Con respecto al tema del legado del gobierno de Obama en la política de Estados Unidos hacia Cuba, resulta usual escuchar o leer planteamientos en el sentido de minimizarlo o relativizarlo.
Dentro de esa línea de pensamiento, algunos consideran que se trató esencialmente de la misma política seguida por los gobiernos estadounidenses precedentes, solo que esta vez ejecutada de manera más inteligente, artera y hasta pérfida, con el objetivo último de derrocar a la Revolución Cubana. Incluso, en las redes sociales he llegado a leer el planteamiento de que, en el fondo, Obama es el culpable de todo lo que vino después con el gobierno de Trump, lo cual me parece profundamente injusto e insostenible desde todo punto de vista.
Teniendo en cuenta la relevancia del tema en los momentos actuales, trataré de resumir mi propia apreciación sobre el legado histórico de la política del gobierno de Obama hacia Cuba de la manera siguiente:
· La Revolución Cubana solo podrá ser derrocada por ella misma, si no es capaz de autorrevolucionarse o renovarse radicalmente. Creo que eso llegó a ser comprendido por el propio Obama y sus principales asesores.
· La nueva política anunciada el 17 de diciembre de 2014 logró muchísimos resultados positivos en poquísimo tiempo. Su adopción requirió una valentía política con relación al “tema de Cuba” no alcanzada por ningún presidente estadounidense precedente.
· Obama no tenía las condiciones políticas ni las facultades legales para derogar el bloqueo económico contra Cuba, pero lo socavó significativamente en la práctica (si a alguien le queda alguna duda sobre eso, lo invito a recabar la opinión de cualquier cubano de a pie). Abogó de manera clara y reiterada por su eliminación, sin condicionamientos políticos previos, como debe ser.
· El gobierno de Obama desechó oficialmente la contraproducente política de “cambio de régimen”, en favor de una de respeto mutuo entre los gobiernos, promoción de los valores estadounidenses e influencia a partir de la intensificación de los vínculos entre los pueblos de ambas naciones.
· Como saldo final, la política del gobierno de Obama hacia Cuba demostró que existe una alternativa viable y mutuamente conveniente frente a la política vigente, que solo alimenta el conflicto y no puede conducir a nada positivo, como a su vez quedó demostrado durante el horroroso gobierno de Trump.
Nota: En muchas de las críticas a la figura de Obama, ya sea con respecto a su política hacia Cuba o sobre cualquier otro tema, muchas veces no puedo evitar sentir un tufo o trasfondo racista. No deseo que nadie se sienta ofendido o lo tome como algo personal. Se trata de una apreciación subjetiva mía, que no puedo demostrar o validar materialmente, pero que desde hace mucho tiempo deseaba expresar y compartir por escrito.
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