EL ESPECTADOR: ¿De quién es Camilo? ¿acaso es patrimonio del ELN? ANTONIO GARCÍA: Hubiese sido muy importante que Camilo respondiese esta pregunta. Muy seguramente se hubiese interrogado ¿quién soy yo?, o sea la identidad, con qué estaba identificado, asunto que lo dejó muy claro en el ser y el hacer, pues no se quedó haciendo […]
EL ESPECTADOR: ¿De quién es Camilo? ¿acaso es patrimonio del ELN?
ANTONIO GARCÍA: Hubiese sido muy importante que Camilo respondiese esta pregunta. Muy seguramente se hubiese interrogado ¿quién soy yo?, o sea la identidad, con qué estaba identificado, asunto que lo dejó muy claro en el ser y el hacer, pues no se quedó haciendo misas, y las últimas que hizo fueron en la guerrilla y junto con los campesinos de Santander. Era un sacerdote revolucionario, su vocación de servicio era para con los pobres y desposeídos. En segundo lugar se hubiese preguntado su pertenencia, o sea el nosotros, con quién se sentía construyendo un camino de futuro de manera colectiva, y lo realizó con el pueblo, con el Frente Unido y con ELN, por eso no terminó afiliado al Partido Liberal o al Conservador. En tercer lugar se hubiese interrogado con quién tengo el compromiso y para qué, y de igual manera se hubiese respondido: con el pueblo, los desposeídos y con el ELN. Camilo se identificó desde el proyecto político del Frente Unido con el ELN, y entre los dos hubo sinergia y se fundieron en uno solo. Desde luego que Camilo siendo integrante del ELN, ayudó a construirlo y lo proyectó, y al igual que el ELN es patrimonio del pueblo y la nación.
E.E: ¿Por qué el ELN ha contribuido a crear la idea de un cura guerrillero negando y simplificando a Camilo a solo sus últimos cuatro meses?
A.G: La oligarquía y la jerarquía de la iglesia vendieron la idea que Camilo estaba loco, y mientras el Cardenal Concha lo sacaba de su ejercicio y vocación sacerdotal, el ELN lo acogía como tal en toda su dimensión. Esto significa que el ELN le respeta su integridad, como revolucionario y sacerdote, pero a la vez como dirigente político nacional que era, le reconoció su espacio como el más grande dirigente popular, y por eso le habla al país en su mensaje el 7 de enero de 1966. En el ELN se le reconoce con toda la seriedad y solemnidad su grado de Comandante en Jefe. Quizá el reconocimiento de Sacerdote Guerrillero se lo dio la gente, en el país y el mundo, porque no es un hecho que se dé todos los días, más si su imagen y legado no es flor de un día, sino que trascienden las décadas y los siglos.
E.E: ¿Para leer a Camilo hoy, no será necesario reconocer los cambios que ha tenido el país?
A.G: A los seres humanos, como a todo ser viviente nos hacen las circunstancias, el mundo donde vivimos. De igual manera no podemos leerlos sin tenerlas en cuenta. Lo que no podemos hacer es pensar por ellos. Hay que respetar lo que han sido, sobre todo si hablamos de seres de la talla heroica de Camilo. Él sabía en qué andaba, para donde se dirigía, estaba plenamente convencido que debía prepararse para ser un Jefe guerrillero y así lo exigió a la dirección del ELN en ese momento. El ELN lleva más de 50 años de existencia de manera continua, y quienes lo integramos pertenecemos a esas generaciones de décadas de lucha, seguimos en ella, vamos actualizando nuestro pensamiento, para orientarnos en correspondencia con los cambios que se dan en el país y el mundo, lo que no se puede aceptar es que debamos pensar como el establecimiento o que le seamos funcional a él, para tener contentos a quienes piensan diferente a nosotros, quienes igual respeto merecen de nosotros. De otro lado, las causas estructurales que originaron la vinculación de Camilo a la lucha revolucionaria no han cambiado sustancialmente, se mantiene en su mayoría. En tal sentido Camilo nos dejó un legado y una misión, y en ella seguiremos empeñados.
E.E: ¿Qué está vigente del pensamiento de Camilo hoy?
A.G: En política, un pensamiento es vigente sólo cuando quien lo profesa lo lleva a la práctica, y sobre todo cuando se pone el pellejo para demostrarlo. El pensamiento de Camilo es integral y universal. Lo primero porque es coherente entre lo que piensa y lo que hace, y lo segundo porque ratifica lo que hacen otros hombres en todo el mundo: comprometerse con las luchas de otros hombres por el bien de ellos, sin pedir nada a cambio. Lo demás son particularidades. Como cristiano su aporte valioso a la Teología de la liberación con su visión y práctica del Amor Eficaz; como sociólogo sus investigaciones sobre las causas de la violencia en Colombia; como político el ejercicio directo con las gentes enseñando que hay que aprender de ellas y a la vez estar delante poniendo el pecho; como revolucionario su compromiso con los cambios reales y no con las promesas de las clases gobernantes; como líder su visión y compromiso por la unidad de las clases populares para lograr los objetivos de su lucha; como ser humano la ternura y cariño como trataba y se relacionaba con los pobres, los campesinos y sus compañeros guerrilleros. No hay mejor pensamiento cuando es la práctica que lo dice. También es válido preguntarse: ¿qué hubiese dicho de la barbarie del neoliberalismo de hoy?
E.E: ¿Es el ELN de verdad camilista?
A.G: El Camilismo va más allá del ELN. Lo que en la práctica se dio fue una simbiosis entre el grupo guerrillero inicial, su práctica naciente y la acción de Camilo en el Frente Unido y en la guerrilla, que sin pensarse terminó siendo un mismo proyecto. Así las cosas en el resultado final, Camilo resultó siendo Eleno y el ELN camilista. Su pensamiento, su visión, su práctica y su compromiso terminaron cubriéndonos a todos.
E.E: ¿Qué cree que diría Camilo hoy de cara al proceso de negociación y sobre la dejación de armas?
A.G: En la mesa de diálogo con el Gobierno colombiano lo hemos expresado, y muchas veces hemos dicho: ¿qué diría Camilo sobre este tema?, o el Comandante Manuel Pérez Martínez. Decimos, que sin equivocarnos dirían lo mismo que estamos diciendo. Parecerá risible lo que digo, pero es lo que sucede. Mucha gente le sigue apostando a que el ELN está dividido o se va a dividir en el tema de la paz, y ha resultado ser lo contrario, nos ha unificado más que nunca. Por una sencilla razón, todo lo pensamos de manera colectiva, que lo que definamos nos interprete a todos, que estemos juntos para los grandes retos, que sepamos interpretar los anhelos de los pobres, de los desposeídos, de las víctimas, en síntesis de la nación. Y así es un Eleno, como nos lo enseñó Camilo, el eterno Comandante guerrillero. En toda la agenda acordada con el Gobierno, interpreta al ELN, incluido el tema de las armas. Pues el asunto de la dejación es otro cuento, así como puede ser la realidad de las transformaciones del país, hasta que no se den habrá que seguirlo mirando.