Desde el mismo 15 y 16 de junio de 1987, hemos buscado mantener en alto el legado de las compañeras y compañeros asesinados en la Matanza de Corpus Christi, resaltando la opción e ideales por los cuales sacrificaron sus vidas. Lejanos a las posiciones conciliadoras, esos «para que nunca más», o de «hacer justicia» dentro […]
Desde el mismo 15 y 16 de junio de 1987, hemos buscado mantener en alto el legado de las compañeras y compañeros asesinados en la Matanza de Corpus Christi, resaltando la opción e ideales por los cuales sacrificaron sus vidas. Lejanos a las posiciones conciliadoras, esos «para que nunca más», o de «hacer justicia» dentro de la legalidad, que no representan el sentido épico de la lucha antidictatorial, ni menos nuestro compromiso inquebrantable con los caídos de éste y otros episodios de resistencia al sistema impuesto. Señuelos lanzados por el bloque en el poder a través de la política de «reconciliación» y de «empate histórico», que intenta neutralizar el descontento y legitimar el estado de impunidad existente luego de más de 14 años de gobiernos concertacionistas.
No puede haber «justicia» mientras exista este modelo de «democracia» que, al margen de resultados jurídicos positivos excepcionales, persiste en la represión y encarcelamiento para sostenerse. Ahí están las acciones violentas y coercitivas contra la Nación Mapuche, los trabajadores, estudiantes y pobladores cuando se manifiestan por sus derechos. Lo mismo que el «nunca más», no es sinónimo de poner fin a la represión policial del Estado, sino una advertencia al pueblo para que nunca más se organice, levante o piense en un gobierno popular, o de lo contrario sufrirá las consecuencias ya conocidas. Es decir, para que no haya más muertes, desaparecimientos, torturas y presos políticos, no se debe salir a las calles a protestar por las malas condiciones de vida; parar una fábrica por salarios justos y contra los abusos empresariales; marchar por una educación pública y digna; exigir leyes que protejan el medio ambiente y la salud; defender los recursos naturales del país… Ni que hablar de construir poder popular, pensar en una revolución o hablar de socialismo, antiimperialismo u otros.
No aceptamos tamañas imposiciones. Ni menos que en materia de derechos humanos se siga separando a los luchadores asesinados, ejecutados o desaparecidos de su posición de clase, independiente de la militancia o circunstancias de su muerte. La mayoría de luchadores sociales caídos durante los últimos 30 años son un símbolo de combate intransigente al Capitalismo en Chile, por lo cual ocupan el mismo y honroso sitial.
Reivindicando un legado
Hoy esta fecha adquiere un matiz distinto para nosotros, ya que junto con reivindicar a los 12 patriotas del Corpus Christi, destaca el hecho que el FPMR cuente con un nuevo proyecto, que es en definitiva el gran legado de nuestros héroes en estos 20 años de historia y lucha sin tregua, así como de continuidad estratégica. Un proyecto que pretende aportar desde la óptica rodriguista a la construcción popular, rebeldía y liberación de nuestro pueblo de manos de las garras imperialista y el capitalismo criollo.
El proyecto fue elaborado y sancionado por distintas generaciones de militantes, luego de un largo proceso de acumulación en la base social; una realidad marcada no sólo por la existencia omnipresente del neoliberalismo, sino también por el ascenso gradual de las luchas reivindicativas sectoriales y territoriales, los debates político-teórico, los cómo y dónde construir, la necesidad de formación y nuevas formas de enfrentar la represión. Sólo basta caminar por cerros, barrios y edificios para captar estos avances, lugares donde conspiraron más de una vez los hermanos que hoy recordamos.
Nos hemos planteado un Proyecto Revolucionario, Patriótico y Popular, conducido política y militarmente, porque entendemos que en el camino de organización y confrontación del pueblo con el sistema, transitaremos por diversos períodos de acumulación y movilización de fuerzas, con diferentes modalidades y formas de lucha a partir de los escenarios y la correlación del momento. Esa es la importancia estratégica de construir fuerzas populares con capacidad de expresarse materialmente y responder ante cualquier forma o grado de violencia.
Una nueva práctica
Esther, Elizabeth, Patricia, José, Manuel, Ricardo, Juan, Julio, Wilson, Recaredo, Patricio, Ricardo Hernán, vuestra herencia está presente:
Se sostiene en un pensamiento que ideológicamente asume la concepción materialista de la sociedad, el Marxismo Leninismo, principal instrumento de análisis y guía para la acción del Frente, donde el Rodriguismo es una experiencia concreta de la lucha de acuerdo a la realidad política, histórica y cultural del país, continuando la senda del Guerrillero Inmortal desde los albores de la patria.
La Patria y el Patriotismo en este sentido, tienen que ver con los intereses y la identidad de la clase trabajadora y en general con las mayorías dominadas y explotadas. Por ello los rodriguistas nos planteamos una estrategia «que permita resolver las contradicciones que limitan el progreso y desarrollo de nuestro país, mediante un proceso de lucha revolucionaria que abra paso a cambios estructurales, encabezados por el pueblo y sus organizaciones, destinado a erradicar el Capitalismo y abrir paso al Socialismo en Chile».
