Continúan las movilizaciones, marchas y tomas de los estudiantes y profesores de la Universidad Arcis. El 11 de noviembre ocuparon la oficina del diputado Giorgio Jackson, exigiendo su apoyo. La sede de Arcis de calle Huérfanos continúa tomada por estudiantes de las carreras de música, danza y cine. Son innumerables las marchas, mitines y movilizaciones […]
Continúan las movilizaciones, marchas y tomas de los estudiantes y profesores de la Universidad Arcis. El 11 de noviembre ocuparon la oficina del diputado Giorgio Jackson, exigiendo su apoyo. La sede de Arcis de calle Huérfanos continúa tomada por estudiantes de las carreras de música, danza y cine. Son innumerables las marchas, mitines y movilizaciones hacia el Ministerio de Educación, los paros de los trabajadores y las asambleas exigiendo respuestas que no llegan.
Estudiantes, académicos y trabajadores enfrentan la desidia de las autoridades, represión policial, arbitrariedades y despidos; persecución, deudas y sueldos impagos…
Gabriel Salazar -Premio Nacional de Historia, quien fuera académico en Arcis-, y el ex rector Tomás Moulian, han señalado que el Partido Comunista -que controló la propiedad- lucró con la enseñanza. El Mineduc ha admitido que tuvo «limitaciones para investigar el lucro»: no pudo analizar las sociedades comerciales, entre ellas la Sociedad Nazareno S.A. (del empresario Max Marambio) y el Instituto de Ciencias Alejandro Lipschutz (del PC), que administraron un préstamo de 9 millones de dólares del Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela.
INCERTIDUMBRE Y RABIA
Guillermo Solís, dirigente del centro de alumnos de ciencias políticas, militante del Colectivo Acción Rebelde Arciana (Caras), dice: «La comunidad arciana está en la incertidumbre. Para muchas carreras este es su último año. Los estudiantes de música son los más afectados. Esa escuela la cerraron. Otras como ciencias políticas, no están acreditadas. Hay compañeros de 1º, 2º y 3º que tendrán que ser reubicados en otras universidades y volver casi a 1º. Los que están en 4º terminarán en tiempo récord, lo que es antiético, antiacadémico y antiprofesional. Aún no se sabe qué ocurrirá con Arcis. No hay respuestas de la rectoría o la Corporación».
El proceso de democratización que está implementando la Asamblea Triestamental quizás pueda resolver numerosos problemas. «Pero de parte de la Corporación no hay respuestas. Partimos el año con 2.900 estudiantes; hoy tenemos 1.200. Arcis no nos entrega conocimientos, muchos profesores han renunciado o han sido despedidos. No tenemos futuro laboral», dice Solís.
Los estudiantes encuentran vergonzoso que Arcis les siga cobrando aranceles: «A pesar de la crisis, Arcis está más preocupada de cobrar que de resolver problemas. Hay carreras donde no hay profesores y hay uno o dos alumnos por curso… Pero siguen cobrando por un servicio que no dan, y amenazan a los morosos con demandas judiciales. La malla curricular y los académicos de excelencia no existen, y no es porque los alumnos no paguen. En una profunda crisis nos siguen cobrando mensualidades de 300, 400 mil pesos y más… ¿Cómo vamos a pagar por un servicio que no entregan? Los estudiantes de la sede de Huérfanos son los que más han sufrido. Allí se impartía danza, cine y pedagogía en música. Está ocupada, como medida de presión. Los profesores de música eran de excelencia: se fueron todos. Embargaron hasta los pianos…», agrega Guillermo Solís.
¿Cómo salvar la universidad? Los estudiantes señalan que la Corporación presidida por Alihuén Antileo no tiene legitimidad. «Estamos peleando por un proyecto de democratización, desde la elección de rector hacia abajo, y que la Asamblea Triestamental tome las decisiones. Arcis nació desde la Izquierda, como una universidad crítica. Sectores que se hacen llamar ‘de Izquierda’ se apoderaron de ella para llenarse los bolsillos, destruyendo los sueños de estudiantes y trabajadores que creían en el proyecto, que no era solo de un partido, sino de quienes buscan una transformación de la sociedad. Los últimos incidentes fueron entre estudiantes que exigen respuestas y militantes del PC. La rectora denunció a Carabineros a la académica Leslie Maxwell, acusándola de liderar el movimiento junto a los profesores Andrés Leiva y Miguel Caro, a quienes acusa de ‘incitadores de la violencia'», dice Solís.
COMO LA UNIVERSIDAD DEL MAR
Arcis acogió a estudiantes de la fracasada Universidad del Mar, principalmente en educación parvularia y sicología. «Son la viva imagen de lo que es hoy la educación: un negocio. Ellos protestaron durante meses contra los dueños de la Universidad del Mar, que les robaron su dinero y sus sueños, y llegaron a Arcis para terminar sus carreras… Y han vuelto a lo mismo. Es deprimente. La Universidad Arcis lucró, y eso es responsabilidad de sectores que se adueñaron de la universidad: el PC, el empresario Max Marambio… aunque aún no lo admitan», agrega.
Nicolás Silva se matriculó en trabajo social en 2013. Es militante de la Juventud Revolucionaria por el Poder Popular: «Cuando ingresé ya había crisis y conflictos. La crisis se agudizó en 2014. Incertidumbre, necesidad de información; conflictos, enfrentamientos con la policía, con la administración, con profesores, y entre los mismos estudiantes… Hay desinformación y falta de manejo político por parte de la Corporación y la Rectoría. No sabemos qué pasará con nuestro proceso formativo. Nos han engañado en lo económico y lo académico. Eso genera incertidumbre, rabia y frustraciones», dice.
