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Analisis de la organizacion Clase contra Clase

El informe Valech y la situación política

Fuentes: /www.clasecontraclase.cl

«Hemos tenido muchos señores, hienas y tigres, águilas y cerdos. A todos los alimentamos. Mejores o peores, era lo mismo: la bota que nos pisa es siempre una bota. Ya comprendéis lo que quiero decir: no cambiar de señores, sino no tener ninguno. Sigue la rueda girando. Lo que hoy está arriba no seguirá siempre […]

«Hemos tenido muchos señores, hienas y tigres, águilas y cerdos. A todos los alimentamos. Mejores o peores, era lo mismo: la bota que nos pisa es siempre una bota. Ya comprendéis lo que quiero decir: no cambiar de señores, sino no tener ninguno. Sigue la rueda girando. Lo que hoy está arriba no seguirá siempre arriba»

(Bertold Brecht)

Era difícil imaginar poco tiempo atrás que se asumiría que hubo una política de Estado, implementada por las FFAA, de represión y tortura sistemática y masiva. Era difícil imaginar que el Ejército asumiera públicamente sus responsabilidades institucionales. Era aún más difícil asumir la magnitud del horror. Romper el silencio y el temor. Que miles de chilenos valientemente rompieron con sus testimonios. Que miles más se vieron obligados a reconocer, comenzando a terminar con ese insostenible clima de «salud de los enfermos» que nos fue impuesto. Lo que se murmuraba se habla, lo que se callaba se dice, lo que se ocultaba se hace visible. Lo que se denunciaba, tuvo que ser admitido. ¿Sanarán las heridas, como se pretende y proclama? ¿Por qué se pudo llegar a este punto? ¿Se trata, como nos dicen, que la sociedad chilena está madura?

La lucha tenaz

Nos dicen que el origen de este Informe sobre Prisión Política y Tortura estuvo en el mensaje de Lagos «no hay mañana sin ayer». No es cierto. El origen está en la lucha tenaz de los organismos de DDHH, en la lucha por nuestros desaparecidos, asesinados, exiliados, exonerados, torturados, prisioneros políticos, que se enfrentaron a los múltiples intentos de impunidad. A la Mesa del Diálogo. Al oportunismo e hipocresía de la UDI con su acercamiento a familiares de desaparecidos. A los proyectos de ley de impunidad de Lagos, emanados del mismo documento «no hay mañana sin ayer». Al tratamiento preferencial en los interrogatorios a Pinochet. Al destrato e interesadas deformaciones de los medios de comunicación. A las bravuconadas de los torturadores paseándose libremente por las calles cuando deberían estar presos, amparados por las FFAA. A los mensajes de los comandantes en jefe reclamando celeridad a la justicia para que se aplicara la amnistía. A las impropias tesis de la amnistía impropia de la Szczaranski.

Esta lucha encontró su propio límite, sin embargo, en su confianza irrestricta en la justicia para ricos, que terminó admitiendo la falacia de la demencia senil del jefe de los represores y torturadores, y hoy se encuentra cómodamente en sus mansiones, paseando por Chile, otorgando entrevistas en los medios. Que sólo tiene a algunos pocos militares emblemáticos en proceso o con condenas irrisorias para la magnitud de los crímenes cometidos. Recientemente, este límite pareció comenzar a quebrarse: la sentencia de la Sala Penal de la Corte Suprema, ante el caso Sandoval, rechazó la amnistía, y uno a uno, la mayoría de los argumentos de las defensas de los torturadores. Faltaban pocos días para el informe de la comisión presidida por Valech. La misma justicia patronal que mantiene la impunidad para la mayoría de los represores, que cumple el rol de limpiar a las FFAA de sus manzanas podridas, legitimando por esa vía que se trataría de excesos, salvando a las FFAA como institución, mediante el recurso al procesamiento a algunos tenebrosos personajes emblemáticos. La misma justicia patronal que en el informe se señala su especial responsabilidad- su complicidad- con la dictadura, aparece ahora reivindicada por lo que se dio en llamar «un fallo histórico» ante el caso Sandoval. Todos debemos agradecer su justa justicia. ¿Qué significa esto? Que la lucha contra la impunidad, tal como fue llevada, encontró su propio límite, y aquí es que la democracia para ricos logró mantener la iniciativa.

