentarios con Uribe éste la tomó de la mano y la sacó de la reunión y la introdujo al baño, aseo, inodoro o wáter presidencial. Que la había hecho sentar en el biscocho, el del baño, y entonces él se había arrodillado para suplicarle que lo apoyara con su voto.

¿Será cierta esta historia que cuenta Yidis?

Es un poco grotesca. Pero nada raro en el comportamiento de ese personaje tan grotesco como lo es Uribe. Un ser esquizofrénico por el poder, un comerciante nato que no vacilaría en venderle el alma al diablo a cambio de ello y que por lo tanto tampoco vaciló en afianzarse en el poder a sangre y fuego vendiéndole el alma a los narco paramilitares y encimándoles millones de hectáreas de tierra, contratos, subsidios multimillonarios, el control de la salud pública, el 40% del parlamento además de embajadas, ministerios y consulados.

Por eso esta historia no tiene nada de raro y bien podría esperarse de este personajillo que se creyó Napoleón pero que poco a poco va derecho para el cagadero de la historia.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.