«Se ha puesto a prueba nuestro compañerismo. Hemos desarrollado plataformas de organización, lazos de confianza, que se han materializado en movilizaciones y acciones. Tenemos certeza que cine y danza van a cerrar. Pero no sabemos qué otras carreras cerrarán. Nos dicen que en términos económicos algunas no son viables, porque tienen pocos alumnos: antropología, ciencias políticas, filosofía… No quedamos más de un 30% de los estudiantes. Y seguimos pagando. Mi carrera cuesta 1.900.000 anual. No tenemos becas de alimentos, no hay papel higiénico en los baños, no hay impresiones… Nada de lo que la universidad debe ofrecer. El dolor que sienten los estudiantes es haber creído que Arcis se identificaba con un proyecto crítico», dice Nicolás Silva.
PROFESORES SIN SUELDO
Pilar Poveda, de 4º año de teatro, agrega: «Estoy egresando, y la situación en que estamos es muy complicada. A nuestro profesor de egreso no le han pagado hace más de tres meses. Sigue haciéndonos clases voluntarias, porque quiere que obtengamos el título. Compañeros de 1º, 2º y 3º están buscando otras escuelas. Si no se cierra Arcis, no sabemos bajo qué condiciones seguirá. El director de carrera, Ramón Griffero, renunció. No sabemos quién se hará cargo de la dirección de la escuela o si seguirá. Somos 120 alumnos. Ni siquiera tenemos certeza si vamos a tener el título en marzo de 2015. Hemos tenido que seguir pagando mensualidades de 370 mil pesos… Si estamos morosos no nos entregarán nuestro título. A los profesores no les pagan y su situación es insostenible. No nos dan ninguna explicación… Existía un dinero que la escuela entregaba para los egresos, para escenografía, vestuario, técnicos, y realizar un egreso lo más profesional posible… Esa plata no llegó. Hemos tenido que hacer fiestas y vender cosas para juntar el dinero. Como estamos egresando no pudimos apoyar el paro. Arcis estaba en proceso de reacreditación, pero como no pagaron sueldos, nadie trabajó, ni el coordinador, ni el director, ni la secretaria… Finalmente, Arcis no se acreditó», dice.
«Se habla de un interventor del Estado, de una figura legal para intervenir una universidad al borde de la quiebra. Pero no sabemos qué tan verdad es», agrega. «Es triste estar en una universidad así… Los estudiantes creemos en el ‘proyecto Arcis’, queremos que continúe, pero no sabemos contra quién estamos peleando… Se habla que el PC se robó la plata, pero realmente a mí me gustaría que alguien de Arcis dijera qué es lo que pasó. Este año ha sido muy irregular, lleno de paros, problemas, trabajadores y profesores sin sueldo. Nosotros cuando nos matriculamos dejamos documentado todo el año. La opción es dar orden de no pago de los cheques, pero si lo hacemos no podremos titularnos. La comunidad tiene un sentir: no queremos que Arcis cierre. Pero en estas condiciones a nadie le gustaría estudiar… Podemos ser la otra Universidad del Mar».
PROPIEDAD ESTATAL
Y CONTROL MIXTO
Omar Miranda estudia 4º año de ciencias políticas: «Nos han dejado en la incertidumbre. No sabemos si el próximo año podremos terminar la carrera o titularnos. No sabemos si seguir pagando… A los trabajadores no les pagan, pero si no pagas las mensualidades, no puedes inscribir ramos. Los de primer año se fueron casi todos. Hay carreras que se han desmantelado, como música, lenguas y literatura… Muchos profesores vivían de hacer clases acá. Era su sustento familiar. ¡Qué hacen si no les pagan hace seis meses!». Dice que hay quienes quieren terminar el semestre para cambiarse de universidad; y carreras donde se han ido casi todos los alumnos, como antropología. «Hay organización: la Asamblea Triestamental lucha para que no se cierre Arcis y pase a control estatal. Pero las autoridades de Arcis no dicen nada, se hacen los huevones».
Leandro Torchio, estudiante de filosofía, fue acusado de «maltrato de obra a Carabineros» en una movilización al Mineduc. Se encuentra a la espera de juicio, a pesar que un video prueba que él fue agredido por la policía. «Este año se reabrió filosofía. Nos matriculamos 21 estudiantes. Pero se volvió a cerrar, aunque nos dicen que no, pero los cabros se están yendo. Están viendo por iniciativa propia dónde estudiar. Tres alumnos estamos averiguando la posibilidad que nos trasladen al ex Pedagógico. Lo más probable es que se cierre filosofía el 2015. No hay matrículas… Los pocos profesores que quedan trabajan por amor al arte. Cuentan que incluso les pasaron cheques vencidos».
Cristián Orellana, dirigente de la carrera de antropología, y de la Asamblea Triestamental, dice: «Como Asamblea y Coordinadora Triestamental estamos levantando la propuesta de propiedad estatal con control mixto, o sea, control de la comunidad universitaria. Queremos que un gobierno triestamental enmiende el rumbo de esta universidad y le sirva a la sociedad. Arcis está en un caos con aparente estado de normalidad. El Sindicato Nº 1 sigue en paro. No creemos que la solución, como plantea la Corporación, sea profundizar el modelo privado. Quieren hipotecar la infraestructura para pagar deudas y pedir más préstamos. Esa no es la solución. En este modelo neoliberal, las universidades privadas pueden quebrar en cualquier momento, y tenemos estudiantes que venían de la Universidad del Mar y ahora en Arcis nuevamente están al garete. La única posibilidad que Arcis subsista es que el Estado se haga cargo. No queremos la política de bonos, queremos propiedad mixta de la universidad y que la comunidad tenga el control de su educación», concluye.
Publicado en «Punto Final», edición Nº 818, 28 de noviembre, 2014