Las auto- reformas por arriba…

Porque finalmente de esto se tratan muchas de las últimas medidas y anuncios de los partidos patronales de la Concertación y la derecha: tomar medidas de auto- reformas parciales por arriba, para que el pueblo trabajador no avance en tomar la resolución de los problemas que padecen, problemas creados por los patrones y sus políticos patronales, en sus propias manos. Son auto- reformas parciales por arriba, una especie de bismarckismo (ver CcC n° 76), que les permita mantener ellos la iniciativa Es el caso de la comisión que elaboró el informe sobre prisión política y tortura. ¡Si hasta había un personero de RN! El mismo partido dirigido por Sergio Diez funcionario de la dictadura en la ONU, donde negaba los crímenes que cometía su gobierno. O Cardemil, funcionario también de la dictadura. Pero no es este el punto principal. Los patrones y sus políticos patronales, decidieron adelantarse y ser ellos los que investigaran y resolvieran qué hacer. ¿Por qué? Porque así se disfrazan de amigos del pueblo. Y porque así, resuelven a su favor. ¿Acaso el informe menciona a los torturadores? No, y no es una medida inocente: busca evitar el justo castigo que se merecen. Además que- explícitamente- su objetivo es reconstruir la confianza del pueblo trabajador en las instituciones patronales de la democracia para ricos.

Es el caso de las declaraciones de Cheyre, que se adelanta al informe Valech para amortiguar el impacto que produciría, intentando salvar al Ejército como institución, apareciendo como un auto- reformador. ¿Por qué? Porque así se busca alejar que el pueblo trabajador cuestione a las FFAA como institución. Es el caso del reacomodamiento en los discursos de campaña tanto de la derecha como de la Concertación, con énfasis en los problemas de las clases medias y de la igualdad social. ¿Por qué? Porque buscan adelantarse, ante las tendencias a la emergencia de una nueva cuestión social (ver CcC n° 75), para evitar que comiencen a tomar forma más definidas las tendencias la recomposición política y organizativa de la clase trabajadora (ver CcC n° 51 y 52) que plantee mejores condiciones para la irrupción de una política independiente de toda variante patronal de la clase trabajadora. También aquí se inscriben los discursos sobre la necesidad de mayor cohesión social, los planes estilo Chile Solidario, etc. Pero como dice Bertold Brecht, «Mejores o peores, era lo mismo: la bota que nos pisa es siempre una bota.»

Los propios límites de la lucha contra la impunidad, llamando a confiar en la justicia patronal (no sólo utilizando a la justicia como instrumento), la política que habla de unas FFAA democráticas, la confianza depositada en la Concertación durante años, por parte de la izquierda del régimen, favorecieron que los patrones y sus partidos patronales de la Concertación y la derecha tuvieran más margen para estas políticas, medidas y declaraciones, de auto- reformas parciales que les permite mantener la iniciativa en sus manos. Y seguir apareciendo como amigos del pueblo, para así poder, «legítimamente», por ejemplo, aumentar en un miserable 3,5% los sueldos de los trabajadores (Mientras que las utilidades de las empresas aumentaron un 30% en el primer semestre de este año, y la economía crecerá por sobre un 5%). O también, al mismo tiempo que impulsan este informe Pero no se trata únicamente de los propios límites de la lucha contra la impunidad y de la política de la izquierda del régimen en sus distintas variantes.

… y la política permanente de la patronal

Pero esta embrionaria, tímida y muy medida política de auto- reformas parciales por arriba, genera divisiones al interior de los patrones, sus partidos e instituciones. Las posiciones de las instituciones de la represión lo demuestran claramente. Mientras el Ejército asumió esta política, Carabineros, la FACH y la Armada se mantienen dentro de la política permanente de los patrones, reivindicando la dictadura, como fue dicho con toda claridad por Arancibia que dijo que no podría decir «nunca más». Porque es la política permanente de los patrones: la defensa, con los métodos que sean, los de la democracia para ricos o los de la dictadura, de los intereses patronales, de una sociedad basada en la explotación del trabajador por el patrón, en la opresión de la juventud, la diversidad sexual, la mujer, los pueblos naciones indígenas. A lo más que llegaron, en esta re- afirmación de sus intereses y de para quiénes trabajan, es a reconocer que lo que pasó pasó, y a condenarlo… en el «marco histórico» actual.