Para ello, es imprescindible avanzar hoy en la constitución de Movimiento Popular, partiendo por el fortalecimiento de los propios sujetos protagonistas, los trabajadores, pobladores y estudiantes, y otros que se identifiquen con sus objetivos (pueblos originarios, campesinos, intelectuales, profesionales, etc.). Promoviendo la autonomía e independencia política de las organizaciones sociales en relación con el gobierno y el Estado Capitalista en cualquiera de sus formas, y el desarrollo de la convergencia de las organizaciones en torno a sus propias demandas y propósitos relativos a los temas de salud, educación, vivienda, cultura, autodefensa, comunicaciones, medio ambiente.
Aportando en definitiva, a la lucha y confluencia de todas las realidades del país, junto a la necesaria relación con quienes levantan su voz antineoliberal, antiimperialista y latinoamericanista en el continente y resto del mundo.
Internacionalismo revolucionario
Destacamos igualmente, el rol internacionalista cumplido por los combatientes que hoy nos convocan, cuando abrazaron sin dudar los proyectos de liberación nacional y social de otros pueblos hermanos. Cuba, El Salvador y Nicaragua saben de su valentía y audacia, lo mismo que los países donde vivieron el exilio, se formaron o cumplieron labores importantísimas para el proceso fuera y dentro de Chile.
Aunque luego de la caída de los modelos socialistas de Europa del Este, se impusiera igual el neoliberalismo, haciendo retroceder proyectos de todos los signos, junto con iniciar la depredación de los recursos naturales del planeta en beneficio de la oligarquía financiera mundial y de las burguesías nacionales entreguistas, bombardeando incluso pueblos enteros y haciendo del derecho internacional una letra muerta al servicio de los intereses imperialistas, yanqui y europeo.
Hoy, no asistimos a una mayor riqueza, sino a una mayor concentración y rapidez en el intercambio de capitales. Este fenómeno que algunos han llamado «mundialización» o «Globalización», ha sido el mejor y más eficiente «transporte» del modelo. Disimulando así el profundo carácter imperialista que hay detrás de las actuales relaciones entre los países desarrollados y tercermundistas como el nuestro.
Sin embargo, no todo ha sido derrota, ni dependencia y sometimiento. Existen pueblos como el cubano, que aún resisten al imperio bajo un bloqueo económico feroz y una permanente agresión desde Miami; lo mismo los colombianos, que unifican por fin sus fuerzas para enfrentar la agresión estratégica de los norteamericanos en la región y sus mentiras de combate al narcotráfico; también se consolida el proceso democrático de la Revolución Bolivariana en Venezuela, a pesar de los variados intentos de Golpe y desestabilización derechista; y finalmente, los avances populares, campesinos o indigenistas en México, Brasil, Ecuador, Argentina y Bolivia.
Procesos que no debemos perder de vista, pues gran parte de lo que pueda suceder en el futuro en nuestro país, dependerá de los resultados de estas importantes luchas.
Lucha patriótica ahora
Hermanos y hermanas, la lucha patriótica continúa, pues la constitución pinochetista sigue en pie, resguardando al empresariado, la Concertación, la Derecha y los renegados de siempre, que cogobiernan con las FF.AA, guardianes de los privilegios adquiridos en el poder, mientras aumenta la corrupción y venta de los bienes pertenecientes a todos los chilenos. Es más, han perfeccionado las instituciones y mecanismos de dominación. Ejemplo de ello, es cómo asocian la lucha contra la «subversión» con las acciones contra la delincuencia y el narcotráfico, transmutando la otrora Doctrina de Seguridad Nacional en la sui géneris «seguridad ciudadana», que ante cualquier movilización recurre a la represión policial, la Ley Antiterrorista o los Tribunales Militares tal como lo hicieron con las organizaciones Mapuche en la Región de la Araucanía.
Es hora de enfrentar estas aberraciones, llegó el momento de pasar a una nueva etapa de reorganización política y social desde la base para detener la injusticia. Llamamos a hacer un esfuerzo por superar el estado de inmovilismo social con un trabajo eficiente de reconstitución política y organizativa en poblaciones, centros de trabajo, escuelas y universidades. A crear frentes político sociales que aglutinen a diferentes sectores y tengan una real presencia e incidencia territorial.
Los Rodriguistas estaremos en todos los espacios que desarrollen, formen y movilicen a los sectores populares, y no en las barracas electoreras de la institucionalidad, los cuoteos políticos o las negociaciones a espaldas de la población. Enfrentaremos las contingencias con toda nuestra fuerza y presencia: participaremos en el Paro del 29 de julio apoyando a los trabajadores, aunque no compartamos la línea de la CUT; nos coordinaremos con todos los sectores que se movilicen contra la Cumbre de la APEC en Chile, de aquí a noviembre; solidarizaremos con Cuba, Colombia y Venezuela; además de otras múltiples acciones territoriales de intervención política y social.
Compañeros del Corpus Christi, éstas y otras importantes tareas son las que guían la implementación práctica del nuevo proyecto. Sabemos que estarían orgullosos de los avances y crecimiento en todos los sentidos que ha experimentado la organización. No los defraudaremos; como tampoco defraudaremos al pueblo organizado que confía en nosotros y el camino escogido, gracias al ejemplo de ustedes…