El Diario de Agustín era este domingo pasado todo un ejemplar de estudio para cualquiera que se preocupe por la comunicación política de un medio que representa los intereses de los dueños del poder y la riqueza. Y que por lo tanto asume como tarea hacer creer que en el país gobernado por Piñera y […]
El Diario de Agustín era este domingo pasado todo un ejemplar de estudio para cualquiera que se preocupe por la comunicación política de un medio que representa los intereses de los dueños del poder y la riqueza. Y que por lo tanto asume como tarea hacer creer que en el país gobernado por Piñera y sus ministros empresarios todo anda sobre ruedas. Nada de grosero. Inteligente, pero muy artificiosa como siempre la construcción de la actualidad de El Mercurio.
En el cuerpo Reportajes sólo puede llamarse reportaje el artículo acerca del equipo del OS-9 que indaga acerca del «presunto encubrimiento en la Iglesia» que deja bien parado y como serio a un Cuerpo de Carabineros en actual estado de corrupción. No es tan evidente si cabe denominar reportaje el de «la trama que remece» a la selecta Clínica las Condes. Algo huele mal por ahí …
En un contexto político marcado por exabruptos de los ministros de Piñera, cierre de industrias, promulgación de leyes para precarizar a la juventud trabajadora y una significativa baja sensible de apoyo en las encuestas se retomaban hechos con fotos que ya habían sucedido hacía más de una semana. Cosa rara en un periódico que se cree de «referencia». En una imagen de gran tamaño (para un medio que posa de serio) se veían a senadores de la ex Nueva Mayoría como el DC Jorge Pizarro, imputado por delitos de corrupción, junto a su colega Provoste, al PPD Girardi y al socialista Quinteros. Se informaba allí que el socialista Insulza, además de un UDI, otro RN y Blumel el coordinador de Piñera, habían estado también presentes. La cita hacía recordar la «cocina» de Zaldívar con Larraín para controlar a Arenas y su reforma tributaria. El título decía: «La otra agenda que se abordó en la reunión de senadores en la casa de Chadwick». El mensaje era evidente: plantear con imagen que la política de los consensos y de los acuerdos sigue funcionando. Es decir que la casta política se protege entre ella como una familia que se reúne una fría tarde de invierno en la casa del primo del presidente a tomarse un whiskey o una tisana. Así funciona este país.
… Olvidábamos, justo al lado una nota hablaba del acuerdo entre Piñera y Amazon que parece consistirá en entregarle los datos de la bóveda celeste vista a la chilena a la empresa-plataforma que se apropiará para el tráfico y venta de esta importante información. Así los astros del poeta se convierten con el toque a la Piñera en mercancía y moneda de cambio. La academia mutis por el foro …
Y justo abajo, ahí nomás, en foto se veía a Ricardo Lagos que felicitaba entre risitas a Fernando Montes y se decía que era para celebrar los 50 años del sacerdocio del jesuita. El cardenal Errázuriz y el cura Felipe Berríos también estaban presentes. Esto en un contexto de profunda crisis de toda la Iglesia, que incluye como factor el silencio cómplice de los que se callaron respecto a los delitos cometidos por los funcionarios de Dios; como los ahí presentes. El Mercurio exclama ¡aún tenemos Iglesia feligreses! ¡Un pilar del orden que debemos mantener!
En otra foto inmensa para un periódico de calidad, en página 13 del cuerpo Reportajes, se veía a Carlos Ominami, el ex ministro de Lagos junto con políticos brasileños del corrupto PT en el Vaticano intercediendo por Lula preso ante el Papa. Ominami, cadáver político, que recibió dineros de Ponce Lerou, es resucitado por El Mercurio para efectos de «convivencia» democrática. Ominami le estará eternamente agradecido.
En otras páginas era el ministro Moreno en foto riendo a mandíbula batiente rodeado de sus consejeros y amigos empresarios forestales y patrones de fundo con «representantes» del pueblo mapuche. Estos con cara de parece que me están utilizando. Así se orquestaba con dramatismo y de manera «franca» un «encuentro» -según el Decano- de esos cuyos efectos duran lo que la langosta en el buche del pavo. Era el minuto de gloria de Alfredo Moreno, el íntimo de Piñera, ex CEO de Penta cuando los Carlos estuvieron presos por corrupción y fraude al fisco. El criador de caballos que anda bajo en las encuestas, flanqueado por Bernardo Matte Larraín, presidente de la SOFOFA y director de la CPC, la explotadora de los bosques araucanos, había trabajado duro para instrumentalizar la reunión con algunos representantes mapuches que no «sabían para qué estaban ahí». Pero bueno … estaban …
Pasemos por alto el comentario del egocéntrico economista Sebastián Edwards sobre lo que él llama el deterioro de la U de Chile, que comienza por yo …. y termina por yo yo … Y el retrato del histriónico Girardi cuyo objetivo es blanquear al PPD.
La guinda en la torta fue una entrevista a José Ramón Valente, el titular de Economía que había recomendado a sus pares, los ultra ricos, invertir sus dineros en el extranjero. Ahí nos recordaron un dato que describe al personaje por su subjetividad. Valente fue el que le preparó el programa a Laurence Golborne cuando éste era candidato de la ultraderecha. Claro, Valente banaliza el hecho de que Golborne tenía dinero «invertido» en paraísos fiscales para no tributar en Chile. Dice que son «cosas que les sacan a los candidatos cuando son candidatos». Fino el análisis del talibán empresario, comentarista y Chicago boy. Ahí hay una pista para entender la lógica de los dichos de Valente: la recomendación a los ricos y empresarios de Valente es sacar la plata afuera, a los paraísos de la corrupción estructural, para no pagar impuestos en Chile. Zafar de la obligación ciudadana de hacerlo. Esto revela el perfil del economista Valente. Cuando estudios revelan que el 40% de los beneficios de las grandes empresas termina en los paraísos fiscales utilizando artificios contables (*), no hay por donde perderse a qué políticas responden Valente … y El Mercurio.
(*) Según estudio de economistas de la universidad de Copenhage y de Berkeley, The Missing Profits of Nations.