De la misma manera la UDI de Lavin, más allá que maticen su discurso en busca de votos hablando de la igualdad social, se caracteriza por sus métodos de choque contra el pueblo trabajador, como se vio en todo su despliegue ante el caso Spiniak (ver CcC n° 61). Y ahora, que frente al informe de la tortura, reafirman que de nada tienen que arrepentirse de haber participado del gobierno de Pinochet, de esa dictadura brutal y torturadora. Es el caso también de los generales en retiro que reivindican el golpe, igual que otro senador UDI, Fernández, igual que la familia de Pinochet. Así que la patronal comienza a delinear más claramente las dos variantes con las que siempre buscó asentar su dominación, los que se presentan como «amigos del pueblo», y los que preservan la política de la defensa permanente de los intereses patronales, recurriendo a métodos de choque, como política permanente y privilegiada, contra el pueblo trabajador. Presentarse como «amigos del pueblo» fue el rol desde sus inicios de la Concertación, rol que la izquierda del régimen avaló, buscando permanentemente pactos y acuerdos con ellos. Lo nuevo aquí, es que se desprenda cada vez más esta otra variante que encarnan la UDI, los generales en retiro, el ala más conservadora de la Iglesia (que casi se hizo con la presidencia de la Conferencia Episcopal), etc, y por otro lado, que la Concertación debe replantear y reafirmar su rol presentándose como «amigos del pueblo», porque ya no puede seguir gobernando como hasta ahora. ¿Es el comienzo del fin, contra la voluntad de sus agentes, de la llamada «democracia de los consensos»?

Las luchas del pueblo trabajador y el declive de los partidos patronales

Esta nueva política patronal se debe a las tendencias al declive de los partidos patronales. Que pudo verse en que rápidamente una herida parecía transformarse en gangrena, de una serie de actos de corrupción, a los casos MOP- GATE y Coimas, de una denuncia al vuelo, al caso Spiniak, de una investigación en Estados Unidos al caso Riggs que impactó hasta a los más fieles escuderos de Pinochet. De una fulminante alza en las votaciones de la derecha, a un frenazo inesperado. De un declive electoral que parecía indetenible de la Concertación, a una brecha de 10 puntos con la derecha. Estas tendencias al declive permitieron que las luchas del pueblo trabajador empiecen lentamente a ganar confianza, que comiencen lentamente a aumentar y a extenderse. Y a su vez, son las que profundizan estas tendencias al declive. Obligan a los patrones y sus partidos patronales a esta política de auto- reformas parciales por arriba, a buscar aparecer como «amigos del pueblo». A reubicarse «a izquierda», porque comienza a ser parte de las exigencias objetivas de la política chilena (ver CcC n° 71). También, a comenzar a destacar a sus fuerzas de choque, a hacerlas más visibles. También, a aumentar moderadamente su política de criminalización de la pobreza y de los que luchan por sus derechos e intereses, como los estudiantes, los trabajadores, el pueblo- nación mapuche. Luchas que se extienden, aunque son más episódicas, al menos por ahora, a las clases medias descontentas con la Concertación y la derecha, como se expresó en la muy importante movilización del viernes 19 convocada por el Foro Social Chileno en ocasión de la APEC. No se trata sólo de luchas. También de tendencias a la reorganización. Por ejemplo, las definiciones de la CUT por un sindicalismo político (aunque mantenga su política de diálogo social). Por ejemplo, la Federación de trabajadores mineros, o la Federación de trabajadores del salmón. Por ejemplo, la formación de sindicatos en empresas con una política abiertamente represiva contra la organización de los trabajadores, como los supermercados Líder, de D&S. Y también se comienza a expresar la búsqueda, aún difusa, de una nueva política, que se expresó, en forma distorsionada como son todas las elecciones, en las municipales con la importante votación de PODEMOS, que también tuvo expresión en las elecciones de la FECH.

Pero estas tendencias son aún iniciales, y casi ninguna lucha de la clase trabajadora ha triunfado claramente hasta ahora. Hasta ahora. No representa una amenaza real actual a los patrones y sus políticos patronales, no alcanzan aún para torcerle el brazo a los patrones, no cambia aún la relación de fuerzas. Esto les da tiempo para ensayar sus políticas de auto- reformas parciales por arriba. Y de esta manera quitar toda iniciativa que con estas tendencias pueda ir recuperando la clase trabajadora y el pueblo pobre. El gran límite que tienen estos intentos de auto- reformas es que se necesita una fuerza de enorme magnitud en el sentido contrario aplicado hasta ahora, para poder responder de forma efectiva a las exigencias de las tendencias a la emergencia de una nueva cuestión social. Estas enormes fuerzas sólo podrán salir de una política independiente de la clase trabajadora. Ninguna política de volver al programa original de la Concertación, como plantea el PC en PODEMOS a través de su proclamado candidato Moulian, con una vía (semi) neo- desarrollista, que mantiene la confianza en sectores progresistas de los partidos patronales, y en sectores patronales medianos y pequeños castigados por el neoliberalismo, podrá resolver ninguno de los problemas que padece el pueblo trabajador. Hoy se habla de «mirar al futuro», ¿cuál futuro? «Ya comprendéis lo que quiero decir: no cambiar de señores, sino no tener ninguno». Solamente la lucha por construir un nuevo partido revolucionario podrá comenzar a prepararnos para esta tarea. Esta es la lucha de Clase contra Clase.